De la dictadura perfecta a la
caricatura perfecta
Balance Fin de la era PAN. La alternancia fue un homenaje a la banda de Moebius, donde viajar a otro lado significa ir al mismo sitio
Juan Villoro
(25 noviembre 2012).- Escritor
Un graffiti resume la decepción provocada por los gobiernos del PAN: "¡Que se vayan los ineptos y que vuelvan los corruptos!". Durante 71 años el PRI negó la democracia. Sus prácticas fueron del control corporativo de los sindicatos al fraude cibernético, pasando por la gastronomía política (la "operación tamal") y las trampas de feria (el "ratón loco" y la "casilla zapato"). Sin embargo, 12 años bastaron para que el antihéroe fuera extrañado.
¡Bienvenidos a la República de las Paradojas, el País de Siempre Jamás! El partido "oficial" se apropió de los colores de la bandera y convirtió la lucha de clases en un trámite burocrático, la "revolución institucional". Sus propuestas se ajustaron a las conveniencias; por turnos, fue nacionalista, estatista, privatizador o populista. Pero el buffet de ideologías no se detuvo ahí: Carlos Salinas de Gortari inventó el "liberalismo social". Más que un partido, el PRI ha sido una oficina de oportunidades. Durante 71 años, México se salvó de la dictadura al elevado precio de no tener una democracia auténtica. Nuestra política fue un hipódromo de apuestas aseguradas: el mismo caballo ganaba todas las carreras. Con puntería, Mario Vargas Llosa definió a este peculiar sistema como "la dictadura perfecta". Un autoritarismo que, oficialmente, no era tal. Como la hamburguesa vegetariana, el PRI prometía algo contrario a su esencia. En nombre de la justicia social, creó un país de pobres, una élite de supermillonarios y una casta que confundió lo público y lo privado y transformó la corrupción en el atajo elemental al éxito.
Pero nadie puede predecir la historia de un país con chiles que pican de cien modos distintos. En 2012 el PRI ya era un mal añorado. "¡Ellos sí sabían robar!", dijeron los testigos de la corrupción panista, nostálgicos de la habilidad priista para dirimir conflictos (o convertirlos en otros menos urgentes). El partido tricolor alternó los abusos con los favores; fue, según la indeleble definición de Octavio Paz, un "ogro filantrópico". En el año 2000 esa criatura parecía digna de taxidermia en el pabellón de las especies antediluvianas. Un carismático ranchero, ex gerente de la Coca-Cola, se subió a un templete, pateó un ataúd con el escudo del PRI y ofreció erradicar las alimañas que comían el presupuesto. Gracias a Vicente Fox, un pueblo entusiasta aprendió el nombre popular de ciertos bichos: México exterminaría "tepocatas" y "víboras prietas".
Balance Fin de la era PAN. La alternancia fue un homenaje a la banda de Moebius, donde viajar a otro lado significa ir al mismo sitio
Juan Villoro
(25 noviembre 2012).- Escritor
Un graffiti resume la decepción provocada por los gobiernos del PAN: "¡Que se vayan los ineptos y que vuelvan los corruptos!". Durante 71 años el PRI negó la democracia. Sus prácticas fueron del control corporativo de los sindicatos al fraude cibernético, pasando por la gastronomía política (la "operación tamal") y las trampas de feria (el "ratón loco" y la "casilla zapato"). Sin embargo, 12 años bastaron para que el antihéroe fuera extrañado.
¡Bienvenidos a la República de las Paradojas, el País de Siempre Jamás! El partido "oficial" se apropió de los colores de la bandera y convirtió la lucha de clases en un trámite burocrático, la "revolución institucional". Sus propuestas se ajustaron a las conveniencias; por turnos, fue nacionalista, estatista, privatizador o populista. Pero el buffet de ideologías no se detuvo ahí: Carlos Salinas de Gortari inventó el "liberalismo social". Más que un partido, el PRI ha sido una oficina de oportunidades. Durante 71 años, México se salvó de la dictadura al elevado precio de no tener una democracia auténtica. Nuestra política fue un hipódromo de apuestas aseguradas: el mismo caballo ganaba todas las carreras. Con puntería, Mario Vargas Llosa definió a este peculiar sistema como "la dictadura perfecta". Un autoritarismo que, oficialmente, no era tal. Como la hamburguesa vegetariana, el PRI prometía algo contrario a su esencia. En nombre de la justicia social, creó un país de pobres, una élite de supermillonarios y una casta que confundió lo público y lo privado y transformó la corrupción en el atajo elemental al éxito.
Pero nadie puede predecir la historia de un país con chiles que pican de cien modos distintos. En 2012 el PRI ya era un mal añorado. "¡Ellos sí sabían robar!", dijeron los testigos de la corrupción panista, nostálgicos de la habilidad priista para dirimir conflictos (o convertirlos en otros menos urgentes). El partido tricolor alternó los abusos con los favores; fue, según la indeleble definición de Octavio Paz, un "ogro filantrópico". En el año 2000 esa criatura parecía digna de taxidermia en el pabellón de las especies antediluvianas. Un carismático ranchero, ex gerente de la Coca-Cola, se subió a un templete, pateó un ataúd con el escudo del PRI y ofreció erradicar las alimañas que comían el presupuesto. Gracias a Vicente Fox, un pueblo entusiasta aprendió el nombre popular de ciertos bichos: México exterminaría "tepocatas" y "víboras prietas".
Uno de los más grandes desafíos de la política consiste en preservar las expectativas después de una elección. Hay dos formas de lograrlo: cumpliendo promesas o creando nuevas expectativas. La primera es más útil pero más incómoda; la segunda requiere de un magnífico desempeño teatral. Fox no logró lo uno ni lo otro. Llegó en una posición inmejorable para promover el cambio. Gozaba de consenso y se rodeó de significativos colaboradores de la sociedad civil, como José Sarukhán, Adolfo Aguilar Zinser y Jorge G. Castañeda. Pero el ímpetu con que prometió resolver el problema de Chiapas en 15 minutos se disolvió cuando supo que gobernar exige laboriosas negociaciones. El candidato que había lucido fotogénico a bordo de cualquier vehículo (de un triciclo a un cebú), se transformó en el mandatario de mirada perdida que añoraba los caminos de Guanajuato. Fox optó por ser una figura decorativa, como la Reina de Inglaterra, sólo que con sombreros rústicos, y contrató a Rubén Aguilar, ventrílocuo que procuró darle coherencia a sus dislates.
De cualquier forma, nada impidió que se metiera en apuros. A Fidel Castro le dijo una frase ideal para decorar marisquerías ("comes y te vas"),"elogió" a las mujeres por ser "lavadoras con patas", dijo que los chicanos eran explotados como "viles chinos" y aceptaban trabajos que ni siquiera hacían los negros. Si sumamos a las mujeres, los chinos y los negros resulta que el presidente de México ofendió a la mayoría de los pobladores de la Tierra. La activa política con Estados Unidos (conocida como un platillo tex-mex, "the whole enchilada") fracasó después del 11 de septiembre de 2001. Si se descuenta la Ley de Transparencia y la gestión de Julio Frenk al frente de la Secretaría de Salud, los logros del "gobierno del cambio" fueron mínimos. En ocasiones, hubo un serio retroceso. Fox atentó contra la división entre la Iglesia y el Estado al despedir sus actos con la frase "que Dios los bendiga" y al nombrar como secretario del Trabajo, y posteriormente de Gobernación, a Carlos Abascal. En un acto sin precedentes, este tardío representante del sinarquismo asistió a la beatificación colectiva de mártires cristeros en el estadio Jalisco. Su última actividad pública fue recibir el doctorado honoris causa de la Universidad Anáhuac, gesto congruente con su fe, pues estuvo más cerca de la Legión de Cristo que del Estado laico.
Nunca un Presidente se aburrió tanto como Fox. La campaña que lo llevó de pueblo en pueblo para "sacar al buey de la barranca" desembocó en las oficinas donde no quería estar. El recio usuario de botas de piel de avestruz, se sintió como un jinete sin caballo. Lejos, muy lejos quedaban los entretenidos días de estar en contra. Gobernar era un tedio en el que, para colmo, había que darle la razón a los demás. Fox se alejó de sí mismo, entró en un nirvana extraño, como si desayunara tamal de ansiolíticos, y se fundió en un binomio con su esposa (se habló más de "la pareja presidencial" que del primer ciudadano de México). Quiso que Santiago Creel lo sucediera, pero no tuvo recursos políticos para lograrlo. Inició el proceso de desafuero contra López Obrador y así le otorgó fuerza. Dejó el país con alivio y lanzó una profecía: "Me van a extrañar".
Asombrosamente, tenía razón.
De Bota Grande a Pie Pequeño
En 2006 Felipe Calderón Hinojosa asumió la Presidencia por la puerta trasera, sirviéndose de una estrategia de asalto bancario. El Congreso era en ese momento un circo donde los diputados impugnaban la contienda electoral y lanzaban botellitas de agua.
Si Fox se presentó como adalid del cambio, Calderón lo hizo como "presidente del empleo" y enemigo del caos (representado en su personal cosmogonía por López Obrador). Después de un dignatario que había nadado de muertito, llegaba un tritón hiperactivo, dispuesto a separar las procelosas aguas de la política como un Moisés del Deportivo Bahía.
A los 11 días de asumir el cargo, sorprendió con una iniciativa. Nunca sabremos lo que pensó en ese breve lapso. Era impugnado y necesitaba respaldo. Nadie sospechaba que lo encontraría en las armas. En vísperas de su último informe de gobierno dijo que al llegar a su oficina "encontró" un grave problema. ¿Las tepocatas capturadas por Vicente Fox? Nada de eso (la fauna denunciada como una plaga durante campaña se convirtió en una especie extinta al llegar al poder); lo que Calderón "descubrió" fue que el narcotráfico existía y había ganado posiciones. No usó los largos meses de campaña para analizar una lacra que había atravesado todo el siglo XX ni para crear un consenso sobre la manera de enfrentarla. En su día 11, el "presidente del empleo" anunció el "operativo conjunto Michoacán" y 20 días después se puso una camisa verde olivo que le quedaba grande. Al modo de un invitado especial a Fashion Emergency, transformó el uniforme en investidura. Conocemos el resultado: cerca de 80 mil muertos en seis años, casi 30 mil desaparecidos y un número de víctimas que aumentará con el descubrimiento de narcofosas.
¿Acabó esto con el narcotráfico? Por supuesto que no. El Chapo Guzmán se encumbró como uno de los hombres más ricos del mundo y el consumo de droga no disminuyó, beneficiando a los intermediarios.
Incapaz de trabajar en equipo y delegar responsabilidades, Calderón no involucró a sectores de la sociedad civil. Fue sectario incluso con su propio partido. Su campaña de autobombo excedió los presupuestos de Canal 11 y Canal 22, y confirmó su concepción personalista del poder. En sus spots no se menciona a la "Presidencia" o al "Gobierno de México", sino al "Gobierno del Presidente de la República". No nos guía un sistema político, nos guía una persona.
En su personal versión de Jefe Máximo, quiso actuar y lo hizo. Sin embargo, al enfrentar el narcotráfico como un problema exclusivamente bélico demostró que toda bala es una bala perdida. El candidato que prometía evitar el caos dejó un país sembrado de cadáveres. No dio órdenes de disparar contra la población, pero durante seis años ser mexicano se convirtió en un posible "daño colateral". El narcotráfico no es sólo un problema de seguridad nacional, sino también lo es de salud pública. Resolverlo, obliga a superar obstáculos financieros, laborales, de legislación sobre las drogas, diplomáticos y educativos que no se han tocado. Todo eso quedó al margen. La política de seguridad fue tan fallida que dos secretarios de Gobernación carecieron de las condiciones básicas para ejercerla y murieron en trágicos avionazos. La Secretaría de Seguridad Pública quedó en manos de Genaro García Luna, responsable del montaje televisivo que llevó a la cárcel a Florence Cassez y metió a México en una disputa con Francia. En su innecesario afán de realzar su fuerza enfrentado a "pesos completos", Calderón subió al ring contra Nicolas Sarkozy y contra Carlos Pascual, embajador de Estados Unidos en México. Aparte de estos altercados, la diplomacia tuvo la consistencia de un bloqueador solar. Cuando la Gripe A y las noticias de la violencia hicieron que la ocupación bajara en los hoteles, Calderón culpó a los ciudadanos que "hablan mal de México". En su opinión, la mala fama no proviene de los decapitados sino de los alarmistas que los mencionan.
A medida que aumentaba el descrédito del presidente corrieron rumores sobre su alcoholismo. Por una vez defiendo al michoacano. Eso carece de relevancia pública. Estamos ante un mandatario pendiente de cada acto de gobierno, que no cometió desfiguros en cenas oficiales ni rodó por las escaleras de un palacio. Se equivocó sobrio. Si en privado se relajó con una copa de más, es asunto suyo. Un monumento resume su paso por el poder: la Estela de Luz, premiada en un concurso para... ¡un arco! Este despropósito costó mucho más de lo previsto, fue botín de la corrupción y se inauguró más de un año después del Bicentenario. Integrada por materiales de Italia, Estados Unidos y Brasil, la Estela reveló que México sólo podía aportar el agujero, símbolo de una fosa.
De manera implícita, toda elección es un plebiscito sobre el presidente saliente. En 2012 el PAN se convirtió en la tercera fuerza del país. Cuando ya daba por perdida la contienda, Josefina Vázquez Mota prometió poner a Calderón al frente de la PGR, irónica manera de subrayar la auténtica vocación del mandatario. Fox fue un aficionado a la política que descubrió un hobby que no le gustaba: ser presidente de México. Calderón es un político profesional que entendió la necesidad de una reforma del Estado, con segunda vuelta y reelección de miembros del Congreso (tal y como lo declaró a El País poco después de su elección), pero no honró sus convicciones.
"Ya que no podemos cambiar de país, cambiemos de conversación", dijo James Joyce. Calderón cambió el tema de nuestras conversaciones a un precio intolerable. La guerra contra el narcotráfico relegó a segundo plano todo lo demás, comenzando por la cuestionada elección de 2006. En medio de la tormenta, José Ángel Córdova Villalobos destacó en la Secretaría de Salud (que no en la de Educación), Consuelo Sáizar dio un impulso a la cultura difícil de esperar de un gobierno panista y Margarita Zavala otorgó dignidad al rol de Primera Dama. Una escena la distingue: en Ciudad Juárez, Luz María Dávila, madre de dos estudiantes asesinados, increpó al Presidente, que los había llamado "pandilleros". Calderón no estaba ante la abstracción de ordenar ataques, sino ante la justificada indignación de una madre. Su respuesta fue el silencio. Margarita Zavala bajó del estrado y abrazó a la mujer. El gesto no cambia la realidad, pero muestra respeto por las víctimas.
Será difícil que Calderón despierte una empatía semejante al dejar el cargo. Ha hecho todo lo posible para continuar su vida en un país que no sea México, donde demasiadas tumbas se acuerdan de él.
El 'gel en sí' y los cachorros de dinosaurio
El PRI no tuvo que hacer autocrítica para regresar al poder. La caída del PAN fue tan pronunciada que el oprobio de antes se volvió deseable. "¡Estábamos mejor contra el PRI!", exclamaron los convencidos de que la única solución consiste en mejorar de enemigo.
