España: Tengo en mi casa un tambor y una estampa de Gordillo – por María Blanco
El del 2012 será recordado por ser el verano de los Juegos Olímpicos y el del robo en el Mercadona por Sánchez Gordillo. Más allá del robo, la oportunidad y todo lo que hay detrás, el “fenómeno Gordillo” es tan español como la señora advenediza que queriendo quedar bien en una reunión miente “Yo siempre he sido muy de ópera”. Así de español. Todos somos desarrapados, revolucionarios, castristas, intelectuales, ecologistas, dígame qué hace falta que sea, que me apunto.Y en este caso, la pirula de Gordillo ha sido magistral: todo por los pobres que no tienen para comer. ¿Cómo puede luchar contra eso una derecha castrada, templadita e incapaz? ¿Cómo va a apoyar el robo la izquierda socialista que defiende al pueblo pero sin el pueblo y que nos ha dejado a los pies de los caballos de la miseria? ¿Qué decir en contra sin que te acusen de ser cómplice de Botín, Urdangarín y “todos esos que se llevan el dinero a espuertas”? Como decía Gordillo a los periodistas que trataron inútilmente de desmontarlo en El Gran Debate de Tele 5: “¿Robar yo, que me he llevado unas habichuelas para los que no tiene qué llevarse a la boca? Robar, roban todos esos…”.
Robar al ladrón es también robar
Pero el caso es que robar, robar… roban todos los que se quedan con lo que no es suyo. Bien sea “afanando”, bien sea entrando a un supermercado y yéndose sin pagar. Y da igual si lo que sustraes es para darlo a otra persona o para quedártelo tú. Y no importa si la intención es buena, mala o regular; si era para comer o por avaricia. En todos los casos es robar. Otra cosa es si hay casos en los que el robo está exento de castigo, o no es éticamente reprobable. Y ahí entramos en lo de robar para no morir de hambre o para que tus hijos no mueran de hambre. El robo por necesidad.
No me creo que Sánchez Gordillo robara por necesidad, por más que ponga por delante a todas esas familias que no tienen para comer y viven de lo que algunas asociaciones sin ánimo de lucro les proporcionan. La necesidad es de las familias, no de Sánchez Gordillo y el SAT. Ante la indignación y la empatía que produce la necesidad ajena se pueden hacer varias cosas: llenar un carrito de la compra, pagarlo, y llevarlo a las familias. También se puede hacer una colecta para comprar los alimentos. Y luego está robar, claro.
Robar es un delito tipificado en el Código Penal y la ley debería aplicarse a ciegas, teniendo en cuenta los atenuantes pertinentes si los hubiera, pero a ciegas. La Justicia tiene una venda puesta porque ha de aplicarse a todos por igual. Es lo que se llama igualdad ante la ley. Y es uno de los principios de las sociedades libres.
El circo es para el verano
Pero, desde el punto de vista político, Sánchez Gordillo ha tenido una actuación magistral. A pesar de lo cual, el principal beneficiado no es él, sino Gaspar Llamazares. Me creería que esto estuviera hablado. Gordillo, que ya tiene antecedentes en el deporte olímpico de allanar propiedades y meter bulla política, aprovecha el momento de tensión ante la eliminación de la subvención de 400 euros a los parados y planifica el robo, tal y como explicó en Tele 5. Mientras las autoridades persiguen al “pelotón” del SAT, doce roban y se van por la puerta, donde está Gordillo para salir en la foto. El gobierno de vacaciones o pendientes de lo que se nos viene encima, que se presenta un otoño complicado. El PSOE sin saber si deben condenar o apoyar, porque no es políticamente correcto llamar robo a eso, se inventa la fórmula: “Yo le apoyo en su ideal pero no en sus formas”, que es muy vago.
Así que Gordillo, sabiendo muy bien lo que hace, delinque y se erige en defensor de los desarrapados y hambrientos. No se siente incómodo. Ya en una ocasión afirmó ser “… un líder espiritual, si quiere llamarle así” y a continuación “me siento comunista, o comunitarista, como sí creo que se sintieron el Cristo, Ghandi, Marx, Lenin y el Che. Una mezcla de todo eso.”
En este guirigay, Gordillo queda como el loco idealista, la derecha y la izquierda convencionales están a por uvas esgrimiendo argumentos inútiles, porque Gordillo sigue calando mucho más que las réplicas de los otros. Su demagogia es muy barata y muy asumible. Pero el ganador del premio, el que queda de defensor de los pobres pero moderado y con los pies en la tierra es Llamazares. Parece un plan trazado de cara a una primarias: el PP y el PSOE desgastado ¿vamos a dejar que otros partidos se queden con los votos perdidos? No, le damos un codazo a la izquierda y nos aseguramos una posición estratégica, como antaño, antes del coma político de IU.
La distribución equitativa de la verdad
Lo cierto es que aquí hay para todos. Gordillo robó. Pero no es el único. Es cierto que hay una corrupción enmascarada que no se ataja de frente y no parece que vaya a cambiar. Es verdad que tenemos una gran parte de la banca privada al servicio del Estado, que la está rescatando con nuestro dinero. También es verdad que Mario Conde ha sido el único banquero encarcelado y que ha cumplido condena por hacer cosas que, probablemente otros han superado con creces. El resto, no se sabe. O no se quiere mirar. Estamos secuestrados en el binomio estado-banca y no solamente no podemos salir, es que no queremos. Cuando leo determinadas defensas de “los banqueros” poniéndose en el mismo plano que Gordillo pero al revés me doy cuenta de que tenemos lo que nos merecemos
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