El comercio con China está en chino

Los empresarios mexicanos descubren la muralla de trámites en la aduana y el peligro de ser defraudados por comercios del país asiático

Eréndira Espinosa

CIUDAD DE MÉXICO, 9 de septiembre.- Negociar con el dragón asiático está, literalmente, en chino… No sólo las grandes empresas se enfrentan a este problema, sino también quienes comercian con las “novedades de a 10, de a 10, para la niña, para el niño…”, que se venden por doquier, y es que las fauces de este gigante pueden tragarse a quien no esté preparado para enfrentarlo.
En la Lagunilla todo se vende barato: las pelotas con luz, la máquina de coser portátil, los llaveritos con puerquitos que chillan o los relojes de colores. Aquí lo Made in China se puede encontrar a mitad de precio.
Pero en una búsqueda de los importadores de esos productos, para comprobar eso que se dice de que hacer negocios globales es pan comido, la realidad es otra: sólo hay asiáticos, porque para que un pequeño empresario, mexicano pueda convertirse en importador, “está muy difícil”.
Zai, vive desde hace ocho años en México. Su negocio es traer productos chinos que luego se pueden encontrar en las plazas, tiendas de regalos o en el Metro. Habla español, aunque todavía con algo de dificultad.

“Tengo una empresa importadora, me mandan la mercancía, dependiendo de la temporada”. señala, y mientras conversa, de reojo observa quién entra y sale de su negocio, lugar a donde llegan pequeños empresarios con pedidos de mayoreo. Ella suele recordar los rostros de sus clientes, aunque no sepa los nombres.
En su local hay otros trabajadores acomodando en aparadores los productos que manda su sobrina desde China.
“Para que un mexicano pueda vender los productos debe pagar, al mexicano le puede dar miedo, porque luego no le mandan el producto, debe ir a conocer a la gente que le va a mandar las cosas, pero es difícil, por todo, por el idioma…”
Sin embargo, hay mexicanos que lo intentan. Zai ha ayudado a amigos de su hija, que estudian en el Tec, a importar cosas, pero solamente se ha podido porque el contacto es con ella.
Sueños guajiros
“¿Volverse importador? No es fácil”, dice Jon, quien vive en México hace cuatro años y tiene su negocio en Tepito.
“Debes tener una persona conocida de mucha confianza y debe hablar español. A la gente le cuesta ir a China a encontrar la persona de confianza. Además, tienes que pagar de aquí a China, todo lo debes dejar encargado y por eso debe ser gente conocida”.
Es un sueño guajiro que un mexicano aborde el avión de Aeroméxico en Tijuana, llegue a Shanghai pagando 17 mil pesos y 15 o 20 días después tome el vuelo de regreso (en jueves, que el boleto cuesta 12 mil 63 pesos) con dos maletas repletas de artículos que le dejarán muchas ganancias.
En primera, porque al llegar a la aduana te detienen si las maletas están llenas de artículos que no parezcan de uso diario, y en segunda, porque el negocio no funciona así, pues cada detalle de las facturas debe estar claro; si falta algún dato, por mínimo que sea, el producto no pasa.
“Debes traer un contenedor mínimo, puedes pensar que con DHL o el Fedex se puede, pero es carísimo. También necesitas una bodega para meter todo”, comenta Jon.
¿Sí, bueno? Quiero exportar
Después de llamar a Fedex es fácil darse cuenta de que si importar es complejo, también lo es exportar, y hacerlo mediante un sistema de mensajería tradicional puede salir muy caro, aunque depende del producto, tamaño del empaque y peso.
–Quiero exportar mermeladas a Shanghai, necesito mandar 100 envases de 500 gramos, en un paquete de aproximadamente un metro de ancho.