En 2012, un candidato de Playmobil ganó la Presidencia. No hacía falta una personalidad excepcional: "¡Que Heidegger se preocupe por el 'ser en sí'; nosotros ganamos por un copete!", podría decir el nuevo coordinador de asesores. La fotogenia de Peña Nieto y su ostentoso despliegue televisivo resolvieron una trama en la que ningún argumento podía superar a la nostalgia del viejo orden. En 2000, Vicente Fox pidió el voto útil para sacar al PRI de Los Pinos. En 2012, lo pidió para que pudiera regresar. La alternancia fue un homenaje a la banda de Moebius, donde viajar a otro lado significa ir al mismo sitio.
Una broma resume la situación: el 1o. de diciembre de 2012 tendremos que retroceder nuestros relojes 71 años.
Comienza el nuevo pasado mexicano.
Precio por kilo al consumidor
Precio por kilo al consumidor
2000
|
2012
|
|
Tortilla
|
$4.47
|
$10.90
|
Huevo
|
$9.0
|
$27.0
|
Carne
|
$21.83
|
$47.30
|
Precio por litro
2000
|
2012
|
|
Magna
|
$5.27
|
$10.72
|
Premium
|
5.91
|
11.28
|
Disel
|
4.37
|
11.08
|
Desocupación respecto a la Población Económicamente Activa
2000
|
2012
|
915,418
|
2,468,162
|
Tasa 2.3%
|
Tasa 4.8%
|
Salario Mínimo promedio
2000
|
2012
|
$35.12
|
$60.50
|
Tipo de cambio pesos por dólar
2000
|
2012
|
$9.46
|
$12.92
|
Libertad de prensa
(Lugar de México, según Freedom House).
2000
|
2012
|
40
|
62
|
Periodistas muertos o desaparecidos (Según artículo XIX).
2000
|
2012
|
3
|
7
|
Recomendaciones de la CNDH
(A autoridades federales y locales).
2000
|
2012
|
37
|
62
|
Presos sin sentencia
(En todas las cárceles del país, según VI Infome).
2000
|
2012
|
63,724
|
97,991
|
Gasto en seguridad
(Cifras en millones de pesos de 2012*).
2001
|
2012*
|
|
Total
|
$77,857
|
$130,730
|
Sedena
|
$41,340
|
$55,610
|
Marina
|
$16,611
|
$19,679
|
SSP
|
$9,676
|
$40,536
|
PGR
|
$10,229
|
$14,905
|
* La variación del deflactor del PIB es de 3.5 por ciento, estimado en los Criterios Generales de Política Económica 2012.
**Se refiere al PEF autorizado.
Crecimiento de la tropa
Efectivos de las Fuerzas Armadas por año.
Año
|
Sedena
|
Semar
|
Policía Federal
|
2001
|
185,143
|
49,165
|
10,241
|
2012*
|
209,716
|
54,214
|
36,940
|
* Cifras preliminares al mes de junio
Ingresos petroleros en millones de pesos
2000
|
2012*
|
$419,972.2
|
$868,463.9
|
* A septiembre.
Presupuesto de Egresos en millones de pesos
2000
|
2012*
|
$1,195,313.4
|
$3,706,922.2
|
Deuda bruta en millones de pesos
2000
|
2012*
|
$1,401,428.8
|
$5,075,573.8
|
Gasto social, en millones de pesos
2000
|
2012
|
$519,239.9
|
$1,661,339
|
Pobres
(Pobreza de patrimonio, según Coneval).
Millones de personas
|
Porcentaje de la población
|
|
2000
|
52,700,600
|
53.6%
|
2010*
|
57,707,600
|
51.3%
|
* Datos más recientes disponibles.
Gasto en salud
(Cifras en millones de pesos).
* Datos más recientes disponibles.
2000
|
2011*
|
$142,155.3
|
$436,946.9
|
Médicos generales por cada mil habitantes
2000
|
2011
|
0.4
|
0.5
|
Esperanza de vida al nacer
(Años).
2000
|
2012
|
75.3
|
75.7
|
Camas de hospital (Camas censables por cada mil personas).
2000
|
2011
|
0.8
|
0.8
|
Gasto en elecciones
(Cifras en millones de pesos).
Presupuesto del IFE
2000
|
2012
|
$8,300.6
|
$15,953.8
|
Subtotal destinado a partidos
2000
|
2012
|
$3,337.6
|
$5,292.4
|
Del PAN al PRI
Cámara de Diputados 2000
LVIII Legislatura (integración inicial)
PAN:
|
209
|
PRI:
|
207
|
PRD:
|
53
|
PVEM:
|
16
|
PT:
|
8
|
PSN:
|
3
|
Convergencia (hoy MC):
|
2
|
PAS:
|
2
|
Cámara de Diputados 2012
LXII Legislatura (integración inicial)
PRI:
|
213
|
PAN:
|
114
|
PRD:
|
104
|
PVEM:
|
28
|
MC:
|
16
|
PT:
|
15
|
Panal:
|
10
|
Senado
Legislaturas LVIII y LIX
(2000-2006)
PRI:
|
60
|
PAN:
|
46
|
PRD:
|
16
|
PVEM:
|
5
|
Conv:
|
1
|
Legislaturas LXII y LXIII
(2012-2018)
PRI:
|
54
|
PAN:
|
38
|
PRD:
|
22
|
PVEM:
|
7
|
PT:
|
5
|
MC:
|
1
|
Panal:
|
1
|
Fuentes: Banco de México, Profeco, Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados de la Secretaría de Economía, Cámara de Diputados, Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros, Comisión Nacional de Salarios Mínimos, Inegi, Sistema Nacional de Información en Salud, Presupuesto de Egresos de la Federación, Cuenta de la Hacienda Pública, IFE, Senado, Sedena, SSP, PGR y Segob.
Recopilación: Martha Martínez, Jésica Zermeño y Carole Simonnet.
Crisis de seguridad y retroceso en
libertades
Balance Fin de la era PAN. La inseguridad, la pérdida de libertades ciudadanas y la creciente desconfianza en las autoridades es el peor legado de las administraciones panistas
Eduardo Guerrero Gutiérrez
(25 noviembre 2012).- Socio fundador de Lantia consultores.
A12 años de que México ingresara de forma plena a un régimen democrático (es decir, cuando por primera vez en la historia se registró, por la vía de las urnas, alternancia partidista en el Ejecutivo federal), hay razones para ser optimistas sobre las perspectivas de desarrollo del país. En 2012 la economía mexicana crecerá alrededor del 4 por ciento, el doble que Brasil. Adicionalmente, durante las últimas dos décadas, México logró consolidarse como miembro del grupo de economías emergentes que mantiene finanzas públicas sanas, así como una economía abierta y progresivamente competitiva. Por lo tanto, el crecimiento económico -y los efectos positivos que éste tiene sobre indicadores como la reducción de la pobreza- tiene probabilidades de mantenerse en los próximos años.
Sin embargo, la seguridad es la gran excepción dentro de las perspectivas relativamente positivas (o al menos aceptables) que dejan como legado las dos administraciones panistas; una excepción que amenaza incluso el afianzamiento de los logros en otras dimensiones. En la siguiente gráfica se muestran las cifras oficiales de 2000 a 2011 tanto de los homicidios como de los robos de vehículo (el robo de vehículo constituye un indicador de los robos en general pues, a diferencia de las otras modalidades, la mayor parte de las víctimas lo reportan). En ambos casos se puede observar que el gobierno de Vicente Fox inició con una tendencia a la baja, que se revirtió a lo largo de su sexenio. Sin embargo, fue durante el gobierno de Felipe Calderón cuando se registró un franco ascenso tanto de los homicidios como del robo de vehículo.
Como argumento en las siguientes líneas, de 2000 a 2012 México no sólo ha experimentado un aumento de la inseguridad. Más grave todavía, la expansión del crimen organizado, las crisis de violencia y la creciente intervención de las autoridades policiales y militares en la vida cotidiana de nuestras comunidades han significado un franco retroceso en materia de violaciones a los derechos humanos, de libertad de tránsito y libertad de prensa, entre otros indicadores.
Este retroceso ha traído aparejado, en primer lugar, un alto costo humano, que se refleja en el dramático aumento de la tasa de homicidios y en el sistemático deterioro de la percepción ciudadana en materia de seguridad. En segundo lugar, el aumento de la inseguridad ha tenido un impacto sobre la economía, tanto porque implica un elevado costo para el desarrollo de actividades en varias entidades federativas -donde se ha generalizado el cobro de "cuotas" a empresarios y comerciantes, y donde la inseguridad en carreteras ha incrementado los costos de transportar mercancías- como porque ha impactado negativamente la imagen del país (lo que puede inhibir la inversión y el desarrollo en algunos sectores de la economía, particularmente el turismo). Las cifras positivas que se han alcanzado después de la recesión de 2009 han sido posibles a pesar de la crisis de inseguridad. Sin embargo, cuando se observa la evolución de la economía desagregada por región, el efecto es evidente. Por ejemplo, de las cuatro entidades que reportaron un menor crecimiento económico de 2007 a 2010, tres -Baja California, Chihuahua y Tamaulipas- habían sido severamente golpeadas por la violencia del crimen organizado.
En varios artículos publicados en Nexos he descrito desde una perspectiva de políticas públicas las crisis de inseguridad y violencia generadas por el crimen organizado durante los últimos años, así como la relación entre éstas y las políticas impulsadas por el presidente Calderón. En este texto el énfasis del análisis pasa del crimen organizado y las acciones concretas para enfrentarlo, a una preocupación de carácter más general sobre las implicaciones que el dramático aumento de la violencia y la inseguridad han tenido en el desarrollo político del país.
En concreto, analizo cuatro dimensiones vinculadas con la política de seguridad pública: el aumento de las violaciones a los derechos humanos; el retroceso de la libertad de prensa; la crisis de los gobiernos locales, y la disminución de la confianza de los mexicanos en sus autoridades. La selección de estos cuatro fenómenos no es casual. En los cuatro casos, la evolución que hemos observado en los últimos años parece contraria, al menos en parte, tanto a la lógica de la transición democrática, como a los principios enarbolados por el Partido Acción Nacional. En términos generales, la conclusión del análisis es que, en virtud de la crisis de inseguridad, durante los años subsecuentes a la transición democrática se ha observado un preocupante retraimiento de algunas instituciones democráticas y libertades ciudadanas.
Aumento de las violaciones a los derechos humanos
En primer lugar, resulta paradójico que durante los dos gobiernos posteriores a la alternancia democrática el país registrara un aumento progresivo en las violaciones a los derechos humanos. Este incremento se reflejó en una tendencia ascendente en las recomendaciones emitidas por parte de la CNDH, como se observa en la siguiente gráfica.
El incremento en las violaciones a los derechos humanos se vincula directamente con el carácter cada vez más intrusivo de las instituciones de seguridad en la vida cotidiana de la población. Por ejemplo, se han multiplicado los retenes en vías de comunicación, que además de ocasionar molestias y retrasos, han dado lugar a incidentes en los que han muerto civiles inocentes. De acuerdo con cifras de la CNDH, los cateos ilegales constituyen otra de las prácticas que han registrado un mayor aumento en los últimos años y que más frecuentemente generan violaciones a los derechos humanos. De 2006 a 2011 se presentaron 3 mil 786 quejas ante dicho organismo relacionadas con cateos ilegales, de las que se desprendieron 31 recomendaciones.
A pesar del aumento de las violaciones a los derechos humanos durante su gobierno, y del exhorto de organizaciones como Human Rights Watch, Felipe Calderón se negó a impulsar reformas que propiciaran una protección más eficaz de los derechos humanos, particularmente en el caso del sistema de justicia militar, donde los abusos siguen siendo juzgados por tribunales castrenses, incluso cuando las víctimas son civiles. Al respecto, en agosto pasado la Suprema Corte de Justicia de la Nación señaló en una resolución el carácter inconstitucional del artículo 57 del Código de Justicia Militar (que extiende el fuero a los militares que han violado derechos humanos). Sin embargo, todavía no ha sido aprobada la reforma correspondiente.
La resistencia a reformar el código de justicia militar y a impulsar otras medidas que contribuyan a fortalecer el marco de protección a los derechos humanos responde, al menos parcialmente, a las enormes presiones que la política de seguridad del presidente Calderón ha significado para las Fuerzas Armadas y las instituciones de seguridad pública. En el contexto de violencia creciente que ha tenido lugar en los últimos años, el riesgo asociado a desempeñar actividades de seguridad aumentó drásticamente. Por ejemplo, de 2007 a 2010 se triplicaron las bajas de elementos de instituciones de seguridad (aunque el grueso de las bajas ocurre en las policías municipales, las Fuerzas Armadas también se vieron afectadas por esta tendencia). Los altos riesgos a los que hacen frente los elementos de las instituciones de seguridad propician violaciones a los derechos humanos (y que dichas violaciones permanezcan impunes) pues existe la percepción -justificada o injustificada- de que el respeto riguroso a las garantías individuales y al debido proceso aumentarían todavía más su vulnerabilidad.
Retroceso de la libertad de prensa
Desde 2004 México ha retrocedido de forma sostenida en el indicador de libertad de prensa que publica Freedom House. La principal razón citada en los reportes anuales que elabora dicho organismo tiene que ver con ataques a periodistas (incluyendo homicidios) por parte del crimen organizado, así como la incapacidad de las autoridades para establecer mecanismos eficaces para su protección. Lo anterior ha generado que México se ubique entre los países en los que es más peligroso ejercer el periodismo, y que en algunas regiones se haya observado una disminución de la cobertura mediática.
En 2011, debido al dramático repunte de los homicidios y ataques contra periodistas, México pasó de la categoría de "parcialmente libre" a "no libre" en el indicador de libertad de prensa de Freedom House. En 2012, México se ubicó en la posición 139 (de 197 países evaluados) de acuerdo con este indicador, a la par de Argelia, la República Centro Africana, Guinea y Honduras. En América Latina sólo Cuba y Venezuela ocuparon posiciones más bajas en el ranking.
Crisis de los gobiernos locales La denominada "vocación municipalista" del PAN tiene sus orígenes doctrinarios en Manuel Gómez Morin, quien concebía al municipio como la institución desde la cual el hombre común puede controlar los excesos del poder. Por lo tanto, la incapacidad para propiciar la consolidación de instituciones eficaces de seguridad pública en los municipios fue una de las principales deudas de los gobiernos del PAN.
A lo largo de su trayectoria como fuerza opositora, el PAN combatió la lógica centralizadora de los gobiernos del PRI, y buscó impulsar la transición democrática del país por medio de la construcción de instituciones locales sólidas. Sin embargo, cuando Vicente Fox asumió la Presidencia, en la mayor parte del país dichas instituciones no contaban aún con la madurez suficiente. Adicionalmente, como consecuencia de la transición democrática se debilitó la estructura de control político desde el centro. Y en ausencia de instituciones locales esenciales para la gobernabilidad democrática (como ministerios públicos independientes y cuerpos policiales profesionales), actores distintos sustituyeron el control político que antes ejercía el gobierno federal. En varias regiones del país dichos actores forman parte hoy del crimen organizado, o tienen una estrecha relación con éste.
