09 octubre, 2012

La miseria de Venezuela

La miseria de Venezuela

Adam Smith dijo alguna vez que hay mucha ruina en un país, y los venezolanos parecen estar determinados a corroborarlo. Al reelegir a Hugo Chávez a otro sexenio, se han auto garantizado más miseria tanto económica como de otra índole.
Chávez ganó con 55% de los votos contra su contrincante más portentoso hasta la fecha, Henrique Capriles Rodonski, el gobernador del estado de Miranda. Es una sorpresa que Capriles haya conseguido 44% (de las preferencias) tomando en cuenta que Chávez controla o domina casi todos los medios venezolanos y los monitores electorales.


El caudillo ha nacionalizado más de 1.000 empresas durante sus 14 años en el poder, incluyendo la industria petrolera, y las ha utilizado para su beneficio. Los gastos públicos desenfrenados han incrementado artificialmente el crecimiento económico en los trimestres recientes, pero ahora la reseca se evidencia en una alta inflación y escasez de electricidad y alimentos básicos.
Después de cada una de sus anteriores victorias, Chávez ha realizado nacionalizaciones, y probablemente hará lo mismo esta vez. La utopía socialista siempre está fuera de alcance, por lo que los líderes que la prometen siempre deben cometer alguna nueva atrocidad para llegar a ella. Los bonos venezolanos, que se habían estado vendiendo bien abrigados en la esperanza de una derrota de Chávez, se hundieron el lunes durante una jornada ligera (por el feriado en Nueva York) luego de que el presidente mantuvo el poder. El bolívar cayó en el mercado negro a lo que los negociantes dicen fue un récord bajo de 12,58 frente al dólar.
Es posible que el caudillo no pueda cumplir su próximo sexenio completo debido al tratamiento que ha seguido por un cáncer cuyo tipo se rehúsa a revelar. Es un secreto de estado. Esta es una razón más para que la oposición permanezca más o menos unida y dé la lucha en las elecciones estatales de diciembre. No importa lo que Chávez piense, él no es eterno, y Venezuela tiene que estar lista para recuperar su democracia después de su muerte.
Mientras tanto, Chávez sigue siendo una lección de que la democracia puede ser asaltada más fácilmente de lo que muchos admiten.

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