Francisco Garfias
El gobernador de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre, emanado de una coalición de izquierda, se le salió del guión a Andrés Manuel López Obrador.
No sólo refrendó su voluntad de mantener una relación fructífera con el gobierno federal, que próximamente encabezará el priista Enrique Peña Nieto, sino que reconoció el respaldo que el presidente Calderón le dio a la entidad en dos rubros: el combate a la inseguridad, y la promoción de la actividad turística. Nobleza obliga.
Otro que sutilmente mandó a volar al Peje y su desobediencia civil es Marcelo Ebrard. A más de diez mil kilómetros de distancia —se encuentra en Italia, en un foro mundial sobre urbanización— hizo saber que acatará el fallo del TEPJF. Para no verse tan mal con el líder de Morena, descalificó los trabajos del tribunal. Declaró que le parecía “muy decepcionante” la actuación de los magistrados que unánimemente declararon a Peña Presidente electo. El clásico “sí, pero no”… Miguel Mancera, jefe de Gobierno electo, no se quedó atrás. Él también manifestó que mantendrá un trabajo institucional con el Presidente electo. Los gobernadores electos de Morelos, Graco Ramírez, y de Tabasco, Arturo Núñez, ya habían reconocido la controvertida resolución.
La gran incógnita de la controvertida reforma laboral es si ya está consensuada en el seno del Partido Revolucionario Institucional, donde militan algunos de sus principales detractores: los líderes sindicales. Su aprobación o rechazo nos darán una idea de cómo se vienen las cosas en el seno del futuro partido en el gobierno.
¿Les torcerán la manita a los que se opongan a la reforma? ¿Tendremos en la figura de Enrique Peña la restauración del “eje articulador” del PRI? Planteamos las preguntas porque una voz autorizada de ese partido nos adelantó que la cúpula del tricolor ya aceptó “más o menos” los términos de la propuesta enviada al Congreso por el presidente Calderón, en calidad de “iniciativa preferente.” Esto obliga a los diputados a dictaminarla antes del 30 de septiembre. Al preguntarle a la voz si ya la habían consensuado “más o menos” con el sector obrero del partido, nos dio a entender que no habrá problema, siempre y cuando se le hagan adecuaciones que “garanticen” los derechos de los trabajadores. Agregó algo que nos hizo reflexionar sobre la suerte que correrían los que ofrezcan resistencias en el tricolor. “En el PRI nadie se quiere enfrentar con Peña Nieto”, dijo.
La fuente precisó que el famosooutsourcing
(subcontratación de una empresa a otra en actividades que originalmente
le fueron asignadas) ya fue aceptado en la cúpula, pero incluyendo la
figura de “patrón substituto”. El alegato es que eso evitaría la
creación de falsas cooperativas que, una vez cumplido el contrato, se
desvanecen y dejan a los trabajadores en el aire. “Es lo que sucede
actualmente”, aseguró la fuente.
Otro tema en que “más o menos” admite la cúpula del tricolor —la bancada no ha tenido tiempo de procesar la iniciativa— es el de “horario por horas” (contratación por horas.) La única condición es que no sea regido por el salario mínimo.
Nos queda claro también que la transparencia en el uso de recursos que obtienen los sindicatos, afiliados o no a la CTM, será sacrificada para facilitar el tránsito de la reforma. Como quien dice “hay que ir poco a poquito…”, con o sin “eje articulador”. El peso de Elba Esther Gordillo, líder del SNTE; Carlos Romero Deschamps, STPRM; Joel Ayala, FSTSE, y compañía, es todavía mayor que la urgencia de transparentar los recursos de los sindicatos.
Nadie se quiere aventar el tiro de desafiarlos, más allá del discurso. El tema ya se sacó de la reforma laboral. “Ese es otro boleto. Nadie se quiere echar encima al SNTE”, puntualizó la voz.
Va el nombre de un diputado que pronto cobrará relevancia: Ricardo Fidel Pacheco. Este cetemista, abogado de profesión, hombre de confianza de Carlos Aceves del Olmo, uno de los sólidos aspirantes a la sucesión de Joaquín Gamboa Pascoe, será el próximo presidente de la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados.
Esta Comisión se encargará de dictaminar la mencionada reforma a la Ley Federal del Trabajo, dentro de los 30 días naturales. Se integrará, en principio, el miércoles próximo. “De no tener Comisión, nos acercaríamos definitivamente hasta que se venzan los 30 días, y así como está dispuesta, tendría que pasar a votación”. Reconoció Manlio Fabio Beltrones, jefe de la bancada del PRI en San Lázaro. Y dijo más: “Hay garantías de que la desahogaremos el 30 de septiembre; de que sea aprobada, no; de que sea rechazada, tampoco. A lo mejor puede ser aprobada con modificaciones y para eso necesitamos un dictamen”.
La integración de la Comisión de Trabajo es excepcional. La legislatura se acaba de instalar. Hasta hoy no hay ninguna comisión. Las negociaciones sobre el reparto de las mismas apenas se inicia. Pero el envío de la “iniciativa preferente” del Ejecutivo hace urgente la creación de la citada Comisión de Trabajo.