La respuesta del gobierno federal a esta crisis -que consistió fundamentalmente en desplegar en las calles de las localidades más golpeadas por las organizaciones criminales a elementos de las Fuerzas Armadas y de la Policía Federal- no hizo sino exacerbar la debilidad de las instituciones municipales y socavar la gobernabilidad democrática en el ámbito local. En el corto plazo, algunos "operativos conjuntos" permitieron atender crisis urgentes de inseguridad. Sin embargo, el abuso de estos operativos, y su carácter indefinido, propiciaron que las autoridades locales en varios de los estados más golpeados por el crimen organizado claudicaran de sus responsabilidades en materia de seguridad pública. El presidente Calderón llegó incluso a considerar la concentración absoluta de las atribuciones de seguridad pública en el gobierno federal -por medio del establecimiento de una Policía Nacional- y posteriormente intentó establecer mandos únicos policiales a nivel estatal (lo que implica suprimir las facultades constitucionales de los municipios en materia de seguridad pública).
Confianza en las autoridades
Durante los gobiernos del PAN se observa una disminución generalizada de la confianza de los mexicanos en sus principales autoridades. De acuerdo con la Encuesta Nacional de sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP), de 2003 a 2012 disminuyó de forma sustancial la confianza en el Presidente, la Policía y el Ejército. Esta última institución (que tradicionalmente se ha ubicado entre los actores que generan mayor confianza) fue la que registró una caída más importante en la confianza expresada por los ciudadanos, lo que refleja el deterioro que ha propiciado su participación en labores de seguridad pública y el consiguiente incremento de las violaciones a los derechos humanos.
Desafortunadamente el cuestionario de la ENCUP ha sido modificado en sus distintas ediciones, por lo que no es posible comparar con años previos el grado de confianza que los gobernadores y alcaldes recibieron en 2012. Sin embargo, los datos disponibles hasta 2008 sugieren que durante los gobiernos del PAN se observó una disminución drástica de la confianza en los presidentes municipales. Esta pérdida de confianza es consistente con la crisis en las instituciones formales en el ámbito local que se comentó previamente, la cual tuvo su principal expresión en la consolidación de poderes paralelos, vinculados en muchas regiones del país al crimen organizado. Por otra parte, de 2001 a 2008 se observó una moderada mejoría de la confianza en los gobernadores.
Concluyo destacando que, de acuerdo con rankings en materia de gobernabilidad, los malos resultados de los gobiernos del PAN en materia de seguridad pública han tenido un impacto negativo sobre la posición de México respecto a otros países. Un ejemplo de esta evolución negativa la ofrecen los Worldwide Governance Indicators del Banco Mundial, elaborados con base en encuestas a distintos actores (ciudadanos, empresarios y funcionarios, por ejemplo), entre los que se incluye un indicador de estabilidad política y ausencia de violencia.
De acuerdo con el indicador de estabilidad política y ausencia de violencia, durante estos 12 años México ha dejado de ser un país de relativa paz y estabilidad dentro del contexto latinoamericano, al tiempo que otros países de la región, como Perú y Colombia, han logrado avances sustanciales. De 2000 a 2011, de los seis países con mayor población de América Latina, tres mejoraron de acuerdo con este indicador (Argentina, Colombia y Perú) y tres retrocedieron (Brasil, México y Venezuela). Sólo en este último caso se observa un deterioro mayor al de nuestro país. Es particularmente elocuente que Perú -que en la década de los noventa hizo frente al terrorismo de Sendero Luminoso- obtuvo en 2011 una calificación mayor a la de México en el indicador de estabilidad política y ausencia de violencia.
Nota: agradezco el valioso apoyo de Roberto Valladares para la elaboración de este artículo.
Delitos reportados por el SESNSP
Balance Fin de la era PAN. La inseguridad, la pérdida de libertades ciudadanas y la creciente desconfianza en las autoridades es el peor legado de las administraciones panistas
Eduardo Guerrero Gutiérrez
(25 noviembre 2012).- Socio fundador de Lantia consultores.
A12 años de que México ingresara de forma plena a un régimen democrático (es decir, cuando por primera vez en la historia se registró, por la vía de las urnas, alternancia partidista en el Ejecutivo federal), hay razones para ser optimistas sobre las perspectivas de desarrollo del país. En 2012 la economía mexicana crecerá alrededor del 4 por ciento, el doble que Brasil. Adicionalmente, durante las últimas dos décadas, México logró consolidarse como miembro del grupo de economías emergentes que mantiene finanzas públicas sanas, así como una economía abierta y progresivamente competitiva. Por lo tanto, el crecimiento económico -y los efectos positivos que éste tiene sobre indicadores como la reducción de la pobreza- tiene probabilidades de mantenerse en los próximos años.
Sin embargo, la seguridad es la gran excepción dentro de las perspectivas relativamente positivas (o al menos aceptables) que dejan como legado las dos administraciones panistas; una excepción que amenaza incluso el afianzamiento de los logros en otras dimensiones. En la siguiente gráfica se muestran las cifras oficiales de 2000 a 2011 tanto de los homicidios como de los robos de vehículo (el robo de vehículo constituye un indicador de los robos en general pues, a diferencia de las otras modalidades, la mayor parte de las víctimas lo reportan). En ambos casos se puede observar que el gobierno de Vicente Fox inició con una tendencia a la baja, que se revirtió a lo largo de su sexenio. Sin embargo, fue durante el gobierno de Felipe Calderón cuando se registró un franco ascenso tanto de los homicidios como del robo de vehículo.
Como argumento en las siguientes líneas, de 2000 a 2012 México no sólo ha experimentado un aumento de la inseguridad. Más grave todavía, la expansión del crimen organizado, las crisis de violencia y la creciente intervención de las autoridades policiales y militares en la vida cotidiana de nuestras comunidades han significado un franco retroceso en materia de violaciones a los derechos humanos, de libertad de tránsito y libertad de prensa, entre otros indicadores.
Este retroceso ha traído aparejado, en primer lugar, un alto costo humano, que se refleja en el dramático aumento de la tasa de homicidios y en el sistemático deterioro de la percepción ciudadana en materia de seguridad. En segundo lugar, el aumento de la inseguridad ha tenido un impacto sobre la economía, tanto porque implica un elevado costo para el desarrollo de actividades en varias entidades federativas -donde se ha generalizado el cobro de "cuotas" a empresarios y comerciantes, y donde la inseguridad en carreteras ha incrementado los costos de transportar mercancías- como porque ha impactado negativamente la imagen del país (lo que puede inhibir la inversión y el desarrollo en algunos sectores de la economía, particularmente el turismo). Las cifras positivas que se han alcanzado después de la recesión de 2009 han sido posibles a pesar de la crisis de inseguridad. Sin embargo, cuando se observa la evolución de la economía desagregada por región, el efecto es evidente. Por ejemplo, de las cuatro entidades que reportaron un menor crecimiento económico de 2007 a 2010, tres -Baja California, Chihuahua y Tamaulipas- habían sido severamente golpeadas por la violencia del crimen organizado.
En varios artículos publicados en Nexos he descrito desde una perspectiva de políticas públicas las crisis de inseguridad y violencia generadas por el crimen organizado durante los últimos años, así como la relación entre éstas y las políticas impulsadas por el presidente Calderón. En este texto el énfasis del análisis pasa del crimen organizado y las acciones concretas para enfrentarlo, a una preocupación de carácter más general sobre las implicaciones que el dramático aumento de la violencia y la inseguridad han tenido en el desarrollo político del país.
En concreto, analizo cuatro dimensiones vinculadas con la política de seguridad pública: el aumento de las violaciones a los derechos humanos; el retroceso de la libertad de prensa; la crisis de los gobiernos locales, y la disminución de la confianza de los mexicanos en sus autoridades. La selección de estos cuatro fenómenos no es casual. En los cuatro casos, la evolución que hemos observado en los últimos años parece contraria, al menos en parte, tanto a la lógica de la transición democrática, como a los principios enarbolados por el Partido Acción Nacional. En términos generales, la conclusión del análisis es que, en virtud de la crisis de inseguridad, durante los años subsecuentes a la transición democrática se ha observado un preocupante retraimiento de algunas instituciones democráticas y libertades ciudadanas.
Aumento de las violaciones a los derechos humanos
En primer lugar, resulta paradójico que durante los dos gobiernos posteriores a la alternancia democrática el país registrara un aumento progresivo en las violaciones a los derechos humanos. Este incremento se reflejó en una tendencia ascendente en las recomendaciones emitidas por parte de la CNDH, como se observa en la siguiente gráfica.
El incremento en las violaciones a los derechos humanos se vincula directamente con el carácter cada vez más intrusivo de las instituciones de seguridad en la vida cotidiana de la población. Por ejemplo, se han multiplicado los retenes en vías de comunicación, que además de ocasionar molestias y retrasos, han dado lugar a incidentes en los que han muerto civiles inocentes. De acuerdo con cifras de la CNDH, los cateos ilegales constituyen otra de las prácticas que han registrado un mayor aumento en los últimos años y que más frecuentemente generan violaciones a los derechos humanos. De 2006 a 2011 se presentaron 3 mil 786 quejas ante dicho organismo relacionadas con cateos ilegales, de las que se desprendieron 31 recomendaciones.
A pesar del aumento de las violaciones a los derechos humanos durante su gobierno, y del exhorto de organizaciones como Human Rights Watch, Felipe Calderón se negó a impulsar reformas que propiciaran una protección más eficaz de los derechos humanos, particularmente en el caso del sistema de justicia militar, donde los abusos siguen siendo juzgados por tribunales castrenses, incluso cuando las víctimas son civiles. Al respecto, en agosto pasado la Suprema Corte de Justicia de la Nación señaló en una resolución el carácter inconstitucional del artículo 57 del Código de Justicia Militar (que extiende el fuero a los militares que han violado derechos humanos). Sin embargo, todavía no ha sido aprobada la reforma correspondiente.
La resistencia a reformar el código de justicia militar y a impulsar otras medidas que contribuyan a fortalecer el marco de protección a los derechos humanos responde, al menos parcialmente, a las enormes presiones que la política de seguridad del presidente Calderón ha significado para las Fuerzas Armadas y las instituciones de seguridad pública. En el contexto de violencia creciente que ha tenido lugar en los últimos años, el riesgo asociado a desempeñar actividades de seguridad aumentó drásticamente. Por ejemplo, de 2007 a 2010 se triplicaron las bajas de elementos de instituciones de seguridad (aunque el grueso de las bajas ocurre en las policías municipales, las Fuerzas Armadas también se vieron afectadas por esta tendencia). Los altos riesgos a los que hacen frente los elementos de las instituciones de seguridad propician violaciones a los derechos humanos (y que dichas violaciones permanezcan impunes) pues existe la percepción -justificada o injustificada- de que el respeto riguroso a las garantías individuales y al debido proceso aumentarían todavía más su vulnerabilidad.
Retroceso de la libertad de prensa
Desde 2004 México ha retrocedido de forma sostenida en el indicador de libertad de prensa que publica Freedom House. La principal razón citada en los reportes anuales que elabora dicho organismo tiene que ver con ataques a periodistas (incluyendo homicidios) por parte del crimen organizado, así como la incapacidad de las autoridades para establecer mecanismos eficaces para su protección. Lo anterior ha generado que México se ubique entre los países en los que es más peligroso ejercer el periodismo, y que en algunas regiones se haya observado una disminución de la cobertura mediática.
En 2011, debido al dramático repunte de los homicidios y ataques contra periodistas, México pasó de la categoría de "parcialmente libre" a "no libre" en el indicador de libertad de prensa de Freedom House. En 2012, México se ubicó en la posición 139 (de 197 países evaluados) de acuerdo con este indicador, a la par de Argelia, la República Centro Africana, Guinea y Honduras. En América Latina sólo Cuba y Venezuela ocuparon posiciones más bajas en el ranking.
Crisis de los gobiernos locales La denominada "vocación municipalista" del PAN tiene sus orígenes doctrinarios en Manuel Gómez Morin, quien concebía al municipio como la institución desde la cual el hombre común puede controlar los excesos del poder. Por lo tanto, la incapacidad para propiciar la consolidación de instituciones eficaces de seguridad pública en los municipios fue una de las principales deudas de los gobiernos del PAN.
A lo largo de su trayectoria como fuerza opositora, el PAN combatió la lógica centralizadora de los gobiernos del PRI, y buscó impulsar la transición democrática del país por medio de la construcción de instituciones locales sólidas. Sin embargo, cuando Vicente Fox asumió la Presidencia, en la mayor parte del país dichas instituciones no contaban aún con la madurez suficiente. Adicionalmente, como consecuencia de la transición democrática se debilitó la estructura de control político desde el centro. Y en ausencia de instituciones locales esenciales para la gobernabilidad democrática (como ministerios públicos independientes y cuerpos policiales profesionales), actores distintos sustituyeron el control político que antes ejercía el gobierno federal. En varias regiones del país dichos actores forman parte hoy del crimen organizado, o tienen una estrecha relación con éste.
La respuesta del gobierno federal a esta crisis -que consistió fundamentalmente en desplegar en las calles de las localidades más golpeadas por las organizaciones criminales a elementos de las Fuerzas Armadas y de la Policía Federal- no hizo sino exacerbar la debilidad de las instituciones municipales y socavar la gobernabilidad democrática en el ámbito local. En el corto plazo, algunos "operativos conjuntos" permitieron atender crisis urgentes de inseguridad. Sin embargo, el abuso de estos operativos, y su carácter indefinido, propiciaron que las autoridades locales en varios de los estados más golpeados por el crimen organizado claudicaran de sus responsabilidades en materia de seguridad pública. El presidente Calderón llegó incluso a considerar la concentración absoluta de las atribuciones de seguridad pública en el gobierno federal -por medio del establecimiento de una Policía Nacional- y posteriormente intentó establecer mandos únicos policiales a nivel estatal (lo que implica suprimir las facultades constitucionales de los municipios en materia de seguridad pública).
Confianza en las autoridades
Durante los gobiernos del PAN se observa una disminución generalizada de la confianza de los mexicanos en sus principales autoridades. De acuerdo con la Encuesta Nacional de sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP), de 2003 a 2012 disminuyó de forma sustancial la confianza en el Presidente, la Policía y el Ejército. Esta última institución (que tradicionalmente se ha ubicado entre los actores que generan mayor confianza) fue la que registró una caída más importante en la confianza expresada por los ciudadanos, lo que refleja el deterioro que ha propiciado su participación en labores de seguridad pública y el consiguiente incremento de las violaciones a los derechos humanos.
Desafortunadamente el cuestionario de la ENCUP ha sido modificado en sus distintas ediciones, por lo que no es posible comparar con años previos el grado de confianza que los gobernadores y alcaldes recibieron en 2012. Sin embargo, los datos disponibles hasta 2008 sugieren que durante los gobiernos del PAN se observó una disminución drástica de la confianza en los presidentes municipales. Esta pérdida de confianza es consistente con la crisis en las instituciones formales en el ámbito local que se comentó previamente, la cual tuvo su principal expresión en la consolidación de poderes paralelos, vinculados en muchas regiones del país al crimen organizado. Por otra parte, de 2001 a 2008 se observó una moderada mejoría de la confianza en los gobernadores.
Concluyo destacando que, de acuerdo con rankings en materia de gobernabilidad, los malos resultados de los gobiernos del PAN en materia de seguridad pública han tenido un impacto negativo sobre la posición de México respecto a otros países. Un ejemplo de esta evolución negativa la ofrecen los Worldwide Governance Indicators del Banco Mundial, elaborados con base en encuestas a distintos actores (ciudadanos, empresarios y funcionarios, por ejemplo), entre los que se incluye un indicador de estabilidad política y ausencia de violencia.
De acuerdo con el indicador de estabilidad política y ausencia de violencia, durante estos 12 años México ha dejado de ser un país de relativa paz y estabilidad dentro del contexto latinoamericano, al tiempo que otros países de la región, como Perú y Colombia, han logrado avances sustanciales. De 2000 a 2011, de los seis países con mayor población de América Latina, tres mejoraron de acuerdo con este indicador (Argentina, Colombia y Perú) y tres retrocedieron (Brasil, México y Venezuela). Sólo en este último caso se observa un deterioro mayor al de nuestro país. Es particularmente elocuente que Perú -que en la década de los noventa hizo frente al terrorismo de Sendero Luminoso- obtuvo en 2011 una calificación mayor a la de México en el indicador de estabilidad política y ausencia de violencia.
Nota: agradezco el valioso apoyo de Roberto Valladares para la elaboración de este artículo.
Delitos reportados por el SESNSP
Robo de vehículo
|
Homicidio
|
|
00
|
158,222
|
32,018
|
10
|
232,010
|
|
11
|
230,415
|
37,409
|
Fuente: Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Incidencia delictiva, estadística y herramientas de análisis, http://bit.ly/PET1VU
Recomendaciones emitidas por la CNDH
00
|
37
|
01
|
27
|
02
|
49
|
03
|
52
|
04
|
92
|
05
|
51
|
06
|
46
|
07
|
70
|
08
|
67
|
09
|
78
|
10
|
86
|
11
|
95
|
Fuente: Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Recomendaciones de 1990 a 2012, http://bit.ly/SezfR8
Bajas de elementos de instituciones de seguridad
Año
|
Fuerzas Armadas
|
Policía Federal
|
Policía Estatal
|
Policía Municipal
|
Policía Judicial
|
Otros
|
2007
|
25
|
14
|
66
|
119
|
69
|
20
|
2008
|
42
|
65
|
82
|
230
|
172
|
35
|
2009
|
42
|
49
|
97
|
298
|
84
|
42
|
2010
|
92
|
93
|
126
|
458
|
165
|
15
|
2011
|
79
|
49
|
139
|
406
|
101
|
20
|
Fuente: elaboración propia con base en búsquedas sistemáticas en diarios nacionales y locales.
Descenso de México en el índice de libertad de prensa
2002
|
40
|
|
2003
|
38
|
Baja
|
2004
|
36
|
Baja
|
2005
|
42
|
Sube
|
2006
|
48
|
Sube
|
2007
|
48-
|
Se mantiene
|
2008
|
51
|
Sube
|
2009
|
55
|
Sube
|
2010
|
60
|
Sube
|
2011
|
62
|
Sube
|
2012
|
62-
|
Se mantiene
|
Fuente: Freedom House. Freedom of the Press, http://bit.ly/In8haS
Grado promedio de confianza en cada actor en una escala del 0 al 10
Año 03
|
Año 12
|
|
Policía
|
5.3
|
4.7
|
Ejército
|
7.8
|
6.7
|
Presidente
|
6.7
|
5.9
|
Fuente: Secretaría de Gobernación, Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas 2003 y 2012, http://bit.ly/PGJAtp
Porcentaje de personas que manifestaron confiar "mucho" o "algo" en cada actor
2001
|
2008
|
|
Gobernador
|
53%
|
56%
|
Alcalde
|
48%
|
42%
|
Fuente: Secretaría de Gobernación, Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas 2001 y 2008, http://bit.ly/PGJAtp
Resultados del indicador de estabilidad política y ausencia de violencia del Banco Mundial
País
|
2000
|
2011
|
Variación
|
Perú
|
-1.10
|
-0.69
|
0.41
|
Colombia
|
-1.60
|
-1.25
|
0.35
|
Argentina
|
0.05
|
0.20
|
0.15
|
Brasil
|
0.18
|
-0.04
|
-0.22
|
México
|
-0.23
|
-0.70
|
-0.46
|
Venezuela
|
-0.81
|
-1.30
|
-0.49
|
Fuente: Banco Mundial, Worldwide Gobernance Indicators, http://bit.ly/FTfAs
Estabilidad y mediocre crecimiento
Balance Fin de la era PAN. La ausencia de crisis económicas recurrentes es el principal legado del PAN; el poco crecimiento y la pobreza persistente son sus negativos
Enrique Quintana
(25 noviembre 2012).- Doce años después de que el PAN llegó a la Presidencia de la República deja el poder con algunas luces y bastantes sombras en sus resultados para la economía mexicana.
Sin embargo, sí hay un activo favorable muy relevante que se obtuvo en estos años, la estabilidad.
Finalmente, con los gobiernos panistas se acabaron las crisis financieras sexenales que eran gestadas desde adentro del país. Sin embargo, la ironía es que ese mérito le corresponde principalmente a la tecnocracia hacendaria formada mayormente en los gobiernos priistas de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo.
Ese grupo operó en lo esencial la política económica de los gobiernos del PAN, incluso durante la gestión del primer secretario de Hacienda panista en toda la historia, Ernesto Cordero.
En el otro platillo de la balanza está el mediocre crecimiento de la economía, que en buena medida resultó del hecho de que en estos 12 años hubo incapacidad para cambiar las reglas del juego de la economía mexicana de forma tal que se propiciara una mayor tasa de inversión y aumentara nuestra competitividad.
El escaso crecimiento de la economía generó un enorme déficit de empleos formales y propició que cerca de la mitad de la población del país se mantuviera en la pobreza pese a programas sociales como Oportunidades y al crecimiento extraordinario del Seguro Popular.
Sin embargo, también hubo un México exitoso, el de las grandes empresas exportadoras que empujaron a una clase media que se consolidó como no lo había hecho desde el desarrollo estabilizador de los sesenta en el siglo pasado.
Veamos cada uno de estos tópicos de manera más detallada.
Estabilidad recuperada
Desde la década de los setenta, el signo de los gobiernos priistas en materia económica fue la recurrencia de las crisis financieras y la erupción de la inflación.
El 31 de agosto de 1976 se devaluó el peso por primera vez después de 22 años, dando inicio a esta era de inestabilidad.
La inflación promedio en la era de Echeverría fue de 13.9 por ciento anual en promedio. Alcanzó el 28.7 por ciento en el sexenio de López Portillo; 60.7 en el de Miguel de la Madrid; bajó a 14.5 en el de Salinas y subió de nuevo a 19.7 en el de Zedillo.
Con la llegada del PAN a la Presidencia, fue de 4.3 por ciento con Fox y será de 4.2 por al término de la administración de Calderón.
Durante la administración de Fox fue aprobada la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria que le dio fuerza de ley a la política económica orientada a la estabilidad y que al mismo tiempo convirtió a la Secretaría de Hacienda en la cartera más poderosa del gabinete.
Francisco Gil Díaz, egresado del ITAM y de la Universidad de Chicago, formado en la tecnocracia del Banco de México primero, y luego en la Secretaría de Hacienda del sexenio de Salinas, impuso su control de la política económica.
Si alguna vez Echeverría acuñó la frase "las finanzas se manejan desde Los Pinos" cuando despidió a su primer secretario de Hacienda, Hugo B. Margain, con Fox las finanzas siempre se manejaron desde Hacienda.
En el sexenio de Calderón, la Presidencia ya no fue igualmente omisa en el control de la política económica, pero el propio Presidente, ex alumno del ITAM, fue un convencido de la disciplina fiscal que permaneció como norma.
La inflación anual media en los 12 años de panismo fue de 4.3 por ciento frente a los últimos 12 años de gobiernos priistas, que fue de 17.1 por ciento; la diferencia es clara. En el caso de la depreciación del peso frente al dólar, con los panistas fue de 2.5 por ciento anual medio frente al 11.8 por ciento anual promedio de los 12 años previos de los gobiernos priistas.
La mediocridad del crecimiento
Junto al éxito en materia de estabilidad, se gestó el fracaso en materia de crecimiento.
De acuerdo con las estadísticas del FMI, el crecimiento real del PIB per cápita en México fue de 0.7 por ciento al año durante los gobiernos del PAN. Sólo para comparar, este indicador creció en Brasil a una tasa anual media de 2.2 por ciento; en Chile a 3.2 por ciento y en Colombia a 2.9 por ciento, por no citar las tasas mucho más elevadas de los países asiáticos.
El panismo careció de una estrategia consistente para impulsar el crecimiento de la economía. Partió de la base de que la única vía para crecer era mediante la aplicación de un conjunto de reformas estructurales que debieran comenzar con la reforma fiscal, seguir con la laboral y la energética. La primera para darle más recursos al Estado para emprender políticas sociales; la segunda para generar flexibilidad en contratación y despido y acelerar la creación de empleos formales, y la tercera para permitir la competencia y la inversión privada en un sector clave de la economía mexicana.
Al final de los dos sexenios, sólo a última hora pudo realizar una reforma laboral que sólo va a legalizar lo que ya era práctica generalizada pero que avanzó poco en la flexibilidad laboral.
De acuerdo con las estadísticas del IMSS, la tasa media de generación de empleos formales fue de 2.0 por ciento anual en los 12 años del PAN. En promedio, se generaron 288 mil empleos al año. Como resultado, la informalidad creció fuertemente y alcanzó el 29.2 por ciento de la población ocupada, equivalente a 14.2 millones de personas.
Pero quizás el mayor fracaso de los gobiernos panistas sea el desaprovechamiento de los recursos fiscales adicionales recibidos por los crecientes ingresos petroleros y la mayor recaudación, pese a no haber concretado la reforma fiscal que se pretendía.
El precio del crudo fue de 24.6 dólares en el último año del gobierno de Zedillo, pero promedió 31.95 dólares durante el sexenio de Fox y 80.09 durante el gobierno de Calderón.
En el año 2000, los ingresos presupuestarios del gobierno fueron de 1 billón 462 mil millones de pesos, a precios constantes de 2012. Las previsiones de los ingresos del gobierno para 2012, de acuerdo a la Ley de Ingresos, son del orden de 2 billones 313 mil millones de pesos. Esto significa un crecimiento medio anual de 3.8 por ciento, casi el doble del crecimiento medio del PIB, que fue de 2 por ciento.
De los recursos públicos adicionales, a precios constantes de 2012, la inversión física creció en 150 mil millones de pesos respecto al último año de Zedillo mientras que el gasto corriente fue 663 mil millones superior.
Los gobiernos panistas insistieron a lo largo de los 12 años en que este incremento estuvo concentrado principalmente en el gasto social, que permitiría reducir la pobreza en México. ¿Fue así?
La herencia de 57 millones de pobres
La Comisión Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) es una entidad pública que fue creada durante el gobierno de Fox y que entre sus responsabilidades está precisamente la medición de la pobreza en México.
De acuerdo con la metodología tradicional que mide la pobreza por nivel de ingresos, al comenzar el sexenio de Fox, el 53.6 por ciento de la población caía en alguna de las definiciones de pobreza. La estimación más reciente, correspondiente al año 2010 (la siguiente evaluación, correspondiente a 2012, se publicará en el 2013) indica que ese porcentaje está ahora en 51.3 por ciento. En términos porcentuales, sí hubo una leve reducción, de 2.3 puntos en los niveles de pobreza. Sin embargo, en términos absolutos, la cifra de pobres pasó de 52.7 a 57.5; es decir, poco menos de 5 millones de pobres más.
Sin embargo, como una parte de los logros de los gobiernos panistas debe reconocerse que al medir no sólo la pobreza por nivel de ingresos sino también en función de las carencias sociales, el aumento de la calidad de vida es mucho más visible.
El Coneval establece que el porcentaje de personas con acceso a servicios de salud pasó del 41.4 por ciento en el año 2000 a 66.8 por ciento en el 2010.
El porcentaje de personas con carencia de servicios básicos en su vivienda descendió de 32.3 a 19.3 por ciento y con rezago educativo, bajó de 26.6 a 17 por ciento.
Ese hecho, sin embargo, no compensa el aumento del número de pobres por ingresos en estos 12 años.
El México exitoso
En medio de los problemas que reseñamos, no se puede dejar de ver que hay un México que en estos 12 años ha sido muy exitoso.
Se ha configurado una clase media sólida... con la única desventaja que es de pocos millones de personas; hay empresarios y empresas mexicanas que han tomado el liderazgo mundial y en el país está quien, a juicio de Forbes, se convirtió en los últimos años en el hombre más rico del mundo, Carlos Slim. En muchos ámbitos, México se ha convertido en el principal proveedor de productos manufacturados a Estados Unidos.
En el año 2000, las exportaciones de productos manufacturados eran de 144 mil 923 millones de dólares, en el 2011 llegaron a 278 mil 613 millones de dólares. Esto significa un crecimiento de casi 6 por ciento anual medio, una tasa que parece más bien de una economía asiática.
Entre los sectores exportadores destaca el del automóvil, en el que México se ha convertido en potencia mundial. En el mercado interno, uno de los signos de la creciente clase media es el disparo del crédito. El de consumo aumentó a una tasa real de 15.5 por ciento y el de la vivienda lo hizo a 5.2 por ciento anual en estos 12 años.
Sin embargo, sigue habiendo una gran exclusión financiera, pues de acuerdo con datos del Banco Mundial, sólo el 13 por ciento de los adultos cuentan con una tarjeta de crédito.
Otro de los sectores altamente exitosos fue el de las telecomunicaciones. El número de líneas celulares fue al cierre de 2011 de 94.5 millones, frente a las 14 millones del 2000, esto implica un explosivo crecimiento de 17.4 por ciento en promedio por año.
America Movil, el consorcio de telecomunicaciones controlado por Slim, se ha convertido en una de las empresas más importantes del mundo en este dinámico sector.
En suma, empresarios exitosos y una clase media limitada a algunos millones, pero cuyo nivel de vida y poder de compra ascendió, son otros de los saldos de estos 12 años del panismo.
¿Dónde nos dejó el PAN?
Otra de las ironías de la gestión panista de la economía, además de que fue conducida principalmente por una tecnocracia hecha en los regímenes del PRI, es que le ha generado una extraordinaria oportunidad al gobierno priista de Enrique Peña.
Como no había ocurrido desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, México está convirtiéndose en el país de moda en los inversionistas internacionales.
La economía brasileña actualmente está sujeta a una gran tensión por la sobrevaluación del real y la burbuja de activos como bienes raíces, por lo que se teme que pueda tener una crisis próximamente.
En China se teme al incremento de los costos y a un sistema político que no se adapta al rápido cambio de su sociedad.
Los países desarrollados están enfrentando problemas serios, como la recesión europea que va para largo o la incertidumbre fiscal en Estados Unidos.
Pese a la dependencia de nuestra economía a Estados Unidos, la de México se percibe más sana por el hecho de no tener desequilibrios fiscales serios a nivel federal y por estar con la oportunidad de consolidarse como un gran exportador de manufacturas que puede también dar aliento a su mercado interno.
Claro que si no se elaboran políticas correctas o si la clase política es incapaz de hacer acuerdos para cambiar las reglas del juego económico y orientarlas al crecimiento y competitividad, entonces podríamos tener un gobierno tricolor que siguiera en lo esencial el camino panista, pero ahora quizás con menos luces y con más sombras.
Desplome del crecimiento
Crecimiento medio anual del PIB per cápita a precios constantes por sexenio.
Balance Fin de la era PAN. La ausencia de crisis económicas recurrentes es el principal legado del PAN; el poco crecimiento y la pobreza persistente son sus negativos
Enrique Quintana
(25 noviembre 2012).- Doce años después de que el PAN llegó a la Presidencia de la República deja el poder con algunas luces y bastantes sombras en sus resultados para la economía mexicana.
