Peña
no quiere más crecimiento económico y menos pobreza, sino más burocracia
El Presidente
Electo de México, Enrique Peña, ha dicho querer que la economía crezca más y la
pobreza se reduzca. Pero sus planes para el gobierno que encabezará a partir
del 1 de diciembre, no apuntan a eso sino a aumentar la burocracia, el gasto
público y por ende la carga fiscal.
Ha trascendido
que se propone crear 5 nuevas secretarías de Estado: de la mujer, del agua, de
ciencia y tecnología, de la presidencia y de telecomunicaciones (al partir en
dos la actual Secretaría de Comunicaciones y Transportes). Estas nuevas
secretarías carecen de justificación y sólo aumentarán el gasto público, los
sueldos abultados para los cuates y la burocracia.
Pero no sólo
aumentará la burocracia estatal, sino la local, pues estas mismas nuevas
secretarías se reproducirán en los 32 gobiernos estatales y en los gobiernos de
los 2,457 municipios del país, como suele ocurrir.
Al parecer Peña
pretende acelerar el crecimiento de por sí elevado de la burocracia en los
últimos años. Para 2010, según el INEGI, había 4,188,784 burócratas en los tres
niveles de gobierno (sin considerar los burócratas de los poderes judicial y
legislativo y de los organismos autónomos), cifra que representaba casi el 10%
de las personas empleadas en el país.
De esa
cantidad, 786,055 eran empleados de gobiernos municipales, pero en 2009, la
cifra era de 623,629, esto es: un aumento del 26% ¡en tan sólo un año![1]
Ahora bien,
según el INEGI, los salarios de la burocracia federal representan el 37% de
todos los salarios del país.[2]
Pero dado que los burócratas federales no representan arriba del 4% de todos
los ocupados, entonces su participación en la masa salarial (suma de todos los
salarios) es casi 9 veces a la de su peso específico en la fuerza laboral.
Y algunos
burócratas -quienes por definición no generan riqueza sino que se apropian de
la ajena- son realmente privilegiados. Ellos constituyen el verdadero “1%”. Los
39 mil empleados federales de los niveles más elevados tienen un ingreso
mensual promedio de 130 mil pesos, que es 15 veces el salario promedio de los
asalariados del país.[3]
No sólo los
empleados en activo representan una gran carga para los contribuyentes, sino
también los jubilados y pensionados. Y su importancia creció aceleradamente en
los últimos años. Ellos eran poco más de 200 mil en 1990, más de 400 mil en
2000, 576 mil en 2006 y casi 898 mil en 2012.[4]
Si Peña y el
PRI se salen con la suya y se crean nuevas secretarías de Estado, entonces el
proceso de expansión de la burocracia será incontenible. De ser así, en algunos
años más una minoría improductiva obtendrá la mayor parte de la renta del país.
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