30 octubre, 2012

Guatemala: Nueva aplanadora

Guatemala: Nueva aplanadora

Por José Raúl González Merlo
Prensa Libre 

Las dos decisiones más relevantesde este gobierno y de este Congreso se han tomado de “urgencia nacional”. El más grande aumento de impuestos en nuestra historia y el presupuesto de gasto público más alto, nunca antes visto, fueron aprobados por el Congreso usando esa modalidad. Subir impuestos y gastar tienen toda la urgencia del caso. No es lo mismo en la ansiada transparencia y correcto uso de los recursos... La nueva aplanadora sólo funciona en la dirección que les conviene. Dios los cría y el Congreso los junta. Para aprobar leyes “en una sentada”, es decir “de urgencia nacional”, se necesitan dos terceras partes de los diputados. Una supermayoría que no es común de llegar a juntar; especialmente ahora que los partidos oficiales no han gozado de mayoría en el Congreso. Lejos quedaron aquellos días en que las “aplanadoras” verdes, azules o amarillas gobernaban en el hemiciclo. Hoy hay que negociar los votos. Lo anterior no es fácil; sin embargo, cuando les conviene, los políticos tienen una extraña facilidad de “levantar la mano” al unísono. 

Tal fue el caso del aumento de impuestos en marzo y del primer presupuesto completamente elaborado por el gobierno “patriota”. Lo que no parece de urgencia para los políticos es la aprobación de leyes y controles que contribuyan a la transparencia, honestidad y eficiencia del gasto público. Como ha sido siempre, los políticos tienden a hacerse los locos con esos temas. Un par de datos nos dice cómo están de torcidas las prioridades de los gobernantes. Para hostigar al ciudadano en el pago de cerca de Q50 mil millones en impuestos, se eleva el presupuesto de la SAT de Q600 millones en 2012 a más de Q1,000 millones en el 2013. Pero para que la Contraloría General de Cuentas fiscalice el correcto uso de Q67 mil millones de gasto público, se pasa de asignarle Q235 millones en 2012 a Q250 millones en su presupuesto del 2013. En otras palabras, gastamos el 2% de los impuestos para controlar la recaudación y ni siquiera gastamos medio por ciento del gasto para fiscalizarlo. Con razón es más fácil llevar “pie con geta” a cualquier indefenso contribuyente; o cerrarle su negocio sumariamente, antes que ver a algún funcionario público sufrir las consecuencias de sus malos manejos.
Estamos viendo los resultados de una nueva “aplanadora”. La de la corrupción institucionalizada que cada año es alimentada por el Ejecutivo, enviando un presupuesto mayor al anterior, y un hambriento Legislativo que, ahora, lo aprueba de “urgencia nacional”. Por si fuera poco, lo recaudado en impuestos no les alcanza. Por ello tienen planeado endeudar a los ciudadanos en otros Q12 mil millones durante el 2013, cifra que pronto nos pondrá arriba de los Q100 mil millones de deuda pública, con la complicidad de gobiernos e instituciones “amigas”.
Así es como el gobierno del cambio sigue en las mismas de los gobiernos anteriores. Aumentando impuestos y deudas sin las prometidas mejoras en la calidad del gasto público. Si no ponemos algún límite pronto a este irresponsable proceso, la crisis lo hará por nosotros.

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