Sin embargo, sí hay un activo favorable muy relevante que se obtuvo en estos años, la estabilidad.
Finalmente, con los gobiernos panistas se acabaron las crisis financieras sexenales que eran gestadas desde adentro del país. Sin embargo, la ironía es que ese mérito le corresponde principalmente a la tecnocracia hacendaria formada mayormente en los gobiernos priistas de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo.
Ese grupo operó en lo esencial la política económica de los gobiernos del PAN, incluso durante la gestión del primer secretario de Hacienda panista en toda la historia, Ernesto Cordero.
En el otro platillo de la balanza está el mediocre crecimiento de la economía, que en buena medida resultó del hecho de que en estos 12 años hubo incapacidad para cambiar las reglas del juego de la economía mexicana de forma tal que se propiciara una mayor tasa de inversión y aumentara nuestra competitividad.
El escaso crecimiento de la economía generó un enorme déficit de empleos formales y propició que cerca de la mitad de la población del país se mantuviera en la pobreza pese a programas sociales como Oportunidades y al crecimiento extraordinario del Seguro Popular.
Sin embargo, también hubo un México exitoso, el de las grandes empresas exportadoras que empujaron a una clase media que se consolidó como no lo había hecho desde el desarrollo estabilizador de los sesenta en el siglo pasado.
Veamos cada uno de estos tópicos de manera más detallada.
Estabilidad recuperada
Desde la década de los setenta, el signo de los gobiernos priistas en materia económica fue la recurrencia de las crisis financieras y la erupción de la inflación.
El 31 de agosto de 1976 se devaluó el peso por primera vez después de 22 años, dando inicio a esta era de inestabilidad.
La inflación promedio en la era de Echeverría fue de 13.9 por ciento anual en promedio. Alcanzó el 28.7 por ciento en el sexenio de López Portillo; 60.7 en el de Miguel de la Madrid; bajó a 14.5 en el de Salinas y subió de nuevo a 19.7 en el de Zedillo.
Con la llegada del PAN a la Presidencia, fue de 4.3 por ciento con Fox y será de 4.2 por al término de la administración de Calderón.
Durante la administración de Fox fue aprobada la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria que le dio fuerza de ley a la política económica orientada a la estabilidad y que al mismo tiempo convirtió a la Secretaría de Hacienda en la cartera más poderosa del gabinete.
Francisco Gil Díaz, egresado del ITAM y de la Universidad de Chicago, formado en la tecnocracia del Banco de México primero, y luego en la Secretaría de Hacienda del sexenio de Salinas, impuso su control de la política económica.
Si alguna vez Echeverría acuñó la frase "las finanzas se manejan desde Los Pinos" cuando despidió a su primer secretario de Hacienda, Hugo B. Margain, con Fox las finanzas siempre se manejaron desde Hacienda.
En el sexenio de Calderón, la Presidencia ya no fue igualmente omisa en el control de la política económica, pero el propio Presidente, ex alumno del ITAM, fue un convencido de la disciplina fiscal que permaneció como norma.
La inflación anual media en los 12 años de panismo fue de 4.3 por ciento frente a los últimos 12 años de gobiernos priistas, que fue de 17.1 por ciento; la diferencia es clara. En el caso de la depreciación del peso frente al dólar, con los panistas fue de 2.5 por ciento anual medio frente al 11.8 por ciento anual promedio de los 12 años previos de los gobiernos priistas.
La mediocridad del crecimiento
Junto al éxito en materia de estabilidad, se gestó el fracaso en materia de crecimiento.
De acuerdo con las estadísticas del FMI, el crecimiento real del PIB per cápita en México fue de 0.7 por ciento al año durante los gobiernos del PAN. Sólo para comparar, este indicador creció en Brasil a una tasa anual media de 2.2 por ciento; en Chile a 3.2 por ciento y en Colombia a 2.9 por ciento, por no citar las tasas mucho más elevadas de los países asiáticos.
El panismo careció de una estrategia consistente para impulsar el crecimiento de la economía. Partió de la base de que la única vía para crecer era mediante la aplicación de un conjunto de reformas estructurales que debieran comenzar con la reforma fiscal, seguir con la laboral y la energética. La primera para darle más recursos al Estado para emprender políticas sociales; la segunda para generar flexibilidad en contratación y despido y acelerar la creación de empleos formales, y la tercera para permitir la competencia y la inversión privada en un sector clave de la economía mexicana.
Al final de los dos sexenios, sólo a última hora pudo realizar una reforma laboral que sólo va a legalizar lo que ya era práctica generalizada pero que avanzó poco en la flexibilidad laboral.
De acuerdo con las estadísticas del IMSS, la tasa media de generación de empleos formales fue de 2.0 por ciento anual en los 12 años del PAN. En promedio, se generaron 288 mil empleos al año. Como resultado, la informalidad creció fuertemente y alcanzó el 29.2 por ciento de la población ocupada, equivalente a 14.2 millones de personas.
Pero quizás el mayor fracaso de los gobiernos panistas sea el desaprovechamiento de los recursos fiscales adicionales recibidos por los crecientes ingresos petroleros y la mayor recaudación, pese a no haber concretado la reforma fiscal que se pretendía.
El precio del crudo fue de 24.6 dólares en el último año del gobierno de Zedillo, pero promedió 31.95 dólares durante el sexenio de Fox y 80.09 durante el gobierno de Calderón.
En el año 2000, los ingresos presupuestarios del gobierno fueron de 1 billón 462 mil millones de pesos, a precios constantes de 2012. Las previsiones de los ingresos del gobierno para 2012, de acuerdo a la Ley de Ingresos, son del orden de 2 billones 313 mil millones de pesos. Esto significa un crecimiento medio anual de 3.8 por ciento, casi el doble del crecimiento medio del PIB, que fue de 2 por ciento.
De los recursos públicos adicionales, a precios constantes de 2012, la inversión física creció en 150 mil millones de pesos respecto al último año de Zedillo mientras que el gasto corriente fue 663 mil millones superior.
Los gobiernos panistas insistieron a lo largo de los 12 años en que este incremento estuvo concentrado principalmente en el gasto social, que permitiría reducir la pobreza en México. ¿Fue así?
La herencia de 57 millones de pobres
La Comisión Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) es una entidad pública que fue creada durante el gobierno de Fox y que entre sus responsabilidades está precisamente la medición de la pobreza en México.
De acuerdo con la metodología tradicional que mide la pobreza por nivel de ingresos, al comenzar el sexenio de Fox, el 53.6 por ciento de la población caía en alguna de las definiciones de pobreza. La estimación más reciente, correspondiente al año 2010 (la siguiente evaluación, correspondiente a 2012, se publicará en el 2013) indica que ese porcentaje está ahora en 51.3 por ciento. En términos porcentuales, sí hubo una leve reducción, de 2.3 puntos en los niveles de pobreza. Sin embargo, en términos absolutos, la cifra de pobres pasó de 52.7 a 57.5; es decir, poco menos de 5 millones de pobres más.
Sin embargo, como una parte de los logros de los gobiernos panistas debe reconocerse que al medir no sólo la pobreza por nivel de ingresos sino también en función de las carencias sociales, el aumento de la calidad de vida es mucho más visible.
El Coneval establece que el porcentaje de personas con acceso a servicios de salud pasó del 41.4 por ciento en el año 2000 a 66.8 por ciento en el 2010.
El porcentaje de personas con carencia de servicios básicos en su vivienda descendió de 32.3 a 19.3 por ciento y con rezago educativo, bajó de 26.6 a 17 por ciento.
Ese hecho, sin embargo, no compensa el aumento del número de pobres por ingresos en estos 12 años.
El México exitoso
En medio de los problemas que reseñamos, no se puede dejar de ver que hay un México que en estos 12 años ha sido muy exitoso.
Se ha configurado una clase media sólida... con la única desventaja que es de pocos millones de personas; hay empresarios y empresas mexicanas que han tomado el liderazgo mundial y en el país está quien, a juicio de Forbes, se convirtió en los últimos años en el hombre más rico del mundo, Carlos Slim. En muchos ámbitos, México se ha convertido en el principal proveedor de productos manufacturados a Estados Unidos.
En el año 2000, las exportaciones de productos manufacturados eran de 144 mil 923 millones de dólares, en el 2011 llegaron a 278 mil 613 millones de dólares. Esto significa un crecimiento de casi 6 por ciento anual medio, una tasa que parece más bien de una economía asiática.
Entre los sectores exportadores destaca el del automóvil, en el que México se ha convertido en potencia mundial. En el mercado interno, uno de los signos de la creciente clase media es el disparo del crédito. El de consumo aumentó a una tasa real de 15.5 por ciento y el de la vivienda lo hizo a 5.2 por ciento anual en estos 12 años.
Sin embargo, sigue habiendo una gran exclusión financiera, pues de acuerdo con datos del Banco Mundial, sólo el 13 por ciento de los adultos cuentan con una tarjeta de crédito.
Otro de los sectores altamente exitosos fue el de las telecomunicaciones. El número de líneas celulares fue al cierre de 2011 de 94.5 millones, frente a las 14 millones del 2000, esto implica un explosivo crecimiento de 17.4 por ciento en promedio por año.
America Movil, el consorcio de telecomunicaciones controlado por Slim, se ha convertido en una de las empresas más importantes del mundo en este dinámico sector.
En suma, empresarios exitosos y una clase media limitada a algunos millones, pero cuyo nivel de vida y poder de compra ascendió, son otros de los saldos de estos 12 años del panismo.
¿Dónde nos dejó el PAN?
Otra de las ironías de la gestión panista de la economía, además de que fue conducida principalmente por una tecnocracia hecha en los regímenes del PRI, es que le ha generado una extraordinaria oportunidad al gobierno priista de Enrique Peña.
Como no había ocurrido desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, México está convirtiéndose en el país de moda en los inversionistas internacionales.
La economía brasileña actualmente está sujeta a una gran tensión por la sobrevaluación del real y la burbuja de activos como bienes raíces, por lo que se teme que pueda tener una crisis próximamente.
En China se teme al incremento de los costos y a un sistema político que no se adapta al rápido cambio de su sociedad.
Los países desarrollados están enfrentando problemas serios, como la recesión europea que va para largo o la incertidumbre fiscal en Estados Unidos.
Pese a la dependencia de nuestra economía a Estados Unidos, la de México se percibe más sana por el hecho de no tener desequilibrios fiscales serios a nivel federal y por estar con la oportunidad de consolidarse como un gran exportador de manufacturas que puede también dar aliento a su mercado interno.
Claro que si no se elaboran políticas correctas o si la clase política es incapaz de hacer acuerdos para cambiar las reglas del juego económico y orientarlas al crecimiento y competitividad, entonces podríamos tener un gobierno tricolor que siguiera en lo esencial el camino panista, pero ahora quizás con menos luces y con más sombras.
Desplome del crecimiento
Crecimiento medio anual del PIB per cápita a precios constantes por sexenio.
1982 - 1988
|
Miguel de la Madrid
|
-1.8
|
1988 - 1994
|
Carlos Salinas
|
2.1
|
1994 - 2000
|
Ernesto Zedillo
|
1.9
|
2000 - 2006
|
Vicente Fox
|
0.9
|
2006 -2012
|
Felipe Calderón
|
0.4
|
Despegue de las exportaciones
Exportaciones de manufacturas en miles de millones de dólares.
2000
|
$144.7
|
2003
|
140.6
|
2008
|
$230.9
|
2009
|
189.7
|
2012*
|
$294.8
|
* Estimación propia.
Fuente: INEGI
México 2000-2012
Balance Fin de la era PAN
(25 noviembre 2012).- Las administraciones panistas contaron con ingresos extraordinarios derivados de un alza en el precio internacional del petróleo. El presupuesto federal se triplicó, aumentó el gasto social y las participaciones federales a Estados. Pero los rezagos sociales persistieron y la pobreza creció en los últimos años como consecuencia de la crisis 2008-2009.
Crecen los ingresos
Los ingresos tributarios se incrementaron en casi 200 por ciento y, en paralelo, se vivió un auge por los altos precios del petróleo.
(Cifras en millones de pesos).
Balance Fin de la era PAN
(25 noviembre 2012).- Las administraciones panistas contaron con ingresos extraordinarios derivados de un alza en el precio internacional del petróleo. El presupuesto federal se triplicó, aumentó el gasto social y las participaciones federales a Estados. Pero los rezagos sociales persistieron y la pobreza creció en los últimos años como consecuencia de la crisis 2008-2009.
Crecen los ingresos
Los ingresos tributarios se incrementaron en casi 200 por ciento y, en paralelo, se vivió un auge por los altos precios del petróleo.
(Cifras en millones de pesos).
Ingresos tributarios
|
Ingresos petroleros por año
|
|
00
|
$581,703.3
|
$419,972.2
|
11
|
$2,169,201
|
$1,101,879
|
Nota: no se incluye el 2012 porque las cifras más recientes llegan a septiembre. Los ingesos totales superaban entonces los 1.7 billones de pesos.
Se multiplica el gasto
En los últimos 12 años el presupuesto federal se duplicó, al igual que los recursos públicos en manos de los gobernadores.
(Cifras en millones de pesos).
PEF
|
Gasto federalizado*
|
|
00
|
$1,195,313.4
|
$403,467.9
|
11
|
$3,438,895.5
|
$1,183,143.8
|
*Incluye Participaciones, Aportaciones, Convenios de Descentralización, Convenios de Reasignación, FIES, FEIEF, Profis y Fondo Regional.
Fuente: Presupuesto de Egresos de la Federación, Cuenta de la Hacienda Pública Federal, Informe Trimestral sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública.
Nota: en 2012 el PEF aprobado por el Congreso fue de 3.7 billones de pesos.
Pero aumenta el desempleo
Tasa de desocupación respecto a la Población Económicamente Activa.
Tasa %
|
||
00
|
915,418
|
2.3
|
01
|
1,119,559
|
2.8
|
02
|
1,080,520
|
2.7
|
03
|
1,468,621
|
3.8
|
04
|
1,568,868
|
3.7
|
05
|
1,351,603
|
3.1
|
06
|
1,600,981
|
3.5
|
07
|
1,616,081
|
3.5
|
08
|
1,922,596
|
4.3
|
09
|
2,506,595
|
5.3
|
10
|
2,482,727
|
5.4
|
11
|
2,437,409
|
4.8
|
Gasto social
Los gobiernos panistas destinaron más de 2 billones de pesos al combate a la pobreza. A pesar de ello, ésta no ha registrado una reducción sustancial durante las dos últimas administraciones.
Más gasto
Gasto en desarrollo social y superación de la pobreza
(Cifras en millones de pesos).
Desarrollo social
|
Superación de la pobreza
|
|
00
|
$519,239.9
|
$1,636,605.9
|
11
|
$61,122.6
|
$281,249.4
|
Fuente: Cuenta de la Hacienda Pública Federal, Sexto Informe de Gobierno.
Mismos pobres
Porcentaje de personas en situación de pobreza.
Pobreza alimentaria
2000
|
24.1%
|
2002
|
20
|
2004
|
17.4
|
2005
|
18.2
|
2006
|
13.8
|
2008
|
18.4
|
2010*
|
18.8
|
Pobreza de capacidades
2000
|
31.8%
|
2002
|
26.9
|
2004
|
24.7
|
2005
|
24.7
|
2006
|
20.7
|
2008
|
25.3
|
2010*
|
26.7
|
Pobreza de patrimonio
2000
|
53.6%
|
2002
|
50
|
2004
|
47.2
|
2005
|
47
|
2006
|
42.7
|
2008
|
47.7
|
2010*
|
51.3
|
*Dato más reciente.
Educación
En los últimos 12 años se incrementó el gasto federal en educación, el número de maestros y la matrícula escolar de educación básica; no obstante, México ocupa las posiciones más bajas en evaluaciones internacionales.
A. Gasto federal en educación básica
(Cifras en millones de pesos).
00
|
$144,718.5
|
11
|
$336,839.5
|
C. Resultados
Nivel de desempeño en la Prueba PISA
(Escala de 1 a 6 niveles en donde 6 es el óptimo).
Competencia
|
2000
|
2003
|
2006
|
2009
|
Matemáticas
|
1
|
1
|
1
|
1
|
Ciencia
|
2
|
1
|
2
|
2
|
Lectura
|
2
|
1
|
2
|
2
|
Nivel 1 en matemáticas: capacidad para realizar acciones obvias, contestar preguntas relacionadas con contextos familiares. Son capaces de identificar información y desarrollar procedimientos rutinarios.
Nivel 1 lectura: pueden establecer una relación sencilla entre la información del texto y su conocimiento cotidiano.
Nivel 2 lectura: pueden reconocer la idea principal en un texto, entender las relaciones entre sus partes o construir un significado dentro de una parte limitada del texto.
Nivel 1 ciencias: conocimiento científico limitado.
Nivel 2 ciencias: conocimientos para llegar a posibles conclusiones en contextos familiares.
B. Maestros por año
Ciclo Escolar
Matrículas (miles)
|
|
00-01
|
21,655.4
|
01-02
|
21,786.7
|
02-03
|
22,144.4
|
03-04
|
22,267.3
|
04-05
|
22,484.9
|
05-06
|
22,693.4
|
06-07
|
23,018.8
|
07-08
|
23,131.8
|
08-09
|
23,220.7
|
09-10
|
23,250.4
|
10-11
|
23,312.8
|
11-12
|
23,397.5
|
El desastre
Balance Fin de la era PAN. PAN y PRD Traicionaron a sus electores y, en medio de su ácida pelea, prepararon el camino para el regreso del PRI
Jorge Volpi
(25 noviembre 2012).- Escritor.
Hoy, a 12 años de distancia, es posible afirmarlo con certeza: el 1o. de diciembre del 2000 fue un trágico espejismo. Esa límpida mañana de otoño México celebró uno de esos exultantes días de júbilo que rara vez se le conceden a los pueblos: una victoria que no le pertenecía sólo a Vicente Fox, y mucho menos al PAN, sino a todos aquellos que habían luchado para terminar con el régimen autoritario y corrupto que había gobernado al país durante más de siete décadas. La algarabía, dentro y fuera, fue casi unánime: tras la brutal represión de 1968, la "caída del sistema" de 1988 y el alzamiento zapatista de 1994, el país al fin se desembarazaba de los culpables de su atraso y se abría a una nueva era donde sería posible consolidar las instituciones democráticas y navegar hacia la equidad, el crecimiento y el progreso.
Dos sexenios más tarde, México no se acerca ni siquiera vagamente a esa idílica estampa dibujada en las mentes de sus ciudadanos aquella mañana del 2000. Todo lo contrario: se ha convertido en un país más fracturado e inseguro, devorado por la frustración y por el miedo; un país en el que unas 100 mil personas han sido asesinadas sin que conozcamos las razones y sin que los culpables hayan sido atrapados y juzgados; un país en el que miles han debido abandonar sus hogares por la fuerza y un país que, más allá de la aparente solidez de su economía, apenas se diferencia de un país en guerra. ¿Qué pudimos hacer tan mal los mexicanos para traicionar las grandes esperanzas del 2000 y transformar a México en este infierno? La culpa no puede achacársele sólo al PAN, a Fox o a Calderón: su responsabilidad en la catástrofe es mayúscula, y no creo que la Historia se encargue de absolverlos, pero el resto de la clase política, con el PRI y el PRD en primer término, así como los ciudadanos que los condujimos al poder, también somos culpables del desastre.
Los primeros síntomas de que nuestra anhelada transición a la democracia perdía el rumbo aparecieron desde los albores del sexenio de Fox. Electrizado por su triunfo, el Presidente se esforzó por formar un gobierno de unidad y se propuso incorporar a su gabinete a figuras independientes y militantes de izquierda con quienes compartía la meta esencial de desmantelar la herencia del PRI. Roñosa, la izquierda se rehusó a cerrar filas con el panista: en su mezquina lectura de los hechos, la derecha le había arrebatado el papel que merecía por sus luchas y sacrificios, y optó por consolidar sus bastiones -sobre todo en el DF- mientras aguardaba el fracaso de Fox.
Demasiado cómodo en su papel de primer presidente democrático, y abandonado por los intelectuales que lo acompañaron hasta entonces, éste cambió de estrategia y se convenció de que su enemigo primordial no era ya el PRI, sino Andrés Manuel López Obrador. Cada vez más obsesionado, el Presidente desperdició la segunda mitad de su sexenio en combatirlo de todas las formas posibles, legales y extralegales. Y así, en un lamentable error histórico, en el cual sería posible identificar el origen de la debacle que acabaría por alcanzarnos, la derecha y la izquierda democráticas aniquilaron para siempre la alianza que debió unirlas en ese instante crítico. Si hubiesen estado dotadas de mayor visión de largo plazo, menos dogmatismo ideológico y menos rencores personales, el PAN y el PRD acaso podrían haber imitado el modelo chileno -la unión táctica de los democristianos y los socialistas contra el enemigo común: la dictadura-, limando sus aristas radicales y construyendo un gobierno capaz de poner en marcha la agenda de transformaciones que tanto necesitaba México. En vez de eso, PAN y PRD quemaron todos sus puentes de entendimiento y precipitaron al país en un auténtico choque de trenes cuyas consecuencias aún pagamos.
El desaguisado electoral del 2006 fue la consecuencia extrema de su egoísmo y su ceguera. Leer lo ocurrido en ese año como el desmoronamiento del PRI -arrinconado a un lejano tercer lugar- es no entender lo que en verdad ocurría en la encarnizada lógica a tres, propia del sistema partidista mexicano. En efecto, el PRI se hundió como nunca, en buena medida debido al pésimo desempeño de su candidato, pero al atizar la rivalidad entre Calderón y López Obrador los priistas, más sabios y pacientes que sus adversarios, anticipaban su futuro aniquilamiento mutuo. De ese modo, mientras PAN y PRD se batían como si el 2006 fuese la madre de todas las batallas, gastando todos sus cartuchos y agotando su legitimidad en la disputa, el PRI tuvo el tino de aguardar a que sus enemigos se despedazasen.
Tras observar las burdas e ilegales maniobras empleadas por Fox y Calderón para ganar la contienda, y la airada reacción de López Obrador al verse despojado del triunfo, tomando Reforma y mandando al diablo a las instituciones, ya nadie podría decir que el PRI era mucho peor que sus alternativas. Si el 2006 resulta tan doloroso no es sólo por la acrimonia de la contienda, sino porque al terminar aquel año el PAN y el PRD apenas se diferenciaban del PRI que con tanta energía habían combatido.
Vista así, la trágica Presidencia de Calderón ha de juzgarse como la consecuencia extrema de la polarización concitada en el 2006. En su irresponsable lectura de los resultados, el Presidente quiso encontrar en el narcotráfico el enemigo común que habría de reunificar al país en una lucha superior al mero enfrentamiento electoral: un error de perspectiva que azuzó una de las apuestas políticas más desafortunadas de un Presidente mexicano. A diferencia de Fox y su círculo, Calderón era un producto puro del panismo, con su inflamable mezcla de fe cívica, honestidad institucional y catolicismo ultramontano. Asumiéndose como líder moral de una cruzada que el país no merecía, quiso desembarazarse de su conflicto con López Obrador para enfrentar, en cambio, el Mal Absoluto. De nuevo: si PAN y PRD no hubiesen dejado pasar la oportunidad de articular un frente común, acaso la "guerra contra el narco" no hubiese sido necesaria, o se habría planteado en otros términos, sin el tono atrabiliario e improvisado que adquirió a solo 18 días de iniciado el gobierno de Calderón.
No puede negarse que la corrupción asociada con el narcotráfico era una realidad palpable en el 2006, ni que la intimidación y los chantajes amenazaban con estallar de un momento a otro, pero la estrategia de Calderón para encarar el problema, asociándolo con una estrategia puramente bélica, sin estudiar siquiera sus causas sociales, sin anticipar el recrudecimiento de la violencia que generaría un combate frontal contra los capos y sin entrever las dificultades para perseguir judicialmente a los delincuentes, se convirtió en un remedio infinitamente peor que la enfermedad que pretendía aliviar. Sin ninguna discusión pública previa y sin conocer la realidad sobre el terreno, la "guerra contra el narco" se limitó a copiar la retórica y las tácticas de la "guerra contra el terrorismo" de George W. Bush y sumió al país en un conflicto armado que no por casualidad encuentra similitudes con el que hoy sufren Irak o Afganistán, al menos en cuanto al número de víctimas y al acoso a la prensa. El oprobioso saldo de esta guerra, cuyo nombre ahora los panistas buscan olvidar, continuará afectando las vidas de millones de mexicanos en los años venideros.
Frente a la magnitud del desastre, la actitud del PRI y de la izquierda no puede sino considerarse tibia cuando no directamente cómplice, como si se hubiesen conformado con observar la degradación del país a manos de Calderón sin intervenir de manera decidida para frenarlo, acaso porque ellos mismos carecían de respuestas para revertir sus efectos. Durante la campaña electoral, Peña Nieto y López Obrador casi evitaron referirse a la "guerra contra el narco", como si fuese uno más de los muchos problemas nacionales y no la fuente de la mayor desestabilidad social que hemos sufrido desde la guerra cristera. Y aun hoy, a unos días de tomar posesión, el PRI no ha sido capaz de presentar una sola iniciativa novedosa para afrontar la peor herencia recibida por un gobernante en nuestra historia reciente.
¿Transición a la democracia? ¿Alternancia? Estos términos, hasta hace poco tan estimulantes y pomposos, apenas sig
nifican nada en un país que, a 12 años de haberse desembarazado de la corrupción y el autoritarismo priistas, se desangra como nunca. ¿Qué diremos en el futuro de estos 12 años? ¿Qué fueron una oportunidad perdida? ¿Un paréntesis opaco en medio de una marea de priismo? Resultaría mendaz afirmar que no ha habido avances en otros terrenos, olvidar que ganamos en transparencia y rendición de cuentas, que la libertad de expresión se consolidó, que la seguridad social experimentó un impulso decisivo o que las peores formas del priismo fueron expulsadas de nuestra vida pública, pero, si se contrastan con los estragos de la guerra contra el narco, estos logros se tornan pálidos o de plano irrelevantes.
Y así, 12 años después de aquella ilusión, de ese espejismo del 1o. de diciembre de 2000, el PRI regresa a Los Pinos tras haber ganado las elecciones (usando sus buenas y sus malas artes). La lectura del resultado electoral es tan aciaga como nítida: durante 12 años los ciudadanos le otorgaron su confianza a la derecha y a la izquierda democráticas para que condujesen al país a un rumbo mejor. En vez de eso, PAN y PRD traicionaron a sus electores y, en medio de su ácida pelea, el segundo gobierno panista llevó al país a la destrucción y la catástrofe. Cuando el 1o. de diciembre de 2012 Enrique Peña Nieto jure su cargo y le devuelva la Presidencia al PRI -esa máquina de corrupción y componendas que 12 años atrás apartamos del poder-, no quedará ya la menor duda sobre el rotundo y lacerante fracaso de nuestra transición a la democracia.
Texto leído en el Centro Mario Einaudi de Estudios Internacionales de la Universidad de Cornell el 19 de noviembre de 2012.Twitter: @jvolpi
De la esperanza a la desilusión
Balance Fin de la era PAN. El Gobierno de Felipe Calderón deja la proporción más baja de seguidores panistas en el País en 12 años
Alejandro Moreno
(25 noviembre 2012).- El juicio de la opinión pública respecto a los dos sexenios de presidentes panistas, de 2001 a 2012, arroja un panorama negativo, principalmente en la administración de Felipe Calderón: evaluaciones adversas en el desempeño económico y el empleo, una tendencia negativa en las opiniones sobre narcotráfico y una evidente desilusión en el tema de la corrupción. El saldo más notable de todo: la caída de seguidores panistas a su punto más bajo desde 2001.
Una serie de 45 encuestas nacionales realizadas por Grupo Reforma desde 2001 hasta 2012 da testimonio de los cambios y las tendencias en las evaluaciones que hizo la ciudadanía a los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón. Esas encuestas comprenden 67 mil 475 entrevistas cara a cara en vivienda en todo el país.
Aprobación presidencial
El bono democrático que dio el triunfo electoral de 2000 a Vicente Fox, esa luna de miel del foxismo, duró poco. La popularidad de Fox bajó con rapidez y para el inicio de su segundo año de gobierno la miscelánea fiscal se encargó de sumir la popularidad presidencial a números rojos. La aprobación neta (porcentaje que aprueba menos porcentaje que desaprueba) bajó en sólo un trimestre de 32 a 5 por ciento entre 2001 y 2002. Aunque al final no prosperó, la idea de que se gravarían los alimentos y medicinas fue un motor del descontento, acaso de desilusión con el nuevo gobierno democrático. Un crecimiento económico moderado durante el segundo trienio foxista mantuvo la popularidad del mandatario a flote y una buena parte de ésta se pudo traducir en votos para Felipe Calderón en 2006. El mensaje de cambiar al jinete pero mantener al caballo revelaba la confianza de Fox en traducir su capital político en votos.
Luego de la disputada y polémica elección de 2006, Calderón no gozó de una luna de miel como lo hizo su antecesor, pero sí logró subir su popularidad a través de las medidas de combate al crimen organizado. Esto le permitió mantener un alto grado de aceptación ciudadana a pesar de la crisis financiera desatada en 2008. No obstante, en el último trimestre de 2009 su aprobación se hundió como consecuencia nuevamente de los impuestos: el aumento del IVA de 15 a 16 por ciento. El porcentaje neto de aprobación bajó de 43 a 13 por ciento en ese trimestre. Ya el presidente Zedillo había experimentado una severa caída en su aprobación en 1995 con el aumento al IVA (en ese entonces del 10 al 15 por ciento). Moraleja: el alza de impuestos golpea la popularidad presidencial.
Desempeño económico
Con una crisis de la magnitud de la que se experimentó en 2008 y 2009 sería de esperarse que las evaluaciones de los ciudadanos a su gobierno sean negativas. Efectivamente así fue: a partir de 2008 las evaluaciones de la economía nacional iniciaron una tendencia descendente que tocó su punto más bajo a finales de 2009: el cambio en el porcentaje neto de opinión (opiniones favorables menos opiniones desfavorables) bajó de menos 3 por ciento en el primer trimestre de 2008 a menos 43 por ciento en el último trimestre de 2009. Las encuestas, casi como un espejo de cambio en el PIB en ese periodo, quedan como un indicador de la insatisfacción ciudadana con las condiciones económicas durante el gobierno de Calderón. A partir de 2010, esa insatisfacción ha disminuido, pero el saldo de las opiniones se mantiene en número rojos al final de la administración calderonista.
Guerra al crimen
La declaración de guerra de Calderón al crimen organizado causó cierta ilusión en la opinión pública. El porcentaje neto de opiniones (positivas menos negativas) respecto a la forma como el Presidente estaba tratando el tema del narcotráfico se registró en 41 por ciento en el primer trimestre de 2007. Sin embargo, tres años y medio después el pesimismo ya predominaba y el porcentaje antes citado se había sumido a menos 19 por ciento. Las noticias sobre ejecuciones y el conteo del número de muertos son factores que acompañaron el desvanecimiento del optimismo inicial. Si bien Calderón mantuvo un amplio apoyo popular a sus esfuerzos de combate al crimen, la percepción de la ciudadanía es que el gobierno va perdiendo la guerra. Al final del sexenio la percepción popular en este rubro se mantiene en números rojos.
Corrupción
Una de las mayores expectativas con el cambio de gobierno en 2000 se centró en el tema de la corrupción. La llegada de un gobierno democráticamente electo y distinto al PRI prometía mejoras. La opinión pública estaba muy optimista al registrar en el primer trimestre de 2001 un porcentaje neto de desempeño en el manejo de la corrupción de 58 por ciento. Sin embargo, la tendencia en este indicador muestra una creciente desilusión. Para finales del sexenio de Fox la evaluación del gobierno (en porcentaje neto) había caído a menos 22 por ciento. La baja en expectativas fue dramática. Ya durante el gobierno de Calderón las evaluaciones en el tema de la corrupción se mantuvieron en números rojos (por debajo de cero) e incluso llegaron a tocar su punto más bajo en el segundo trimestre de 2010, con menos 34 por ciento.
Panismo
El saldo del desempeño de los gobiernos panistas es claro: la derrota en la elección presidencial de 2012 y la caída en seguidores del blanquiazul a su punto más bajo desde 2001. En ese año, con Fox despachando en Los Pinos, un 36 por ciento de la población se identificaba con el PAN: el mejor momento histórico del partido. A partir de entonces la tendencia en el panismo nacional fue a la baja y llegó a situarse en sus peores momentos en 19 por ciento, uno en el contexto de la miscelánea fiscal 2002 ya mencionada, y otro a principios del año electoral 2006.
El panismo tuvo un nuevo ímpetu en el primer año de Calderón, rebasando nuevamente el 30 por ciento, pero sin llegar a los niveles que se tuvieron con Fox. A partir de ahí la tendencia también fue negativa, llegando a su punto más bajo en agosto de 2012, con 15 por ciento, justo después de la derrota electoral. Calderón dejará la Presidencia con el panismo en franca crisis de identidad.
Votantes panistas
(Sufragios emitidos a favor del candidato presidencial el PAN).
Balance Fin de la era PAN. El Gobierno de Felipe Calderón deja la proporción más baja de seguidores panistas en el País en 12 años
Alejandro Moreno
(25 noviembre 2012).- El juicio de la opinión pública respecto a los dos sexenios de presidentes panistas, de 2001 a 2012, arroja un panorama negativo, principalmente en la administración de Felipe Calderón: evaluaciones adversas en el desempeño económico y el empleo, una tendencia negativa en las opiniones sobre narcotráfico y una evidente desilusión en el tema de la corrupción. El saldo más notable de todo: la caída de seguidores panistas a su punto más bajo desde 2001.
Una serie de 45 encuestas nacionales realizadas por Grupo Reforma desde 2001 hasta 2012 da testimonio de los cambios y las tendencias en las evaluaciones que hizo la ciudadanía a los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón. Esas encuestas comprenden 67 mil 475 entrevistas cara a cara en vivienda en todo el país.
Aprobación presidencial
El bono democrático que dio el triunfo electoral de 2000 a Vicente Fox, esa luna de miel del foxismo, duró poco. La popularidad de Fox bajó con rapidez y para el inicio de su segundo año de gobierno la miscelánea fiscal se encargó de sumir la popularidad presidencial a números rojos. La aprobación neta (porcentaje que aprueba menos porcentaje que desaprueba) bajó en sólo un trimestre de 32 a 5 por ciento entre 2001 y 2002. Aunque al final no prosperó, la idea de que se gravarían los alimentos y medicinas fue un motor del descontento, acaso de desilusión con el nuevo gobierno democrático. Un crecimiento económico moderado durante el segundo trienio foxista mantuvo la popularidad del mandatario a flote y una buena parte de ésta se pudo traducir en votos para Felipe Calderón en 2006. El mensaje de cambiar al jinete pero mantener al caballo revelaba la confianza de Fox en traducir su capital político en votos.
Luego de la disputada y polémica elección de 2006, Calderón no gozó de una luna de miel como lo hizo su antecesor, pero sí logró subir su popularidad a través de las medidas de combate al crimen organizado. Esto le permitió mantener un alto grado de aceptación ciudadana a pesar de la crisis financiera desatada en 2008. No obstante, en el último trimestre de 2009 su aprobación se hundió como consecuencia nuevamente de los impuestos: el aumento del IVA de 15 a 16 por ciento. El porcentaje neto de aprobación bajó de 43 a 13 por ciento en ese trimestre. Ya el presidente Zedillo había experimentado una severa caída en su aprobación en 1995 con el aumento al IVA (en ese entonces del 10 al 15 por ciento). Moraleja: el alza de impuestos golpea la popularidad presidencial.
Desempeño económico
Con una crisis de la magnitud de la que se experimentó en 2008 y 2009 sería de esperarse que las evaluaciones de los ciudadanos a su gobierno sean negativas. Efectivamente así fue: a partir de 2008 las evaluaciones de la economía nacional iniciaron una tendencia descendente que tocó su punto más bajo a finales de 2009: el cambio en el porcentaje neto de opinión (opiniones favorables menos opiniones desfavorables) bajó de menos 3 por ciento en el primer trimestre de 2008 a menos 43 por ciento en el último trimestre de 2009. Las encuestas, casi como un espejo de cambio en el PIB en ese periodo, quedan como un indicador de la insatisfacción ciudadana con las condiciones económicas durante el gobierno de Calderón. A partir de 2010, esa insatisfacción ha disminuido, pero el saldo de las opiniones se mantiene en número rojos al final de la administración calderonista.
Guerra al crimen
La declaración de guerra de Calderón al crimen organizado causó cierta ilusión en la opinión pública. El porcentaje neto de opiniones (positivas menos negativas) respecto a la forma como el Presidente estaba tratando el tema del narcotráfico se registró en 41 por ciento en el primer trimestre de 2007. Sin embargo, tres años y medio después el pesimismo ya predominaba y el porcentaje antes citado se había sumido a menos 19 por ciento. Las noticias sobre ejecuciones y el conteo del número de muertos son factores que acompañaron el desvanecimiento del optimismo inicial. Si bien Calderón mantuvo un amplio apoyo popular a sus esfuerzos de combate al crimen, la percepción de la ciudadanía es que el gobierno va perdiendo la guerra. Al final del sexenio la percepción popular en este rubro se mantiene en números rojos.
Corrupción
Una de las mayores expectativas con el cambio de gobierno en 2000 se centró en el tema de la corrupción. La llegada de un gobierno democráticamente electo y distinto al PRI prometía mejoras. La opinión pública estaba muy optimista al registrar en el primer trimestre de 2001 un porcentaje neto de desempeño en el manejo de la corrupción de 58 por ciento. Sin embargo, la tendencia en este indicador muestra una creciente desilusión. Para finales del sexenio de Fox la evaluación del gobierno (en porcentaje neto) había caído a menos 22 por ciento. La baja en expectativas fue dramática. Ya durante el gobierno de Calderón las evaluaciones en el tema de la corrupción se mantuvieron en números rojos (por debajo de cero) e incluso llegaron a tocar su punto más bajo en el segundo trimestre de 2010, con menos 34 por ciento.
Panismo
El saldo del desempeño de los gobiernos panistas es claro: la derrota en la elección presidencial de 2012 y la caída en seguidores del blanquiazul a su punto más bajo desde 2001. En ese año, con Fox despachando en Los Pinos, un 36 por ciento de la población se identificaba con el PAN: el mejor momento histórico del partido. A partir de entonces la tendencia en el panismo nacional fue a la baja y llegó a situarse en sus peores momentos en 19 por ciento, uno en el contexto de la miscelánea fiscal 2002 ya mencionada, y otro a principios del año electoral 2006.
El panismo tuvo un nuevo ímpetu en el primer año de Calderón, rebasando nuevamente el 30 por ciento, pero sin llegar a los niveles que se tuvieron con Fox. A partir de ahí la tendencia también fue negativa, llegando a su punto más bajo en agosto de 2012, con 15 por ciento, justo después de la derrota electoral. Calderón dejará la Presidencia con el panismo en franca crisis de identidad.
Votantes panistas
(Sufragios emitidos a favor del candidato presidencial el PAN).
2000
|
15,989,632
|
2006
|
12,732,630
|
Militantes panistas
(Personas afiliadas a Acción Nacional).
2000
|
596,155
|
2006
|
1,852,085
|
Presencia panista
(Distritos federales ganados).
2000
|
142
|
2006
|
53
|
Estados panistas
(Entidades gobernadas por Acción Nacional en diciembre de cada año).
2000
|
7
|
2006
|
5*
|
*En otros tres ganó en coalición con el PRD
Aprobación presidencial
Porcentaje neto: "aprueba" menos "desaprueba".
2001
|
59%
|
2012
|
34%
|
Situación económica del país
Porcentaje neto: opinión "ha mejorado" menos "ha empeorado".
2001
|
12%
|
2012
|
-10%
|
Combate a la corrupción
Porcentaje neto: opinión "favorable" menos "desfavorable".
2001
|
58%
|
2007
|
NP
|
2012
|
-23%
|
Combate al narcotráfico
Porcentaje neto: opinión "favorable" menos "desfavorable".
2007
|
41%
|
2011
|
-9%
|
Seguidores del PAN
Porcentaje de ciudadanos que se identifican como panistas.
2001
|
36%
|
2012
|
15%
|
Haiga sido como
haiga sido
Balance Fin de la era PAN
Balance Fin de la era PAN
(25 noviembre 2012).- En septiembre de 2007 Felipe Calderón anunció en Los Pinos que Germán Martínez dejaría la Secretaría de la Función Pública para buscar la dirigencia nacional del PAN. Fue el primer cambio en su gabinete.
A partir de ahí, la administración Calderón vivió ajuste tras ajuste, hasta completar 24 relevos sólo en el gabinete legal. A estos se sumaron cambios en la Oficina de la Presidencia, en prácticamente todos los organismos públicos descentralizados y en instituciones que manejan amplios presupuestos, como Pemex y el IMSS.
Del equipo original de Felipe Calderón, sólo seis secretarios se pueden jactar de haber permanecido los seis años a su lado en el mismo puesto: Guillermo Galván Galván, en Defensa Nacional; Francisco Saynez Mendoza, en Marina; Genaro García Luna, en Seguridad Pública; Patricia Espinosa Cantellano, en Relaciones Exteriores; Rafael Elvira, en Medio Ambiente y Abelardo Escobar, en Reforma Agraria.
Decisiones políticas, tragedias, desencuentros con el Presidente (pero curiosamente nunca la desaprobación de la opinión pública) provocaron que Calderón tuviera cinco secretarios de Gobernación, tres procuradores, tres secretarios de Hacienda, tres de Economía, tres de Desarrollo Social, tres de Educación, tres de Energía, tres de Comunicaciones y tres de la Función Pública.
En julio de 2007, el cartonista Daniel Camacho dibujó el gabinete de Calderón para los lectores de Enfoque. Seis años después, presentamos a usted lo que quedó del calderonismo tras un sexenio marcado por la tragedia.
Dé la vuelta a la página y siga las flechas para descubrir cuándo se fue cada funcionario, quién lo sustituyó y si su jefe le dio otra oportunidad.
Felipe Calderón: Un gabinete movido
1 Secretraría de la Función Pública
Germán Martínez Cázares (dic. 2006 a sep. 2007).
Salvador Vega Casillas (sep. 2007 a dic. 2011).
Rafael Morgan Ríos (dic. 2011 a 2012).
2 Jefe de la Oficina de la Presidencia
Juan Camilo Mouriño (dic. 2006 a enero 2008).
Gerardo Ruiz Mateos (enero 2008 a ago. 2008).
Patricia Flores Elizondo (ago. 2008 a julio 2010).
Gerardo Ruiz Mateos (julio 2010 a 2012).
3 Secretraría de Gobernación
Francisco Ramírez Acuña (dic. 2006 a enero 2008).
Juan Camilo Mouriño Terrazo (enero a nov. 2008).
Fernando Gómez-Mont Urueta (nov. 2008 a julio 2010).
Francisco Blake Mora (julio 2010 a nov. 2011).
Alejandro Poiré Romero (nov. 2011 a 2012).
4 Secretaría de Desarrollo Social
Beatriz Zavala Peniche (dic. 2006 a enero 2008).
Ernesto Cordero Arroyo (enero 2008 a dic. 2009).
Heriberto Félix Guerra (dic. 2009 a 2012).
5 Secretaría de Economía
Eduardo Sojo Garza-Aldape (dic. 2006 a ago. 2008).
Gerardo Ruiz Mateos (ago. 2008 a julio 2010).
Bruno Ferrari García de Alba (julio 2010 a 2012).
6 Secretaría de Comunicaciones y Transportes
Luis Téllez Kuenzler (dic. 2006 a marzo 2009).
Juan Molinar Horcasitas (marzo 2009 a enero 2011).
Dionisio Pérez-Jácome Friscione (enero 2011 a 2012).
7 Secretaría de Educación Pública
Josefina Vázquez Mota (dic. 2006 a marzo 2009).
Alonso Lujambio Irazábal (marzo 2009 a marzo 2012).
José Ángel Córdova Villalobos (marzo 2012 a 2012).
8 Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
Alberto Cárdenas Jiménez (dic. 2006 a sep. 2009).
Francisco Mayorga Castañeda (sep. 2009 a 2012).
9 Procuraduría General de la República
Eduardo Medina-Mora Icaza (dic. 2006 a sep. 2009).
Arturo Chávez Chávez (sep. 2009 a marzo 2011).
Marisela Morales Ibáñez (marzo 2011 a 2012).
10 Petróleos Mexicanos
Jesús Reyes Heroles (dic. 2006 a sep. 2009).
Juan José Suárez Coppel (sep. 2009 a 2012).
11 Secretraría de Hacienda
Agustín Carstens Carstens (dic. 2006 a dic. 2009).
Ernesto Cordero Arroyo (dic. 2009 a sep. 2011).
José Antonio Meade Kuribeña (sep. 2011 a 2012).
12 Secretaría de Turismo
Rodolfo Elizondo Torres (dic. 2006 a marzo 2010).
Gloria Guevara Manzo (marzo 2010 a 2012).
13 Coordinación de Comunicación Social
Maximiliano Cortázar Lara (dic. 2006 a julio 2010).
Alejandra Sota Mirafuentes (julio 2010 a 2012).
14 Secretaría de Energía
Georgina Kessel Martínez (dic. 2006 a enero 2011).
José Antonio Meade Kuribeña (enero a sep. 2011).
