Lo
bueno de Calderón
Pablo Hiriart
En lo político, lo mejor del gobierno de Felipe
Calderón es que termina el 1 de diciembre y él se va de Palacio Nacional. Esto
es relevante, porque pudimos no haber tenido la misma suerte en caso de que
otro hubiera sido el ganador de las elecciones de 2006.
Calderón se condujo como un demócrata durante
los seis años de su mandato.
Aceptó las derrotas dentro y fuera de su partido.
Finalmente entregará la banda presidencial a alguien de la oposición y él
personalmente no tenía
el más mínimo afecto por ese candidato que derrotó al PAN y al
PRD.
México pudo haber caído en una espiral de
debilitamiento democrático, con plebiscitos para permitir la reelección
presidencial, quitar la autonomía del Banco de México, persecución a los
opositores, expropiación de empresas productivas y sometimiento de medios de
comunicación para imponer la verdad oficial.
Nada de eso ocurrió con Calderón, pero pudo
haber sucedido si no hubiera ganado las elecciones de hace seis años. Sí, hay
que decirlo para no menospreciar lo que tenemos: de la que nos salvamos.
Calderón es
un demócrata y lo ha demostrado con hechos. Su rival de 2006 no
lo es, y también lo ha mostrado con ejemplos palmarios.
En lo económico, quizá el principal logro del
Presidente ha sido la restitución de reservas de petróleo al cien por ciento.
Pudo revertir una tendencia que apuntaba a la
caída libre en producción, venta y reservas. Ahora, por cada barril que se
extrae se repone uno en las reservas.
Hoy ya no estamos en la zozobra de la escasez
petrolera, y las posibilidades de encontrar nuevos yacimientos de consideración
están a la vista.
En este gobierno se inició la exploración en aguas profundas,
que ya ha enseñado sus primeros y promisorios frutos.
Las reservas del Banco de México, decía ayer el
Presidente, alcanzan para pagar dos veces la deuda externa del país.
Somos un país atractivo para la inversión, pues
durante el sexenio se captó inversión extranjera directa por 126 mil millones
de dólares.
En competitividad también hubo mejoría: entre
2006 y 2012 México avanzó 2 posiciones en el indicador del Banco Mundial, por
encima de potencias emergentes como Brasil, Rusia, India y China (los BRIC).
Infraestructura carretera es otro logro. Casi
300 mil millones de pesos se invirtieron en esta administración.
Hubo errores, insuficiencias, desperdicio de
oportunidades, sí.
Pero lo
positivo ahí se queda, como herencia para la nueva administración,
que arranca su periodo el 1 de diciembre próximo.
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