Querido Francisco
Querido Francisco: Déjame comenzar esta
breve misiva precindiendo de toda fórmula elemental de cortesía porque, en
realidad, se trata de una queja de carácter patriótico que
espero sepas entender.
Francisco Martín
Moreno
Ayer
me hicieron llegar, como siempre acontese, tus declaraciones del Impuesto sobre
la renta, la del IVA y la del LLIETU que no acabo de entenderlo, pero que espero
nunca lo deroguen. Mi queja consiste en reclamarte lo poco que pagastes de
todos esos rubros.
¿Crees
que si continuas tributando a esos niveles me va alcanzar pa’ pagar el predial
y el mantenimiento de mi casa de San Diego? ¿Tus sabes lo que cuesta mantener
una casa en Gringolandia?
¿Crees que un chofer o dos, una
cocinera, una ama de llaves, 3 recamareras y un par de jardineros dado el
tamaño de mi jardín cuesta lo mismo que en la ciudad de México? ¿Quieres que te
enseñe mi último recibo del agua, e...? ¿Crees que son enchiladas vivir de este
lado de la frontera? Aquí los gringos te rematan tu casa si no pagas cada mes,
¿lo sabías...? ¿Vas entendiendo mi coraje? ¿Sabes lo que cuesta llenar el
tanque de mis coches? A, verdá...
Con la porquería que pagaste de ISR no me
alcanza ni pa’ pagar el mínimo del 10% de mi tarjeta de crédito del Bank of
America. ¿No te da pena? Tú te la pasas en otros rollos y por lo mismo, tal
vez, no sepas lo que cuesta una bolsa de Luis Buitón.
¿Sabías que unos mugres zapatos Diamond Nike
Air Force cuestan 50 mil dolarucos? ¿Quieres que una maestra como yo ande
descalza? Unos pinchurrientos zapatos de Christian Louboutin, estos nombrecitos
infernales, cuestan, oviamente nuevos, algo así como 3 mil dólares.
Si lo dudas, entra a su paginita y checa lo
que te digo. No vas a querer que los compre usados en la pagina de mercado
libre, escritorsito de transistores, ¿verdá...?
Has de saber que cuando vengo a San Diego
rento aviones privados que me cuestan cinco mil dólares la hora. Dije: ¡La
hora! Saca tu cuenta. ¿De dónde crees que voy a sacar esa lana si pagas una
miseria de impuesto? Pero no soy la única que se queja de ti, el mismo Romero
Decham alega lo mismo, como lo hace el tal Esparza o Esparsa, de Luz y Juerza,
como sea que se llame.
Yo te acuso públicamente de que no ayudes al
sostenimiento del sindicalismo libre y que traiciones los postulados de la
revolución mexicana que tanto dices defender en tus escritos que no debe leer
ni la autora de tus días, si es que algún día la conocistes.
¿A dónde va a ir el movimiento obrero con
intelectualitos como tú, que no solo no contribuyen a su evolución, sino que
todavía, le exigen al senado de la república que transparentemos nuestras
cuentas y que los votos de nuestros millones de incondicionales se ventilen en
todos los medios.
¡Además de tacaño eres un enemigo de la
clase trabajadora de nuestro país! La
opasidad es la base nuestro poder sindical y tu quieres que se
acabe la opasidad por que eres nuestro enemigo jurado.
Ya verás como a Enrique le vamos a sacar
todo lo que ustedes no nos pagan. Pa’ que te mueras del coraje me acabo de
comprar un Kartier de esos que solo conoces en foto... Ya ponte a escribir más
novelas de día y de noche, da más conferencias y publica muchos artículos pa’
que nos alcance, ¿no...? Así no vamos a ningún lado. ¡Coopera!
Atentamente,
Elba Ester Gordillo.
Nota del columnista:
los errores ortográficos son a propósito.
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