24 octubre, 2012

El descontón de la maestra al PRI

Francisco Garfias

Sorpresa mayúscula. La senadora del Panal, Mónica Arriola, hija de la maestra Elba Esther Gordillo, se sumó anoche a los senadores del PAN y el PRD y votó a favor de que el tema de la democratización de los sindicatos fuera reincorporado a la reforma laboral.
Le ganaron al PRI y a sus incondicionales del Verde 67-61. No hay duda de que Mónica recibió “línea” de su progenitora. El voto de la senadora de Nueva Alianza pone en serias dificultades al tricolor y “al que andaba en Europa”.


La minuta regresa a San Lázaro, cámara de origen. Si los 11 diputados del Panal, que originalmente votaron contra la democracia sindical, siguen el ejemplo de la senadora Arriola —lo contrario sería una incongruencia—, el PRI tendrá dificultades para “tumbar” nuevamente los polémicos artículos. No le alcanza para lograr la mayoría requerida en San Lázaro. ¿Tan mal andarán las relaciones que Elba prefiere aparentemente el autogol? Es pregunta. A los diputados del tricolor, que coordina Manlio Fabio Beltrones, no les va a quedar otra que sumarse a la democracia sindical o verse derrotados en la defensa de lo indefendible.
 Algo es algo. El PRI aceptó sumarse a la transparencia en los sindicatos. Las críticas en los medios y las fuertes presiones de sus opositores lo llevaron a proponer, por conducto del senador jalisciense Arturo Zamora, la adición al artículo 364 bis de la Ley Federal del Trabajo que a la letra dice: “Los sindicatos deberán observar los principios de legalidad, transparencia, certeza, gratuidad, inmediatez, equidad, imparcialidad y respeto a la libertad, autonomía y democracia sindical”, punto que fue aprobado por unanimidad, es decir, por los 128 senadores.
Eso incluye a Carlos Romero Deschamps, sindicato petrolero; Armando Neyra, CTM; Isaías González, de la CROC, y a la mencionada Mónica Arriola. Es un paso adelante. Hay que reconocerlo.
 Al que tampoco le alcanzó fue a Gerardo Fernández Noroña. Convocó multitudes al sentón alrededor del Senado, a partir de las seis de la mañana, para protestar contra la reforma laboral. No tardó mucho en darse cuenta de la falta de respuesta. Levantó el sentón antes de que el pleno camaral iniciara la discusión de la reforma.
El ex diputado del PT no ocultó su decepción. En su cuenta de Twitter la emprendió contra los jóvenes que prefirieron irse a clase, a su trabajo o a dormir un poco más, a pesar de lo que él considera un atropello en su contra. “Mal, muy mal”, se quejó. En otro mensaje reconoció que la gente no respondió a su llamado. “Ni modo”, escribió, resignado.
 Fausto Vallejo apenas ocultó su irritación con el GDF. “Es parte de la impunidad”, nos dijo el gobernador de Michoacán, cuando le preguntamos sobre la ocupación  de la casa que alberga la representación del estado de Michoacán en la Ciudad de México.
Al filo del mediodía, un grupo de 25 encapuchados, armados con chacos, tomó por asalto el inmueble ubicado en la calle de Kansas, colonia Nápoles, para exigir la liberación de los ocho normalistas detenidos en la entidad por motín, sedición, robo y daño doloso. Fueron identificados como integrantes de la Federación de Estudiantes Socialistas y Campesinos.
“Es un acto de cobardía, sin justificación. En la representación había cinco o seis mujeres en el momento de la ocupación”, protestó el mandatario priista. Los empleados fueron desalojados por los encapuchados que ingresaron con rudeza en la Casa de Michoacán. Dentro sólo quedó Nancy Cárdenas Meza, representante del estado, y uno de sus asesores. Los ocupantes permanecieron allí casi cuatro horas y se retiraron. El gobernador nos adelantó que va a proceder legalmente en contra de quien resulte responsable del vandálico acto: “No podemos dejar eso en el aire”.
Aprovechamos para preguntarle sobre su supuesta enfermedad. En algunas columnas ya hasta manejan su próxima renuncia por motivos de salud. Para nada. Vallejo tuvo faringitis. Se le juntó con lo de una hernia. Lo atendieron en Médica Sur. Nada serio. “En tres días estaba fuera”, presume el michoacano. Desarrolla sus actividades normalmente, a pesar de lo cargado de su agenda.
 En la República de Armenia no les gustó nadita que se erigiera una estatua al dictador de Azerbaiyán, Heydar Aliyev, en pleno Paseo de la Reforma. Tampoco el pronunciamiento que el Senado hizo, en la legislatura pasada, sobre el conflicto armado en la región de Nagorno–Karabaj, que opone a estas dos naciones y que ha obligado a un millón de personas a abandonar sus hogares.
Al senador potosino Teófilo Torres Corzo, presidente de la Comisión Asia-Pacífico, le tocó pegar los platos rotos por la anterior legislatura. Ayer recibió en la Cámara alta al ministro armenio de relaciones exteriores, Edward Nalbandian, y al embajador de ese país, Tatoul Markarian.
Los visitantes no hicieron alusión a la estatua. No era esa la ventanilla. Teófilo, sin embargo, les hizo llegar un mensaje que los dejó “satisfechos”. Les dijo que la Cámara de Senadores hace votos para que las dos naciones, con respeto irrestricto a las soberanías, encuentren una solución definitiva al conflicto, por la vía pacífica.

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