28 octubre, 2012

El plan secreto de EEUU en la lucha contra el terrorismo

The Washington Post

En los últimos dos años, el gobierno del presidente Barack Obama ha estado desarrollando en secreto un nuevo plan para perseguir terroristas, una lista llamada “Matriz de eliminación”.
La matriz contiene los nombres de los sospechosos de terrorismo junto a un inventario de los recursos dedicados a rastrearlos, incluyendo acusaciones todavía selladas y operaciones clandestinas. Funcionarios del gobierno de EEUU indicaron que la base de datos está diseñada para ir más allá de las listas de eliminación de terroristas existentes y detalla los planes para la “eliminación” de los sujetos que están fuera del alcance de los aviones americanos no tripulados.


Aunque la matriz es una obra en curso, el esfuerzo por crearla refleja una realidad que está estableciéndose entre las filas de los agentes de la lucha contra el terrorismo: las guerras convencionales de Estados Unidos están llegando a su fin, pero el gobierno espera seguir añadiendo nombres a sus listas de personas a matar o capturar por muchos años.
Entre los altos funcionarios de la administración de Obama, existe un consenso bastante generalizado de que este tipo de operaciones se extenderán probablemente al menos otra década. Dada la manera en que Al Qaida sigue haciendo en declive, algunos funcionarios dicen que no hay un final definitivo a la vista.
“No podemos matar a todos los que quieren hacernos daño”, comentó un alto funcionario de la administración. “Es una parte necesaria de lo que hacemos… En 10 años no vamos a conseguir un mundo en que todos se den la mano y digan: ‘Amamos a Estados Unidos’”.
Esa línea cronológica sugiere que Estados Unidos sólo ha llegado a la mitad de lo que se conoció como la guerra global contra el terrorismo. Las listas de focalización que se consideraban medidas de emergencia limitadas después de los ataques del 11 de septiembre del 2001 son ahora parte integrante del aparato de seguridad nacional. Las listas se expanden y contraen según el avance de los aviones no tripulados pero nunca bajan a cero.
Mientras tanto, un jalón significativo se cierne en el horizonte: el número de militantes y civiles que han muerto en la campaña de aviones no tripulados durante los últimos 10 años pronto excederá los 3,000 según ciertos cálculos, sobrepasando el número de personas que Al Qaida mató en los ataques del 11 de septiembre.
La administración de Obama se ha jactado de sus éxitos contra la red terrorista, incluyendo la muerte de Osama bin Laden, como logros que apoyan la reelección del presidente Obama. Washington ha tomado medidas tentativas hacia una mayor transparencia, admitiendo formalmente por primera vez el uso por parte de Estados Unidos de aviones no tripulados armados.
Algo menos visible es el grado hasta donde Obama ha institucionalizado la práctica altamente clasificada de hacer ejecuciones focalizadas, transformando elementos azarosos en una infraestructura antiterrorista capaz de sostener una guerra al parecer permanente. Voceros de la Casa Blanca, el Centro Nacional de Lucha Contra el Terrorismo (NCTC), la CIA y otras agencias se negaron a comentar sobre la matriz u otros programas antiterroristas.
En privado, los funcionarios admiten que la creación de la matriz es parte de una serie de medidas, en Washington y en el extranjero, para integrar herramientas antiterroristas en la política de EEUU de manera permanente.
El asesor de antiterrorismo de la Casa Blanca John O. Brennan está tratando de codificar el método de la administración de generar listas de captura/muerte, como parte de un esfuerzo a mayor escala para guiar a futuras administraciones a través de los procesos de lucha contra el terrorismo que Obama ha hecho suyos.
El director de la CIA, David H. Petraeus, está abogando por una expansión de la flota de aviones no tripulados armados de la agencia, afirmaron funcionarios del gobierno. La propuesta, que necesitaría la aprobación de la Casa Blanca, refleja la transformación de la agencia en una fuerza paramilitar, y pone en claro que no piensa desmantelar su programa de aviones no tripulados y volver a centrarse en reunir inteligencia como en la época anterior al 11 de septiembre.
El Comando Conjunto de Operaciones Especiales de EEUU (JSOC), que llevó a cabo la redada en que murió Bin Laden, ha movido equipos especiales a lugares de Africa sospechosos de ser caldos de cultivo del terrorismo. Una rústica base estadounidense en Djibouti ha sido transformada en una plataforma de lanzamiento de operaciones contra el terrorismo en el Cuerno de Africa y el Medio Oriente.
JSOC ha establecido también un centro secreto de focalización cerca de Washington, del otro lado del río Potomac, comentaron ex funcionarios y funcionarios actuales del gobierno. Las células de focalización del comando élite se han colocado tradicionalmente cerca del frente de batalla de sus misiones, incluyendo en Irak y Afganistán. Pero JSOC creó una fuerza de choque “en la región de la capital” que está a 15 minutos de distancia de la Casa Blanca, para que pueda estar involucrada más directamente en las deliberaciones sobre las listas de Al Qaida.
Los cambios fueron descritos por ex funcionarios y funcionarios actuales de la Casa Blanca y del Pentágono, así como agencias de inteligencia y de lucha contra el terrorismo. La mayoría de ellos hablaron bajo condición de anonimato debido a la delicadeza del tema.
