24 septiembre, 2012

Perú: La oficial arrogancia – por Eugenio D’Medina Lora

Las crecientes críticas al Informe Final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) ya cuajaron al nivel de pedidos formales ante el Congreso para instalar comisiones investigadoras sobre la actuación de los correspondientes comisionados y del contenido de dicho informe.
La gota que derramó el vaso ha sido la constatación de que en las listas de personas con derecho a resarcimiento estatal por compensación a la violencia desatada por el terrorismo, hay varios terroristas que incluso han sido reincidentes cuando fueron excarcelados por las benignas leyes de los años 2000.

Ante las pruebas presentadas, con ribetes de escándalo en cualquier país del mundo, ya empezaron a “curarse en salud” algunos excomisionados como Enrique Bernales y Sofía Macher, que muy tranquilos expresaron que existían algunos defectos en dicho informe, como la metodología utilizada para la estimación de los fallecidos o no haber permitido tomar en cuenta el testimonio de las fuerzas del orden. Es decir, “pequeñeces”, a juicio de estos excomisionados. Casi nada, algo así como faltas de ortografía o problemas de encuadramiento de una tabla Excel en un texto de Word.
Pero si esto llamaría a escándalo en cualquier país occidental democrático, lo más escandaloso ha sido la reacción oficial encarnada en el Primer Ministro, quien indica que estos son asuntos por corregir, pero que de ninguna manera justifican revisar el Informe Final de la CVR. Es decir, para él, dicho informe es menos sujeto a crítica que la propia Biblia, cuyos contenidos son sometidos a tamices empíricos que pueden llegar hasta la hipótesis del posible casamiento de Jesús. Hasta la física, la más perfecta de las ciencias, es y ha sido revisada permanentemente. Pues la ciencia, como decía Popper, avanza a base de conjeturas y refutaciones y es en la revisión de lo que en algún momento es considerado “conocimiento”, donde se halla el acercamiento a la verdad. Si la ciencia y hasta la religión son sujetos de revisión, es realmente muy penosa la oficial arrogancia que exhibe el Premier.
Mi rechazo al Informe de la CVR no es un rechazo a la defensa de los DD.HH. Eso nunca. Es simplemente que no suscribo los hechos como se cuentan ahí ni las conclusiones a las que llega. Espero ser reconocido como sujeto de ese derecho humano: el de discrepar con ese Informe desde la confrontación de los hechos empíricos y exigir un debate nuevo al respecto. Como lo exigen tantos otros.

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