03 octubre, 2012

Romney a la defensiva: ataca a España y lidera el debate contra Obama

JLH/ Nueva York


El primer debate presidencial celebrado ayer en Denver estuvo marcado por la falta de aliciente, un contexto que permitió al candidato republicano, Mitt Romney, sacar los dientes frente a un relajado Barack Obama que, quizás, se mostró poco arisco y más bien complaciente. El republicano, sin embargo, aprendió bien su lección y se permitió, incluso, lanzar un ataque verbal directo contra nuestro país.
"España gasta el 42 por ciento de su economía en gastos gubernamentales, yo no quiero ir por esa vía, quiero ir por la vía de crear empleos en este país", dijo el ex gobernador de Massachusetts, durante la parte del debate electoral correspondiente al déficit público.


De esta forma, el republicano y el actual presidente demócrata se enzarzaron en una sosa pelea lingüística sobre los impuestos y la fiscalidad a este lado del Atlántico en su objetivo por reducir el déficit y equilibrar el presupuesto. Ambos presentaron sus planes, faltos por igual de detalles concretos pese al incesante cúmulo de cifras mencionadas, como la mejor panacea para reactivar el crecimiento y ayudar a la clase media.
Romney, consciente de su desventaja en los sondeos, optó por adoptar una postura mucho más agresiva de lo habitual, eso sí, evitó cualquier salida de tono. El republicano optó por utilizar el problema del déficit como arma arrojadiza frente a Obama. "Simplemente no es moral" y aseguró que "el presidente prefiere aumentar los impuestos".
Obama, por su parte, prometió inversiones en educación y energía y una reforma del sistema impositivo para fortalecer a la clase media. El presidente reconoció que pondrá en marcha un "nuevo patriotismo económico" para crear empleos y "reconstruir" el país con inversiones en educación y energía. "Queda mucho trabajo por hacer, no se trata de dónde estamos, sino hacia dónde vamos", explicó. "Nos va mejor a todos cuando le va mejor a la clase media", añadió.
Mientras su contrincante republicano apostó por la independencia energética, la ampliación de tratados de libre comercio así como el recorte y equilibrio del déficit como rebulsivo para garantizar la mejora de la clase media.
El Washington Post aseguró que Romney se mostró mucho más duro de lo que a menudo aparenta en la campaña electoral al definir el primer mandato de Obama como un momento de aumento de la pobreza, la desaceleración del crecimiento económico y la lucha para millones de estadounidenses.
"Los precios de la gasolina se han duplicado bajo el mandato del presidente. Las tarifas eléctricas han subido. Los precios de los alimentos han aumentado'', justificó Rommey. "Los costos de salud han aumentado en 2.500 dólares por familia... la clase media ha sido aplastada'', sentenció.
A la espera de conocer la reacción de los votantes, especialmente en los estados indecisos, los primeros sondeos daban como claro ganador a Romney. Según una encuesta realizada por la CNBC, el 52 por ciento de los participantes daba como claro vencedor al republicano frente al 38 por ciento que se inclinó por Obama. Un 10 por ciento de los participantes dijo no tener claro quién fue el vencedor.

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