23 octubre, 2012

Libertad ¿positiva o negativa?

Libertad ¿positiva o negativa?

Dentro de qué ámbito el individuo puede hacer y ser sin que otros le coaccionen o le limiten

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CARLOS GOEDDER 
Al reflexionar sobre la Libertad, un pensador provocador es Sir Isaiah Berlin (1909-1997). Es quizás el único pensador liberal al que podrían leer con tolerancia y hasta autocrítica los defensores del estatismo y la izquierda política. Es más, entre sus escritos se encuentra un estudio, sin prejuicios, sobre Marx.

Un trabajo introductorio a Berlin es el ensayo donde el propio autor diferencia entre Libertad en un sentido negativo y en un sentido positivo (1958). Acá, negativo dista de ser sinónimo de malo, y positivo de bueno, según se verá. El ensayo está publicado en: Dos conceptos de Libertad y otros Escritos, con estudio de Ángel Rivero (Alianza Editorial, 2010).

Cuando Berlin desmenuza el concepto de Libertad considera que la interpretación negativa responde a la pregunta: "¿cómo es el espacio en el que el sujeto -una persona o un grupo de personas- se le deja o se le ha de dejar que haga o sea lo que esté en sus manos hacer o ser, sin la interferencia de otras personas?". Acá la pregunta sobre Libertad es formulada en sentido negativo: ¿hasta qué punto no me deben interferir en mi acción individual? El tema en discusión es dentro de qué ámbito el individuo puede hacer y ser sin que otros le coaccionen o le limiten.

En tal sentido, surgen al menos dos problemas. Uno, que el individuo tiene varios valores, siendo la Libertad uno más. Desde esta perspectiva, "estoy dispuesto a sacrificar parte de mi libertad, o toda ella, para evitar la desigualdad rampante o la extensión de la miseria. Lo hago de buena gana y libremente, pero téngase en cuenta que al hacerlo me desprendo de libertad en aras de justicia, de igualdad o por amor a mis semejantes"; por ello, puedo reducirme mis propias fronteras de libertad. Aún así, habrá un espacio mínimo de libertad que haya de reconocérseme: "Benjamin Constant [1767-1830], el más vigoroso defensor de la libertad y la privacidad (... ) declaró que como mínimo la libertad religiosa, de opinión, de expresión y la propiedad debían estar protegidas frente a cualquier invasión arbitraria". El segundo punto que surge es que al asumir este "espacio vital libre", el individuo toma una responsabilidad importante, que es elegir; con la libertad negativa, "se opta por el doloroso privilegio de libertad, 'el peso de la libertad'... ".

Ahora bien, hasta ahora la pregunta sobre la Libertad ha sido en forma "negativa": ¿en qué espacio me muevo sin que me interfieran? Una variante de preguntarse sobre el mismo asunto es afirmativa o "positiva": "¿qué o quién es la causa de control o interferencia que puede determinar que alguien haga o sea una cosa u otra?". En otros términos: ¿quién me gobierna? Responder la pregunta "positiva" puede encontrarse con dos paradojas. La primera, es que el individuo, por su deseo de reconocimiento y de sentirse parte de un grupo, seleccione -libremente- ceder su libertad a otra "entidad supraindividual": líder religioso, partido político, clase social, nación, raza, familia... La segunda paradoja es esta: propone que al individuo ha de guiarle la razón por encima de lo "irracional" que interfiere con su buen juicio; acá la razón es la única soberana válida, digamos, el "autodominio" y solo vale mi libertad si la obedezco; ahora bien, extendiendo el argumento, puede ser que admita que alguien más racional que yo -quien realmente conoce lo que es bueno para mí y se guía mejor por la sabiduría-, me gobierne. Entonces, por este camino, tenemos nuevamente una autoridad externa como respuesta a la pregunta sobre la Libertad. Lo desconcertante de esta última paradoja es que puede deducírsela de una filosofía racionalista esgrimida desde Sócrates, con su punto cumbre en la Ilustración. Culminando en un pensamiento, como el marxista, el cual es una forma de justificar esa autoridad externa por la suprema razón, incluso su extremo de heteronomía y en aras, aunque sea flagrante contradicción, de la Libertad.

Berlin se pronuncia: "el pluralismo, que implica libertad 'negativa', me parece un ideal más verdadero y más humano que los fines de aquellos que buscan en las grandes estructuras disciplinarias y autoritarias el ideal de autocontrol 'positivo' de las clases, de los pueblos o de la propia humanidad. Es más verdadero porque, al menos, reconoce el hecho de que los fines humanos son múltiples, son en parte inconmensurables y están en permanente conflicto".

1 comentario:

Anónimo dijo...

No conocía a Isaías Berlin. Voy a leer más sobre él. Gracias !