–Cuesta un poco de trabajo poder exportar al destino; aquí indican que si usted manda una o 10 muestras en el origen le piden una carta factura con descripción de lo que va a enviar… Allá piden licencia de importación, por lo general se la piden las personas que se dedican al ramo de la mermelada, que se dedican a estar importando o exportando eses productos.
“DHL no puede liberar, se requiere una agencia de análisis externo, también debe pasar por un proceso de cuarentena, y piden certificado sanitario. Después de eso, el tiempo de tránsito es de cinco días de nueve a siete de la noche”, comenta una mujer del otro lado de la bocina.
En cuanto a cobros para sacar una cotización hay que multiplicar el largo, por lo ancho, luego por el peso y la distancia… pero para dar una aproximación más cercana a lo que se gastaría si se quiere exportar esas mermeladas, UPS tiene una calculadora.
Según la empresa de mensajería, enviar 25 kilos de mermelada con su respectivo frasco, que serían aproximadamente 50 envases de 500 gramos, costaría 338.34 dólares. La cifra es exorbitante, pues el valor de la mercancía alcanza los mil 325 pesos; en los supermercados es de 99.62 dólares.
Así que hacer negocio mediante una empresa de este tipo sería tres veces más caro que el propio producto que se desea colocar en el mercado asiático.
Las fauces del dragón
Pese a las dificultades existen mexicanos “heroicos” que han logrado importar y exportar con China y otros dispuestos a descifrar dicho mercado.
Carlos Jácome, consultor del Parque Empresarial del Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe y director de Grupo FISO, decidió hacer una incubadora para pequeñas y medianas empresas que quieren conquistar al dragón asiático.
“Al principio los negocios con China estuvieron hechos sólo para las grandes empresas, pero las Pymes también pueden lograrlo”, asegura Jácome, quien está organizando una misión comercial para que empresas mexicanas conozcan a sus posibles contrapartes en el gigante del comercio y entonces puedan cerrar varios negocios.
“Pese a la distancia y el idioma, hay muchas pymes de Tepito que han hecho casos heroicos sin saber el negocio, y ya de manera muy profesional están trayendo contenedores”, añade.
Pero como dice Jon, microempresario de origen asiático, también está el trago amargo, y Jácome ha sido testigo de ello. Cuenta que una de las compañías que se acercaron a su incubadora importaban cloro con 93 por ciento de pureza.
“Les dieron un súper precio, los primeros cuatro o cinco contenedores llegaron bien, pero luego pidieron otros y solamente tenían 35 por ciento de pureza. A la hora que buscaron a los proveedores ya no estaban”, recuerda Jácome.
Del lado de las exportaciones el negocio también puede ser complicado, tanto por los aranceles para ciertos productos, como por las costumbres y necesidades de los consumidores.
Eso lo saben gigantes de la talla de Grupo Bimbo, empresa que compró una panificadora en un país donde el consumo de pan se reserva solamente para el postre y las distancias hacen difícil la conquista del mercado, pues para llegar a la tiendita, como se hace en México, se requieren bicicletas, en lugar de camiones.
Sin embargo, en los últimos 12 años crecieron las exportaciones de México a China mil 300 por ciento, y se espera que las pymes cobren más importancia.
Según Jácome, es el mejor momento para desembarcar en China, pues su economía está enfriándose, lo que hará que Wen Jiabao, su primer ministro, voltee hacia el mercado interno que cada vez cobra mayor fuerza.
