07 septiembre, 2012

Tanto espacio y coincidir



Tanto espacio y coincidir

Las izquierdas se darán el lujo de pelar los dientes. Para eso tienen a los Monreal y los Bartlett… puestos para lanzar pedradas.

José Cárdenas

Lo que a Marcelo Ebrard le tomó cinco años, al próximo jefe de Gobierno sólo le bastó el instante propiciado por el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, para coincidir con el próximo Presidente de la República.


Mancera y Peña se dieron la mano. Graco Ramírez, próximo gobernador de Morelos, está de testigo. Luis Videgaray sacó la foto… y de inmediato la presumió en las redes sociales. Listo.


La anécdota tiene fondo y la imagen envía un mensaje claro: 2012 no es 2006, Peña no es Calderón… y algunos no están dispuestos a seguir cargando lastre.


Con “ángel”, Mancera encontró una elegante manera de quedar bien con Dios y con el “diablo”. Demostró lo que sabe —no en balde es doctor en derecho—: “Yo no soy quien para reconocer a Peña Nieto… el reconocimiento lo hacen la ley y la norma y yo soy observador de la norma”.


Y, como Mancera, otros perredistas reconocen en público su disgusto por el resultado de la contienda presidencial pero están dispuestos a un trato institucional con el gobierno que viene.


En pocas palabras, reconocen a Peña Nieto como Presidente legal, no necesariamente legítimo. Así responden a la disposición del priista para dialogar con López Obrador, sólo si el tabasqueño reconoce al mexiquense… y eso, nunca.


López Obrador y Peña Nieto no se verán las caras… pero Mancera, Graco, Arturo Núñez, capitanes del “corredor amarillo”, tampoco comen lumbre. Menos el diputado Silvano Aureoles y el senador Miguel Barbosa.


La colaboración indispensable a favor de gobernados y representados, la discusión de presupuestos, el debate legislativo y la coordinación entre los distintos niveles de gobierno serán asuntos cotidianos. Más vale subirse al tren que corre por las vías institucionales.


Eso sí, las izquierdas se darán el lujo de pelar los dientes. Para eso tienen a los Monreal y los Bartlett… puestos para lanzar pedradas.


… y López Obrador, entre berrinche y berrinche, tiene la opción de amagar con la ruptura. Su Morena ya está lista.




MONJE LOCO: También se goza la música: el primer movimiento de la “Sinfonía de la Transición” está siendo tocado con virtuosismo. La partitura no deja a las improvisaciones. La obra tiene líneas melódicas simples, pero profundas.


Por ejemplo, un día antes de la reunión con el presidente Calderón, Peña Nieto tocó su obertura. Si Stravinsky consagró la primavera, el Presidente electo consagró el verano del cambio… pero dejó las mejores notas para diciembre.


La obertura sonó un día después del concierto de gala para la despedida de Felipe Calderón, quien no quiso perder ni un segundo los reflectores y por eso sólo habló del Presidente electo para quien pidió apoyo… pero de cuyo nombre no quiso acordarse.


La “cumbre” de ambos, uno en “pianísimo” y el otro en “crescendo”, se da el mismo día de la publicación en el Diario Oficial de la declaratoria de validez electoral y de Presidente electo… y a unas horas de la invitación condicionada a López Obrador para dialogar.


Calderón nunca fue reconocido por AMLO hasta que éste lo señaló como tercero interesado en el litigio electoral, con cuyo fracaso podría preparar las maletas para irse a la finca de Palenque… de cuyo nombre tampoco quiero acordarme.

No hay comentarios.: