22 octubre, 2012

El miedo de Padrés

R A Y M U N D O   R I V A   P A L A C I O 
Estrictamente personal
El miedo de Padrés

El conflicto político en Sonora es mucho más profundo y violento de lo que en este mismo espacio se planteó el viernes pasado. La valoración subjetiva del momento por el que atraviesa el Gobernador Guillermo Padrés se dio en la lucha que por las redes sociales tuvieron defensores y opositores por más de 24 horas, con distinta intensidad. En esa misma dinámica se enmarcaron los correos electrónicos que se enviaron al autor desde diferentes direcciones y con diferentes nombres pero con textos idénticos para descalificar los apuntes a partir de un error de precisión sobre la ubicación de la presa "El Novillo", que por el tema del agua –la razón de fondo de las guerras en el Medio Oriente-, tiene partida a la sociedad y sus élites.

El vocero del Gobernador ofreció clarificar varios de los señalamientos "ingenuos", "raros" y "falsos", que se expusieron el viernes pasado, pero nunca hizo nada más que gritar. Así son los de su clase. La realidad es que no se puede ocultar la descomposición social y política que vive la Sonora de Padrés, con repunte de la narcoviolencia en el norte del estado, violencia política en el sur, un asesinato de alto impacto que no termina de esclarecerse y un conflicto bautizado en algunos medios de su estado como "la guerra del agua", donde la construcción de un acueducto para Hermosillo lo enfrentó con la clase empresarial del sur, con la sociedad en Cajeme, con los yaquis, y con la Suprema Corte de Justicia.

Al Gobernador Padrés, que aparenta soslayar los desafíos, enfrenta desavenencias de fondo en su estado que debería de atender e importarle, aún más, si quiere fortalecer sus esperanzas de contender por la candidatura presidencial en 2018, resolver la brecha que se está ampliando en la sociedad sonorense por una sociedad herida y enfrentada, polarizada por su estilo de Gobernar y el de sus cercanos, y por su cuestionada gestión de Gobierno.

Padrés no se encuentra en el mejor momento de su Gobierno. Llegó al poder estatal por la tragedia en la guardería ABC en Hermosillo a un mes de la elección, cuyo impacto en la sociedad fue tan fuerte para el PRI y su Gobernador Eduardo Bours, que no pudieron controlar el daño ni evitar la pérdida de electores. Pero no fue sólo él. Tuvo apoyo de otros poderosos priistas que eran enemigos de Bours, porque cuando fue Gobernador los hostigó. Pero los enemigos de Bours no son amigos del Presidente electo Enrique Peña Nieto, y los priistas hoy tampoco olvidan que Padrés se convirtió en el operador político preferido por Los Pinos en distintas elecciones estatales, donde apoyó con recursos humanos y financieros a los candidatos azules.

Esta animadversión política se suma a los problemas económicos acumulados por Padrés, quien en sus tres años de Gobierno aumentó la deuda en dos mil millones de pesos, lo que significa, según Nicolás Pineda, director del Programa de Estudios Políticos y de Gestión Pública de El Colegio de Sonora, quien escribió un análisis al respecto, que es la tercera en el País per cápita –abajo del Distrito Federal y Nuevo León-, y la primera por tamaño de economía. Bajo un Gobierno como el de Felipe Calderón que lo ayudó, la diferencia en el trato del nuevo Gobierno de Peña Nieto será radicalmente distinta porque Padrés, a diferencia de otros gobernadores opuestos al PRI, sí trabajaron políticamente contra él.

A Padrés le fue mal en la elección federal pasada, donde perdió la candidata del PAN a la Presidencia, Josefina Vázquez Mota, por casi 100 mil votos, y en Hermosillo, el único municipio que ganó en la contienda presidencial, apenas si rebasó a Peña Nieto por siete mil 577 votos. El panismo de Sonora tiene más diputados que el PRI, pero menos senadores. En Cajeme, sede del núcleo opositor, perdió dos por uno la presidencia municipal. La estrella del operador electoral se apagó, y en lugar de recortar sus pérdidas, replegarse y agruparse, decidió salir a dar más batallas por todos lados. Pelear en todos los flancos es un error táctico. Políticamente, es una tontería.



No hay comentarios.: