Gracias a Hugo Chávez, el legado de Augusto Pinochet
como el único dictador militar latinoamericano en tiempos modernos en
ceder de forma voluntaria el poder a través de las urnas se ha
preservado. Pinochet se ve más que nunca como un héroe.
Chávez "ganó" la elección presidencial de Venezuela el domingo al
obtener 54% de los votos contra 45% de su contendiente Henrique Capriles
Radonski. No obstante, lo hizo con el control de todas las
instituciones gubernamentales de Venezuela y, lo que es más importante,
la propiedad casi total de la economía del país. Esto le dio al Estado
poder para manipular directamente las listas de electores y las
papeletas y una chequera disponible para influenciar —algunos dirían
"comprar"— el voto. Capriles nunca participó en una pelea justa.
AFP/Getty Images
Durante 14 años, Chávez ha transformado
Venezuela en un desastre económico plagado de delincuencia, y las
encuestas internas de la oposición le habían dado confianza en que tenía
los votos para ganar. Eso, sin embargo, no dio mucha tranquilidad a
nadie familiarizado con el fraude chavista.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por Chávez, había
rechazado permitir una auditoría independiente del registro de votantes,
y las probabilidades de que la lista estuviera viciada son altas. ¿De
qué otra forma se explica que había 11 millones de electores registrados
en 1999 y hoy hay casi 19 millones? El sitio web del CNE incluye miles
de votantes de entre 111 y 129 años.
Una segunda señal de alerta surgió cuando algunos partidos políticos
retiraron su apoyo a Capriles después de que las papeletas habían sido
impresas con su foto al lado de sus casillas. No obstante, el CNE
decidió que los votos que recibieran esos partidos —acompañados por el
rostro de Capriles— irían a los candidatos de reemplazo de las
agrupaciones, y no a Capriles. Es probable que esto haya generado
confusión entre algunos electores, en especial porque uno de los
partidos tenía un nombre sospechosamente similar al partido oficial de
Capriles. Chávez también había cerrado el consulado venezolano en Miami a
principios de este año, privando del derecho a votar de miles de
venezolanos que viven en Estados Unidos y que, probablemente, favorecían
a Capriles.
El amplio margen de Chávez probablemente se explique por el generoso
gasto financiado con préstamos. Un ejemplo: se ha informado que China le
ha prestado al dictador más de US$40.000 millones desde 2007 a cambio
de futuras reservas de petróleo. Según un artículo de Bloomberg de
septiembre, "al menos US$12.000 millones fueron prometidos en los
últimos 15 meses, cuando la estancada producción petrolera y los mayores
costos crediticios entre los principales mercados emergentes habrían
encarecido la recaudación de capital". Chávez también es dueño de las
ondas radiofónicas y la seguridad laboral de millones de empleados
públicos.
Pinochet no tenía tal control en 1988. Durante sus 17 años en el
poder, había permitido a las personas a adquirir su propio patrimonio.
Los historiadores aún debaten sobre cuánto sabía sobre las violaciones a
los derechos humanos de su agencia de inteligencia, pero nadie puede
discutir su historial como líder que posibilitó que floreciera la
libertad económica. El nicaragüense Daniel Ortega también permitió una
elección en 1990 pero sólo bajo la presión de EE.UU. Pinochet lo hizo
porque una sociedad chilena más fuerte, que el fomentó, así lo exigía.
Los dictadores no se marchan del poder. Lo mantienen hasta que mueren. Pinochet fue una excepción. Chávez confirma la regla.
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