El tema se trató en la reunión de la Junta de Coordinación Política en San Lázaro. Sólo la fracción del MC, que coordina Ricardo Monreal, se opone a su integración.
No sólo refrendó su voluntad de mantener una relación fructífera con el gobierno federal, que próximamente encabezará el priista Enrique Peña Nieto, sino que reconoció el respaldo que el presidente Calderón le dio a la entidad en dos rubros: el combate a la inseguridad, y la promoción de la actividad turística. Nobleza obliga.
Otro que sutilmente mandó a volar al Peje y su desobediencia civil es Marcelo Ebrard. A más de diez mil kilómetros de distancia —se encuentra en Italia, en un foro mundial sobre urbanización— hizo saber que acatará el fallo del TEPJF. Para no verse tan mal con el líder de Morena, descalificó los trabajos del tribunal. Declaró que le parecía “muy decepcionante” la actuación de los magistrados que unánimemente declararon a Peña Presidente electo. El clásico “sí, pero no”… Miguel Mancera, jefe de Gobierno electo, no se quedó atrás. Él también manifestó que mantendrá un trabajo institucional con el Presidente electo. Los gobernadores electos de Morelos, Graco Ramírez, y de Tabasco, Arturo Núñez, ya habían reconocido la controvertida resolución.
La gran incógnita de la controvertida reforma laboral es si ya está consensuada en el seno del Partido Revolucionario Institucional, donde militan algunos de sus principales detractores: los líderes sindicales. Su aprobación o rechazo nos darán una idea de cómo se vienen las cosas en el seno del futuro partido en el gobierno.
¿Les torcerán la manita a los que se opongan a la reforma? ¿Tendremos en la figura de Enrique Peña la restauración del “eje articulador” del PRI? Planteamos las preguntas porque una voz autorizada de ese partido nos adelantó que la cúpula del tricolor ya aceptó “más o menos” los términos de la propuesta enviada al Congreso por el presidente Calderón, en calidad de “iniciativa preferente.” Esto obliga a los diputados a dictaminarla antes del 30 de septiembre. Al preguntarle a la voz si ya la habían consensuado “más o menos” con el sector obrero del partido, nos dio a entender que no habrá problema, siempre y cuando se le hagan adecuaciones que “garanticen” los derechos de los trabajadores. Agregó algo que nos hizo reflexionar sobre la suerte que correrían los que ofrezcan resistencias en el tricolor. “En el PRI nadie se quiere enfrentar con Peña Nieto”, dijo.
La fuente precisó que el famoso
Otro tema en que “más o menos” admite la cúpula del tricolor —la bancada no ha tenido tiempo de procesar la iniciativa— es el de “horario por horas” (contratación por horas.) La única condición es que no sea regido por el salario mínimo.
Nos queda claro también que la transparencia en el uso de recursos que obtienen los sindicatos, afiliados o no a la CTM, será sacrificada para facilitar el tránsito de la reforma. Como quien dice “hay que ir poco a poquito…”, con o sin “eje articulador”. El peso de Elba Esther Gordillo, líder del SNTE; Carlos Romero Deschamps, STPRM; Joel Ayala, FSTSE, y compañía, es todavía mayor que la urgencia de transparentar los recursos de los sindicatos.
Nadie se quiere aventar el tiro de desafiarlos, más allá del discurso. El tema ya se sacó de la reforma laboral. “Ese es otro boleto. Nadie se quiere echar encima al SNTE”, puntualizó la voz.
Va el nombre de un diputado que pronto cobrará relevancia: Ricardo Fidel Pacheco. Este cetemista, abogado de profesión, hombre de confianza de Carlos Aceves del Olmo, uno de los sólidos aspirantes a la sucesión de Joaquín Gamboa Pascoe, será el próximo presidente de la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados.
Esta Comisión se encargará de dictaminar la mencionada reforma a la Ley Federal del Trabajo, dentro de los 30 días naturales. Se integrará, en principio, el miércoles próximo. “De no tener Comisión, nos acercaríamos definitivamente hasta que se venzan los 30 días, y así como está dispuesta, tendría que pasar a votación”. Reconoció Manlio Fabio Beltrones, jefe de la bancada del PRI en San Lázaro. Y dijo más: “Hay garantías de que la desahogaremos el 30 de septiembre; de que sea aprobada, no; de que sea rechazada, tampoco. A lo mejor puede ser aprobada con modificaciones y para eso necesitamos un dictamen”.
La integración de la Comisión de Trabajo es excepcional. La legislatura se acaba de instalar. Hasta hoy no hay ninguna comisión. Las negociaciones sobre el reparto de las mismas apenas se inicia. Pero el envío de la “iniciativa preferente” del Ejecutivo hace urgente la creación de la citada Comisión de Trabajo.
El tema se trató en la reunión de la Junta de Coordinación Política en San Lázaro. Sólo la fracción del MC, que coordina Ricardo Monreal, se opone a su integración.
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