03 octubre, 2012

Romney se impone a un Obama a la defensiva

Elecciones EE.UU.

El 67 % de los espectadores de la cadena CNN considera que el republicano ha ganado el primer debate presidencial


Romney se impone a un Obama a la defensiva
afp

Mitt Romney se impuso esta madrugada a un Barack Obama que estuvo a la defensiva y no pareció cómodo en casi ninguna parte del primer debate electoral de las presidenciales estadounidenses. El candidato republicano salió al ataque desde el primer momento y dominó la dinámica de la conversación.
Era lo que Romney necesitaba para devolver optimismo a su campaña. Al final, Romney y su familia fueron los últimos en abandonar el escenario. Obama y los suyos se retiraron antes. Todo un símbolo de quién se consideraba ganador y quién perdedor. Algo que de inmediato avalaron los ciudadanos: una cuesta de urgencia de la CNN dio como ganador a Romney con un 67%, frente al 25% que consideraba vencedor al presidente.
Romney se impone a un Obama a la defensiva
En un debate que se centró en los asuntos económicos, la reforma sanitaria y el peso del Gobierno federal, Obama solo despuntó en algunos instantes de su defensa del “Obamacare”, su plan de extensión de los servicios sanitarios. También en el mensaje final supo recuperar algo de su habitual brillo al recordar algunos de sus acciones de Gobierno, como la decisión de la retirada de Afganistán, la exitosa lucha contra Al Qaida y la muerte de Bin Laden. 

«Hace cuatro años dije que no soy un hombre perfecto y que no sería un presidente perfecto», dijo el candidato demócrata, bromeando que esa era una promesa que Romney bien podía concederle que ha cumplido. «Pero también prometí que lucharía cada uno de los días por el pueblo de América, la clase media, y por aquellos que se esforzaban por entrar en ella. He mantenido mi promesa y si me votan prometo que lucharé igual de duro en un segundo mandato», afirmó, mirando a la cámara.

Hay dos caminos muy diferentes, según Romney

Esas palabras de cierre de Obama fueron seguidas por la última intervención de Rommey: «Estas son unas elecciones sobre el curso de América. Qué tipo de América quieren para ustedes y para sus hijos. Y realmente hay dos caminos muy diferentes, que siguen direcciones muy diferentes. No tengo la menor duda de que si el presidente es reelegido, ustedes continuarán viendo como la clase media es exprimida con ingresos que descienden y precios que suben».
Romney aseguró que si Obama sigue en la Casa Blanca continuará el «paro crónico», frente a los 12 millones de puestos de trabajo que promete crear él, y no habrá una recuperación del papel de EE.UU. en el mundo. «Si el presidente es elegido, verán un recorte dramático de nuestro Ejército. El secretario de Defensa ha dicho que sería devastador. Yo no recortaré nuestro compromiso con el Ejército. Mantendré América fuerte y haré que la clase media americana trabaje de nuevo».
Criticado por la falta de energía de su campaña, Romney salió decidido a comer el terreno a Obama, presentándose como alguien que es capaz de retar al presidente. Y lo consiguió, cuestionando la gestión económica hecha desde la Casa Blanca. Obama se mostró desganado en rebatir la argumentación de su contrincante, al que apenas miró, atareado en tomar notas mientras Romney hablaba.

«Obamacare»

Obama criticó la falta de detalles sobre el plan impositivo de su rival, y de cómo reemplazará el «Obamacare» que asegura que rechazará si es elegido presidente, asuntos sobre los que Romney es vago. También cuestionó el plan de este para la privatización voluntaria de la prestación sanitaria de los pensionistas. Pero en ningún momento tomó la iniciativa en plantear nuevos flancos de ataque. Por ejemplo no sacó a relucir la polémica del «47%», la afirmación desconsiderada de Romney sobre los estadounidenses que no pagan de impuestos y viven de ayudas públicas.
El debate fue moderado por el veterano Jim Lehrer, de la cadena pública PBS, en lo que era el décimo segundo debate presidencial que arbitraba. Antes de comenzar el acto, recordó al público las normas de no aplaudir, jalear o abuchear en ningún momento de los 90 minutos de duración del debate. Lehrer tuvo una actuación deficitaria. No controló bien el tiempo, permitiendo que Obama hablara cuatro minutos más que Romney, y uno de los bloques tuvo que eliminarse.

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