Piedad Córdoba y un homenaje revelador
Por Emilio J.
Cárdenas
Ninguno de
quienes habitualmente nos leen en estas columnas se sorprenderá realmente si
califico -una vez más- a la ex-senadora colombiana Piedad Córdoba de
militante -siempre bien disfrazada- de la izquierda radical colombiana; con
lazos de verdadera intimidad con las FARC, Hugo Chávez y Fidel Castro por
lo menos, quienes la usaron como presunta “negociadora independiente” en
distintos episodios de la historia reciente (particularmente en “liberaciones
de personas secuestradas” por las FARC, en las que se intentó poner fin a
algunos de los crímenes de lesa humanidad que las FARC cometen constantemente).
La ex senadora participó en ello (hasta con el ex presidente Néstor Kirchner)
fingiendo siempre una presunta “neutralidad”, cuando en rigor la mencionada
Córdoba era para las FARC -por lo menos, ideológicamente- una simpatizante, sino
parte de su “tropa propia”.
Hay hechos que,
en distintas circunstancias de lugar y tiempo, analizados que son
oportunamente, corroboran esa sospecha y la transforman en fundada.
Como el
“homenaje” que recientemente le brindaran hombres de peso de la izquierda
radical argentina en la ciudad de Buenos Aires. El 15 de agosto pasado, el
llamado “Movimiento Evita” le organizó una cena íntima de homenaje en la
capital argentina.
Su anfitrión
llamativamente fue esta vez Emilio Pérsico, uno de los líderes
“piqueteros” y secretario general del “Movimiento Evita” que, también él,
fingiera por meses una presunta neutralidad operativa, cuando en realidad
siempre fue una pieza central a disposición del aparato kirchnerista, al que
ahora pertenece, sin careta alguna.
Entre los
presentes a la celebración cabe, entre algunos otros, destacar la concurrencia
de Jorge Taiana, un ex Canciller argentino kirchnerista con un pasado
estrechamente vinculado a organizaciones de la subversión de los 70; de Adela
Segarra y Leo Grosso, ambos diputados nacionales kirchneristas; de Eduardo
Ancona y Patricia Cubría, dos diputados kirchneristas en la Provincia de
Buenos Aires; del economista Jorge Beinstein; y la del dirigente del
Partido Comunista Argentino, Jorge Kreyness. Un grupo pequeño, pero
homogéneo y particularmente revelador, por cierto.
Por aquello tan
antiguo de: “dime con quién andas y te diré quién eres”, el listado precedente
de personajes centrales de la izquierda radical argentina nos exime de formular
reflexiones o comentarios adicionales.
Además,
confirma acabadamente que, respecto de la declamada “neutralidad” en la
actuación de la ex senadora colombiana Piedad Córdoba, debemos, por lo
menos, desconfiar. Porque no es tal.
Ella es parte
de la izquierda radical continental, donde milita activamente, aunque con
colores y disfraces a la manera de un camaleón, cada vez que ello es
conveniente u oportuno, en lo que supone un mero “juego de roles” que no
debiera ya engañar a nadie, nunca.
Emilio J.
Cárdenas fue Embajador de la República Argentina ante las Naciones
Unidas.
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