Estos componentes de lucha contra el terrorismo han sido integrados a una base legal para muertes focalizadas que la administración de Obama ha discutido más abiertamente durante el último año. En una serie de discursos, funcionarios de la administración han citado bases legales, incluyendo la autorización congresual de usar fuerza militar concedida después de los ataques del 11 de septiembre, así como el derecho de la nación a defenderse a sí misma.
Críticos afirman que estas justificaciones se han hecho más débiles a medida que la campaña de los aviones no tripulados se ha expandido mucho más allá del grupo central de operativos de Al Qaida que estuvo detrás de los ataques a Nueva York y Washington. Señalan que la administración sigue sin confirmar la intervención de la CIA o las identidades de los muertos. Ciertos ataques están siendo llevados a los tribunales, incluyendo la muerte el año pasado del operativo de Al Qaida nacido en Yemen Anwar al-Awlaki y su hijo de 16 años.
Expertos antiterroristas opinan que la dependencia de las muertes focalizadas se perpetúa a sí misma, dando resultados innegables a corto plazo que pueden distorsionar los costos a largo plazo.
“El problema con los aviones no tripulados es que son como tu cortadora de césped”, explicó Bruce Riedel, ex analista de la CIA y asesor antiterrorista de Obama. “Tienes que cortar el césped todo el tiempo. En cuanto dejas de cortar el césped, empieza a crecer de nuevo”.
Estados Unidos opera ahora múltiples programas de aviones no tripulados, entre ellos patrullas militares estadounidenses admitidas sobre zonas de conflicto en Afganistán y Libia, y vuelos clasificados de vigilancia de la CIA sobre Irán.
Los golpes contra Al Qaida, no obstante, se llevan a cabo bajo secretos programas letales con la participación de la CIA y JSOC. La matriz fue desarrollada por NCTC, bajo su ex director Michael Leiter, para aumentar las listas de personas a matar.
Se trata de una base de datos única en continua evolución, en la que se catalogan biografías, ubicaciones, asociados conocidos y organizaciones afiliadas. Lo mismo ocurre con las estrategias para eliminar a los sujetos, incluyendo solicitudes de extradición, operaciones de captura y patrullas de aviones no tripulados.
La decisión de Obama de cerrar las prisiones secretas de la CIA terminó con un programa que se había convertido en una fuente de desdén internacional, pero que además complicaba la persecución de los terroristas. A menos que un sospechoso apareciera a la vista de un avión no tripulado en Pakistán o Yemen, Estados Unidos pasaba mucho trabajo para decidir qué hacer.
“Teníamos un problema sobre cómo salir de ellos”, explicó un ex funcionario antiterrorista de EEUU que estuvo involucrado en el desarrollo de la matriz.
La base de datos se propone prever imprevistos, creando un menú operacional que detalla el papel de cada agencia en caso de que un sospechoso sea detectado en un lugar inesperado. “Si él está en Arabia Saudita, se usa a los sauditas para detenerlo”, señaló el ex funcionario. “Si está viajando del otro lado del mar a Al Shabaab [en Somalia] podemos detenerlo por barco. Si está en Yemen, lo matamos o usamos a los yemenitas para detenerlo”.
Los funcionarios se negaron a revelar la identidad de los sospechosos en la matriz. Señalaron, no obstante, la captura del supuesto operativo de Al Qaida Ahmed Abdulkadir Warsame cerca de las costas de Yemen. Warsame estuvo detenido durante dos meses a bordo de una nave estadounidense antes de ser transferido a la custodia del Departamento de Justicia y acusado formalmente en el tribunal federal de Nueva York.
“Warsame fue un caso clásico de ‘¿qué vamos a hacer con él?’”, declaró el ex funcionario antiterrorista. En esos casos, la matriz tiene planes preparados, incluyendo qué barcos de la Marina de Guerra de EEUU están cerca y qué cargos debe preparar el Departamento de Justicia.
“Claramente, había personas en Yemen que nosotros teníamos en la matriz”, así como otros en Pakistán y Afganistán, amplió el ex funcionario antiterrorista. La matriz era una manera de estar listos si ellos viajaban. “¿Cómo lidiamos con esta gente cuando están en tránsito? No se supone que les disparemos desde un avión no tripulado si están viajando por Turquía o Irán”.
Los funcionarios describieron la matriz como una base de datos en desarrollo, aunque su estatus no está claro. Algunos dijeron que no ha sido implementada porque es demasiado engorrosa. Otros, incluyendo funcionarios de la Casa Blanca, el Congreso y agencias de inteligencia, la describieron como un plan maestro que podría ayudar a Estados Unidos a adaptarse a la estructura en constante transformación de Al Qaida y sus esfuerzos por aprovechar los disturbios en Africa del Norte y el Medio Oriente.
Un año después de que el secretario de Defensa, Leon E. Panetta, declarara que el centro de Al Qaida estaba cerca de una derrota estratégica, funcionarios ven una serie de amenazas emergentes más allá de Pakistán, Yemen y Somalia, los tres países donde han ocurrido casi todos los ataques con aviones no tripulados de EEUU.
La Primavera Arabe ha acabado con las asociaciones de EEUU contra el terrorismo en países como Egipto, donde funcionarios estadounidenses temen que Al Qaida podría establecer raíces nuevas. La afiliada en Africa del Norte, Al Qaida en el Maghreb Islámico, ha ocupado territorios en el norte de Mali y adquirido armas que fueron sacadas de contrabando de Libia.

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