Además, China ha hecho modificaciones a su estructura económica, ya que de productos económicos y de mala calidad, ahora ya no son tan baratos y se están volviendo más competitivos.
Traje a la medida
Pero no para todos está en chino. A Raúl Arroyo, director de Balref, negocio de autopartes donde trabajan 10 personas, le “ha ido bien” y sus ventas crecen a ritmo de 250 por ciento anual.
Decidió mandar a hacer las refacciones que quería vender en el mercado mexicano porque acá no había quién las desarrollara en las cantidades que pedía y a su gusto, porque todos trabajaban en exclusiva para las grandes armadoras.
Luego de tres años en el negocio, sólo ha hecho un viaje con el proveedor y lo demás es por internet: “El mundo electrónico es muy rápido, 90 por ciento de las negociaciones que yo hago son electrónicas. Tengo tres años con esto y he hecho cuatro llamadas con los chinos”.
Sin embargo, reconoce que la primera vez es difícil; incluso tuvo un proveedor que creyó bueno y luego le falló, mandando refacciones de mala calidad, pero sólo tuvo que cambiarlo.
“No te vayan a mandar chocolates”, le decían sus conocidos a Arroyo, pero fue incisivo y ahora trae varios embarques al año con sus refacciones.
Arroyo destaca que lo bueno de China es que te hacen los productos a la medida y en cantidades menores, aunque hay cosas que suelen salir caras, como traer muestras desde allá.
“Solicité un envío de autopartes por Fedex y eran 595 dólares, era una cajita de 10x5x15 centímetros. Tuve que pagar 10 mil por una muestra que me mandaron gratis”, recuerda el comerciante.
Así, para él existen dos tipos de personas que quieren hacer negocios con China, los que buscan dinero rápido y aquellos que desean enfocarse en el negocio.
Y es que este importador dice que hay quienes mandan a pedir un producto que es de mala calidad y barato, al mes siguiente piden otro artículo diferente y así hacen dinero de una manera fácil.
Los otros, se enfocan en un negocio porque quieren verlo crecer, por lo que existen pequeños empresarios mexicanos que, pese a las dificultades, han podido amansar a la fiera asiática.
Chiles chinos invaden salsas mexicanas
Si se trata de importaciones, tres de cada 10 chiles que se consumen en nuestro país son importados, y de esa cantidad la mayoría viene de China. Estos chiles están en las salsas envasadas, los dulces enchilados y hasta en los puestos del mercado, comentó Luz Guadalupe Rodríguez, directora de estrategia financiera de Especias Moy.
En México el consumo per cápita de chile ronda los nueve kilos anuales y, aunque es un producto básico de nuestra cocina, se importa en grandes cantidades, reconoció Rodríguez, vocera de una empresa que compra el insumo en China desde 1985.
“En el país importamos 30 por ciento de los chiles, y de esa cantidad la mayoría son chinos; 80 por ciento es chino”, comentó.
La razón está en que la producción nacional no alcanza para satisfacer la alta demanda; además, existen rezagos en torno a la siembra de chile.
De acuerdo con Rodríguez, los productores mexicanos tienen garantizada la venta del producto, debido a la alta demanda, entonces no han invertido ni renovado la industria como lo ha hecho China e incluso Perú, factores que en ciertas temporadas obligan a adquirir chiles extranjeros.
Sin embargo, la ejecutiva de la proveedora de especias para la industria de alimentos mencionó que sí existen diferencias entre el chile chino y el mexicano, y es que el nacional es más picoso, y el asiático es más dulce.
Destacó que Perú también se está convirtiendo en un proveedor importante de chiles; esto pese a que el consumo en la región no es alto; sin embargo, encontraron que en el mercado mexicano pueden colocar el insumo.

