26 octubre, 2012

Cerdos, pónganse a temblar. José Cárdenas

Estremecen esas declaraciones de Humberto Moreira al reportero Ricardo Mendoza del diario La Vanguardia, de Saltillo. Hace falta valor para hablar así.
La información había llegado temprano por correo… minutos después era nota relevante en casi todos los portales de noticias.
Narra el reportero que la entrevista con el ex gobernador de Coahuila fue reservada hasta que se dieran las condiciones para su publicación. Precisa que la conversación se realizó en dos tiempos: el 9 de octubre en casa del ex líder nacional del PRI, y este miércoles mediante una llamada telefónica. Humberto Moreira, refugiado en el dolor, interrumpe el luto por el asesinato de su hijo José Eduardo, ocurrido el pasado 4 de octubre.
En ese contexto deben leerse sus declaraciones.


Moreira corresponsabiliza de su tragedia a empresarios de Coahuila y el resto del país, quienes —afirma— han amasado fortunas por sus vínculos con el crimen organizado.
“Se la dan de santones aquí en el pueblo, en el estado… se codean con la sociedad, se han hecho millonarios a partir de su trato con los narcotraficantes. A esos los quiero ver en prisión”, sentencia el padre huérfano de su hijo.
“‘Cerdos’, pónganse a temblar…”, sentenció el político en desgracia. Al romper su silencio, también exigió “una cacería contra los delincuentes disfrazados de ciudadanos dizque decentes”.
“A ‘esos’ los quiero ver en prisión”… y pidió que sean identificados, perseguidos, exhibidos y castigados por todo México, tanto por la muerte de su hijo como por la de miles de mexicanos que han caído en manos del crimen organizado”. A todo esto me atrevería a hacer una pregunta: ¿por qué Moreira no dijo todo esto antes?
Humberto Moreira también señaló que al igual que los miles de padres de familia que se han enlutado en esta “guerra”, quiere justicia, no venganza… y advierte que no se quedará cruzado de brazos.
“Al gordo ese de el Castillo, el desgraciado que ‘puso’ a mi hijo, que lo engañó, que le dijo ‘tengo una invitación que darte’… ese desgraciado tiene que pagarla el resto de su vida en la cárcel”, demandó. Humberto Moreira se refiere a Rodolfo Castillo Montes, subdirector operativo de la policía de Ciudad Acuña, quien citó con engaños a José Eduardo y lo entregó a los criminales. Seguiremos informando.
MONJE LOCO: De un tiempo a esta parte Michoacán se ha convertido en espejo de las contradicciones nacionales. Es un caso surrealista. El gobernador Fausto Vallejo —a quien la candidata perdidosa, María Luisa (Cocoa) Calderón acusó de haber ganado con ayuda del narcotráfico— está indignado por la libertad bajo fianza obsequiada por el juez sexto de lo Penal a los ocho estudiantes normalistas acusados de participar en la quema de autobuses, sedición, motín y robo de uso. En Michoacán todo puede pasar. Los oportunistas de la agitación, beneficiarios de la industria de la protesta, entre otros, los Panchos Villas, doctorados en chantaje, invaden las oficinas del gobierno michoacano en el DF. La policía los trata con la cortesía de un diplomático, los convence de “pasarse a retirar”… y el gobernador Vallejo vuelve a protestar... Ya no siente lo duro sino lo tupido. Acusa a grupos radicales de pretender “desestabilizar” al estado… y precisa, contundente: “Es claro que la crisis ocasionada por el conflicto normalista fue planeada”. Vallejo sabe muy bien lo que dice… y por qué lo dice.

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