elEconomista.es / Europa Press
Entre estas medidas, Hollande ha confirmado que implantará un duro impuesto a los más ricos. En concreto, se aplicará a todos aquellos que ganan más de un millón de euros anuales: un total de 3.000 personas en el país.
Todos ellos tendrán que tributar el 75% de sus ganancias, si bien lo harán sólo durante dos años, en un mínimo gesto de flexibilidad de Hollande con respecto a la dureza de las medidas esperadas. Con este impuesto, Hollande pretende recaudar para el Estado un total de 2.250 millones de euros.
Además, Hollande ha revisado a la baja la previsión de crecimiento de la economía francesa para 2013 --de un 1,2% a un 0,8%-- y ha asegurado que pretende obtener 30.000 millones de euros y cumplir con el objetivo de reducir el déficit público hasta el 3 por ciento.
"El crecimiento se ha estancado durante muchos meses y apenas estará por encima del cero por ciento en 2012", declaró Hollande en la entrevista.
El presidente indicó que su intención es obtener los aproximadamente 30.000 millones de euros en tres ámbitos: 10.000 millones a partir de recortes ministeriales -- "excepto Educación, Seguridad y Justicia", puntualizó --, otros 10.000 de grandes empresas y, finalmente, otros 10.000 a partir de las grandes fortunas.
"Lo hago por convicción y porque no quiero dejar que nuestros hijos carguen con la deuda de Francia", declaró el presidente, quien anticipó que su reforma más importante, la imposición de un impuesto excepcional del 75% a las grandes fortunas, podría permanecer en vigor durante dos años según se desarrolle la recuperación económica.
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