Empresas nacionales que han invertido en China
Son muchas las firmas locales que apuestan por el mercado chino. Aquí, algunas de las más importantes.
Katcon: 2009-La empresa de sistemas de emisiones tiene una planta en Shangai
San Luis: Tiene una oficina de enlace técnico en Shangai 
Gruma: Abrió su primera planta en Shangai en 2006 
Bimbo: Compró la empresa china Bijing Panrico Food 
Softek: Adquirió la empresa China I.T. United para ampliar su penetración en el mercado 
Grupo Alfa: Tiene una planta en Nanjing dode hace piezas de fundición para la industria automotriz 
Aeroméxico: Uno de los destinos de esta aerolínea es Shangai
Kuo: Fabrica hule sintético en China y tiene una alianza estratégica con la empresa Jiangsu


Todos quieren ir a la feria de Cantón
En septiembre las filas afuera de la embajada de China en México crecen. El trámite de visas para viajar a ese país asiático prácticamente se duplica, pero más que un fin turístico, dichos traslados tienen un fin comercial.
Y es que en octubre se realiza en China la feria de Cantón, la exposición más grande de exportadores de Asia y donde participan más de 15 mil fabricantes y expositores, los cuales buscan exportar o importar sus productos a otras partes del mundo.
Los comerciantes capitalinos también aprovechan este espacio para importar productos como bisutería, juguetes, bolsas, herramientas, calzado y electrónicos, entre otros.
Algunos viajan por su cuenta y otros más lo hacen de manera organizada, tal es el caso de los comerciantes de la zona de Tepito, quienes incluso ya cuentan con una oficina de negocios en Yiwu, Zhejiang, China.
“Hay tanto empresas como comerciantes independientes, incluso informales, que buscan comercializar productos chinos, pues son a veces más baratos. Nosotros apoyamos esas prácticas, siempre y cuando estas mercancías paguen impuestos y cumplan con todo el marco legal”, manifestó Juan de Dios Barba, presidente del Consejo Económico y Social de la Ciudad de México.
Práctica reciente
Indicó que el incremento de esta práctica comenzó a crecer en 2010, luego de que se lograra una estabilidad económica en el país. China Service, una empresa que ofrece servicios turísticos, de negocios y estudio, así como asesoría para buscar producto y proveedores, coincide en ello.
“Antes iban a Estados Unidos, pero China les ofrece un mercado más barato, además de que viajar hacia allá es más sencillo, requiere menos papeleo y trámites que a Estado Unidos”, explicó una de sus empleadas.
Y es que obtener una visa para viajar a China toma sólo cuatros días hábiles, el trámite no tiene que hacerse de manera personal, no es necesario presentar comprobantes de ingresos ni de alguna cuenta bancaria, como se requiere para la visa estadunidense.
De acuerdo con la embajada de China en México, en promedio atienden al día a 100 personas que buscan tramitar su visa para viajar a ese país; sin embargo, durante el mes de septiembre la cifra se eleva a 250personas por día.
Saknite Martínez Montenegro, internacionalista, coincidió en que el crecimiento de las relaciones comerciales con China se debe a lo barato de sus productos, además de que gustan de hacer negocios.
Su única desventaja, admitió, es el idioma y las diferencias culturales, los cuales han sido factores que le han impedido ser primermundista.
“La competencia es buena, porque eso le da mayores opciones al consumidor, pero lo único que pedimos es que se cumpla con las reglas existentes y no haya prácticas desleales que pongan en desventaja a los fabricantes mexicanos”, agregó Juan de Dios Barba.
China
- La República Popular China tiene una superficie de 9.6 millones de kilómetros cuadrados
- Es el cuarto país más extenso del mundo después de Rusia, Canadá y Estados Unidos
- China, es, junto con Rusia, el país con más fronteras terrestres del mundo; en total tiene 14
- Sus ciudades más importantes son Pekin (Beijing), Shangai y Hong Kong
- Representa 88 por ciento de la población de Asia Oriental (China, Corea y Japón) con más de mil 327 millones de habitantes
- Es el país más poblado del mundo y representa más del 20 por ciento de la población mundial
Su economía
PIB per cápita (dls.)
2007: 2,560
2008: 3,259
2009: 3,566
2010: 3,925
Exportacoines de mercancías (mmdd)
2007: 1,220
2008: 1,435
2009: 1,163
2010: 1,253
Importaciones de mercancías (mmdd)
2007: 905
2008: 1,074
2009: 912
2010: 98
PIB (mmdd)
2007: 3,382
2008: 4,327
2009: 4,758
2010: 5,263

Productos
1 Motocicletas
De acuerdo con la AMIA al cierre de junio de este año 79.2 por ciento de las motocicletas importadas provienen de las fábricas de China.
2 Celulares
Trece por ciento de las importaciones totales del gigante asiático son aparatos eléctricos de telefonía.
3 Partes y refacciones para tv y teléfonos
Este rubro representa hasta siete por ciento de las compras que hacemos a dicho mercado en la web.

4  Computadoras
Estos artículos tienen un peso del seis por ciento de las importaciones.
5 Juegos de mesa
Cuatro por ciento de nuestra relación comercial con el dragón tiene que ver con el juego.