08 octubre, 2012

Los "estímulos" de la Fed

Los "estímulos" de la Fed

Printer-friendly versionSend to friendpor Gabriela Calderón de Burgos

Gabriela Calderón es editora de ElCato.org, investigadora del Cato Institute y columnista de El Universo (Ecuador).
La semana pasada la Reserva Federal de EE.UU. anunció la tercera ronda de flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés), en vista de que la economía estadounidense todavía no logra una recuperación decisiva de la Gran Recesión. Los mercados y los políticos alrededor del mundo lo han celebrado. Pero, ¿funcionará este nuevo “estímulo” de la Fed?
Hay un consenso entre banqueros centrales de que cuando se avecinan tiempos difíciles, conviene aumentar la oferta monetaria (léase crear dinero). La Fed puede hacer esto reduciendo la tasa de interés de los fondos federales o comprando bonos del Tesoro de EE.UU. La flexibilización cuantitativa es un término sofisticado para referirse a una versión mucho más amplia de este segundo método: en lugar de limitarse a comprar bonos del Tesoro ahora la Fed compra —a precios por encima de los que el mercado fijaría— activos financieros, como títulos hipotecarios.


Steve Hanke de Johns Hopkins University considera que durante el último cuarto de siglo la Fed ha “sobre reaccionando a crisis reales o percibidas y creado tres burbujas de demanda agregada”. Esto, dice Hanke, tiene que ver con la teoría austriaca del ciclo económico: “Con las tasas de interés artificialmente bajas, los consumidores reducen sus ahorros a favor del consumo, y los empresarios aumentan su nivel de gasto en inversiones”. El problema es que estas inversiones no se generan en base a un ahorro real y ocasionan burbujas en determinados sectores, como ocurrió recientemente con el sector inmobiliario estadounidense.1
Una de las principales contribuciones de la Escuela Austriaca de economía, destacada por su habilidad para describir y predecir lo ocurrido durante la Gran Recesión, es que la creación de dinero no es neutral, haciendo lucir como rentables inversiones que en condiciones normales no lo fueran.
La Fed no ha logrado con sus “estímulos” una recuperación sustancial de la economía. Hanke indica que la oferta monetaria está compuesta del dinero creado por el Estado (base monetaria) y el dinero creado por los bancos. Aunque la base monetaria se ha triplicado desde la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008, el dinero bancario se ha reducido en un 9,54%. Hanke atribuye esta caída a políticas como la Ley Dodd-Frank de regulación financiera y los requisitos de capital de Basilea III, que han obligado a los bancos a reducir sus préstamos. “Al ser el dinero bancario el 94 por ciento de la oferta total de dinero al comienzo de la crisis, es fácil ver por qué su descenso ha sido difícil de compensar para los productores de dinero del Estado (la Fed)”.2
Lo que estamos viendo es que la crisis actual no ha sido causada por la mano invisible del libre mercado, sino por la muy visible mano de los estados y de los bancos centrales más importantes del mundo —particularmente la Fed. El economista Jesús Huerta de Soto explica en el documental “Fraude: Por qué la Gran Recesión” que “Es importante entender que si hay un sector intervenido en las actuales economías es el sector financiero y bancario y que, por tanto, la crisis que nos asola no es una crisis de la economía de mercado, sino todo lo contrario”.

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