Jordy Herrera Flores (sep. 2011 a 2012).
15 Secretaría de Salud
José Ángel Córdova Villalobos (dic. 2006 a sep. 2011).
Salomón Chertorivski Woldenberg (sep. 2011 a 2012).
16 Secretraría del Trabajo
Javier Lozano Alarcón (dic. 2006 a dic. 2011).
Rosalinda Vélez Juárez (dic. 2011 a 2012).
'La alternancia no
era la meta'
Balance Fin de la era PAN. Luis Carlos Ugalde: director de Integralia. Los gobiernos del PAN no cumplieron sus promesas ni fueron congruentes con las críticas que le hicieron al PRI en el siglo XX
Ernesto Núñez
(25 noviembre 2012).- Vicente Fox, y el PAN en general, confundieron el objetivo: la alternancia no era una meta en sí misma, sino el instrumento para transformar a México.
Con este argumento, el politólogo Luis Carlos Ugalde sostiene una de las principales hipótesis de su reciente libro, Por una democracia eficaz (Aguilar, 2012). Según el ex presidente del IFE, el cambio institucional de fondo es la principal deuda de Acción Nacional con México después de sus 12 años de gobierno.
"Los enamorados de la alternancia apostaron por un nuevo inquilino en lugar de construir una casa nueva", sentencia Ugalde en la introducción de su libro, "creyeron que la modernidad política de México era un asunto de personas, no de instituciones; que sacar al PRI de Los Pinos era causa suficiente para que las cosas mejoraran".
-¿Y estaban equivocados? -se cuestiona al autor-.
"Hay un enamoramiento muy ingenuo hacia el poder moral de las personas. Este discurso de sacar al PRI de Los Pinos como la vía de modernización permeó en todos los círculos. Personas como Vicente Fox y muchos líderes intelectuales pensaron que ésa era la meta, cuando era solo el inicio", responde. Según Ugalde, en los últimos 12 años hubo escasos cambios transformadores en México; si acaso, la aprobación de la Ley de Transparencia y la creación del IFAI. Y, ya en la agonía del sexenio de Felipe Calderón, una reforma laboral que, a su parecer, será el cambio transformador más relevante de las administraciones panistas.
"Pero este tipo de cambios transformadores debieron ocurrir hace 10 o 12 años, y entonces sí hubiera habido un cambio sistémico. La mayor deuda política de los gobiernos de la primera alternancia es no llevar a cabo cambios estructurales, no llegar con su decálogo que durante años enarbolaron como oposición y ponerlo en marcha; uno de esos puntos era luchar contra el clientelismo. Y no sólo se mantuvo, sino que se fortaleció en muchos casos. "Sin duda, los gobiernos de la alternancia no cumplieron sus promesas ni fueron congruentes con las críticas que le hicieron al PRI durante el siglo XX", afirma categóricamente.
-Ellos dirían que hubo voluntad reformadora, pero también bloqueo del PRI, freno al cambio -se le plantea-.
"La política es un asunto de resultados, no de voluntades. Hubo motivación de hacer cambios transformadores, sobre todo de Calderón en asuntos como la reforma laboral o la reforma política, pero desgraciadamente no tuvo la sagacidad, las fichas necesarias o el momentum para hacer esos cambios. Veo motivaciones, voluntades, pero no resultados. Se pueden esgrimir muchas razones, pero el hecho es que no se lograron", responde.
Estado de derecho
Ugalde es severo en su crítica a un periodo histórico al que irremediablemente quedó vinculado el 2 de julio del 2006, cuando le tocó, como consejero presidente del IFE, lidiar con el conflicto postelectoral derivado de la contienda entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador.
Su versión de esa historia ya la contó en su anterior libro Así lo viví (Debolsillo, 2008), en el que describe las presiones de las que fue objeto para tratar de llegar a una salida negociada.
Hoy sólo añade: "el principio de legalidad es despreciado por la clase política. En 2006 como autoridad escuché que se nos decía, con menosprecio, que el IFE tenía una 'perspectiva legalista', como si cumplir la ley fuera malo. Nos decían: '¿cómo quieres aplicar la ley si lo que importa es mantener la concordia?'. Y esta retórica que México ha tenido durante 200 años, de que la ley hay que ponerla a lado para negociar políticamente en aras de la estabilidad, nos tiene maniatados".
-¿El conflicto postelectoral mermó las capacidades de Calderón para hacer cambios institucionales? -se le pregunta-.
"No sé qué habría sucedido sin conflicto postelectoral", ataja, "pero es cierto que hay un menosprecio por el principio de la legalidad. Los propios gobiernos violentan el Estado de derecho para lograr un fin, y el caso de Florence Cassez, en el gobierno de Calderón, es un ejemplo de ello".
En su libro, Ugalde advierte que, al final de los 12 años de la era panista, está en riesgo la legitimidad política, porque en estos años (marcadamente el 2006, pero también en los comicios de este año) se afectó la confianza en la vía electoral. Además, sólo se han construido las reglas de acceso al poder, y no las normas que fomentarían un gobierno eficiente que efectivamente rinda cuentas a los ciudadanos.
La legitimidad en riesgo es otro legado de la primera alternancia, pero de él no responsabiliza sólo al PAN, sino a los demás partidos políticos e incluso a la sociedad que, desde su punto de vista, ha avanzado en la construcción de nuevos liderazgos pero no en el desarrollo de una cultura política que le permita sacudirse la apatía.
Reconstruir la legitimidad del sistema político sobre la base de un Estado de derecho es la primera de cuatro soluciones que plantea Ugalde en su libro que, defiende, no pretende ser catastrofista.
Las otras soluciones que propone son reconstruir la base fiscal del Estado, facilitar las decisiones en un entorno de pluralidad política, y mejorar las reglas de inclusión democrática.
Balance Fin de la era PAN. Luis Carlos Ugalde: director de Integralia. Los gobiernos del PAN no cumplieron sus promesas ni fueron congruentes con las críticas que le hicieron al PRI en el siglo XX
Ernesto Núñez
(25 noviembre 2012).- Vicente Fox, y el PAN en general, confundieron el objetivo: la alternancia no era una meta en sí misma, sino el instrumento para transformar a México.
Con este argumento, el politólogo Luis Carlos Ugalde sostiene una de las principales hipótesis de su reciente libro, Por una democracia eficaz (Aguilar, 2012). Según el ex presidente del IFE, el cambio institucional de fondo es la principal deuda de Acción Nacional con México después de sus 12 años de gobierno.
"Los enamorados de la alternancia apostaron por un nuevo inquilino en lugar de construir una casa nueva", sentencia Ugalde en la introducción de su libro, "creyeron que la modernidad política de México era un asunto de personas, no de instituciones; que sacar al PRI de Los Pinos era causa suficiente para que las cosas mejoraran".
-¿Y estaban equivocados? -se cuestiona al autor-.
"Hay un enamoramiento muy ingenuo hacia el poder moral de las personas. Este discurso de sacar al PRI de Los Pinos como la vía de modernización permeó en todos los círculos. Personas como Vicente Fox y muchos líderes intelectuales pensaron que ésa era la meta, cuando era solo el inicio", responde. Según Ugalde, en los últimos 12 años hubo escasos cambios transformadores en México; si acaso, la aprobación de la Ley de Transparencia y la creación del IFAI. Y, ya en la agonía del sexenio de Felipe Calderón, una reforma laboral que, a su parecer, será el cambio transformador más relevante de las administraciones panistas.
"Pero este tipo de cambios transformadores debieron ocurrir hace 10 o 12 años, y entonces sí hubiera habido un cambio sistémico. La mayor deuda política de los gobiernos de la primera alternancia es no llevar a cabo cambios estructurales, no llegar con su decálogo que durante años enarbolaron como oposición y ponerlo en marcha; uno de esos puntos era luchar contra el clientelismo. Y no sólo se mantuvo, sino que se fortaleció en muchos casos. "Sin duda, los gobiernos de la alternancia no cumplieron sus promesas ni fueron congruentes con las críticas que le hicieron al PRI durante el siglo XX", afirma categóricamente.
-Ellos dirían que hubo voluntad reformadora, pero también bloqueo del PRI, freno al cambio -se le plantea-.
"La política es un asunto de resultados, no de voluntades. Hubo motivación de hacer cambios transformadores, sobre todo de Calderón en asuntos como la reforma laboral o la reforma política, pero desgraciadamente no tuvo la sagacidad, las fichas necesarias o el momentum para hacer esos cambios. Veo motivaciones, voluntades, pero no resultados. Se pueden esgrimir muchas razones, pero el hecho es que no se lograron", responde.
Estado de derecho
Ugalde es severo en su crítica a un periodo histórico al que irremediablemente quedó vinculado el 2 de julio del 2006, cuando le tocó, como consejero presidente del IFE, lidiar con el conflicto postelectoral derivado de la contienda entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador.
Su versión de esa historia ya la contó en su anterior libro Así lo viví (Debolsillo, 2008), en el que describe las presiones de las que fue objeto para tratar de llegar a una salida negociada.
Hoy sólo añade: "el principio de legalidad es despreciado por la clase política. En 2006 como autoridad escuché que se nos decía, con menosprecio, que el IFE tenía una 'perspectiva legalista', como si cumplir la ley fuera malo. Nos decían: '¿cómo quieres aplicar la ley si lo que importa es mantener la concordia?'. Y esta retórica que México ha tenido durante 200 años, de que la ley hay que ponerla a lado para negociar políticamente en aras de la estabilidad, nos tiene maniatados".
-¿El conflicto postelectoral mermó las capacidades de Calderón para hacer cambios institucionales? -se le pregunta-.
"No sé qué habría sucedido sin conflicto postelectoral", ataja, "pero es cierto que hay un menosprecio por el principio de la legalidad. Los propios gobiernos violentan el Estado de derecho para lograr un fin, y el caso de Florence Cassez, en el gobierno de Calderón, es un ejemplo de ello".
En su libro, Ugalde advierte que, al final de los 12 años de la era panista, está en riesgo la legitimidad política, porque en estos años (marcadamente el 2006, pero también en los comicios de este año) se afectó la confianza en la vía electoral. Además, sólo se han construido las reglas de acceso al poder, y no las normas que fomentarían un gobierno eficiente que efectivamente rinda cuentas a los ciudadanos.
La legitimidad en riesgo es otro legado de la primera alternancia, pero de él no responsabiliza sólo al PAN, sino a los demás partidos políticos e incluso a la sociedad que, desde su punto de vista, ha avanzado en la construcción de nuevos liderazgos pero no en el desarrollo de una cultura política que le permita sacudirse la apatía.
Reconstruir la legitimidad del sistema político sobre la base de un Estado de derecho es la primera de cuatro soluciones que plantea Ugalde en su libro que, defiende, no pretende ser catastrofista.
Las otras soluciones que propone son reconstruir la base fiscal del Estado, facilitar las decisiones en un entorno de pluralidad política, y mejorar las reglas de inclusión democrática.
Para el bronce...
La cultura política. Vicente Fox y Felipe Calderón también dejan gratos recuerdos, como sus frases, aquellas con las que hicieron reír... y llorar
(25 noviembre 2012).- "Está en su punto, diría yo, está de primera, está de pelos como dicen los chavos".
Enero, 2001.
"Sí hice muchas travesuras de chiquito y las ando haciendo también de Presidente".
Abril, 2001.
"Los mandatarios no pueden detenerse porque el mundo se tiene que mover".
Octubre, 2001.
"A María Félix la recordaremos como la gran impulsora que fue del cambio democrático del país".
Abril, 2002.
"Necesitamos la varita mágica de Harry Potter".
Julio, 2002.
"Ya casi no sabemos qué hacer con esa cantidad enorme de reservas que acumula el país".
Octubre, 2002.
"No hay duda de que los mexicanos están haciendo trabajos que ni siquiera los negros quieren hacer".
Mayo, 2005.
"El 75 por ciento de los hogares de México tienen una lavadora, y no de dos patas o de dos piernas, una lavadora metálica".
Febrero, 2006.
"Ya hoy hablo libre; ya digo cualquier tontería, ya no importa. Ya. Total, yo ya me voy".
Octubre, 2006.
"Mi parte racional me dice que sólo un milagro hará que el PAN no pierda la Presidencia".
Abril, 2012.
"El hecho es que voy a ganar... se ha llegado a decir que voy adelante porque me han ayudado, que porque mis adversarios son muy malos, que porque llovió en junio, pues mira, la verdad, si gano, como dicen en mi tierra, haiga sido como haiga sido...".
Abril, 2006.
"Qué paradoja que hoy, Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, se confirme, por ejemplo, que uno de los mayores ídolos de varias generaciones y el mayor vendedor de discos de música de pop murió precisamente a causa de un uso indebido y excesivo de drogas, en lo que sería también la plenitud de la edad".
Junio, 2009.
"Yo vi a miles, miles de 'spring breakers' en México divirtiéndose, y tengo entendido que los únicos 'shots' que recibieron eran de tequila, a muchos de ellos y nada pasó, me han contado eso gente de confianza".
Mayo, 2011.
"Como es el primer evento de salud que hago este mes de octubre, me puse mi moñito color rosa, nooo vayan a pensar otra cosa... es porque el color rosa es un distintivo que se usa para que sumemos esfuerzos todos, no sólo las mujeres, para luchar contra el cáncer de mama. Eso es bien importante, aunque a veces da pena decirlo".
Octubre, 2011.
"Nos ha tocado enfrentar también al peor flagelo que ha visto México en mucho tiempo, que es la violencia y la ferocidad de los criminales. Y en lugar de sacatearle y mirar para otro lado, nosotros decidimos hacerles frente.... A lo mejor algunos no quisieron que durara ni un día en la Presidencia, pues ya llevamos cinco y vamos por el sexto, que va a ser el del cierre y el fuerte".
Diciembre, 2011.
"Es la primera vez que una crisis económica no empezó aquí, pero nos dio con todo. Y luego vino el virus de la influenza... y luego ahora, la peor sequía. Son como las plagas de Israel, o las plagas de Egipto, pero dios sabe por qué hace las cosas y por qué llama a cada uno de nosotros a enfrentar determinadas circunstancias".
Diciembre, 2011.
Y se va en cinco, cuatro...
La cultura política
Victoria Schussheim
(25 noviembre 2012).- En poco más de un mes cumpliré 44 años de haber optado por ser mexicana. Y acepté todo el paquete: lo lindo, lo feo, los indigentes; el camión de la basura, tan medieval; la comida, aunque me enchilara; las artesanías, el viene viene, la música. The whole enchilada, digamos. Y de todo ese paquete hay cosas que no sé muy bien por qué me pueden muchísimo. Los llanos de Apan. Los mercados. Los mariachis. Y sobre todo, pero sobre todo, los mariachis cantando Las Golondrinas. Desde la primera vez que la oí me solté a chillar. Y así sigo: al primer "adiós, adiós", buaaa, como una fuente. De hecho no conocía la letra, porque mis lloros me la tapaban. Quién sabe qué sea. No puede ser un trauma de infancia, porque tenía mis buenos 25 años cuando la escuché.
Hoy hice un ejercicio científico. Entré a YouTube y me puse a oír Las Golondrinas, empuñando un pañuelo pero decidida a descifrar la letra. Moquee tantito pero alcancé a copiar parte de la letra: "a dónde irá, veloz y fatigada, la golondrina que de aquí se va, lararalaraaaaa (ahí me estaba sonando) sin paz ni abrigo que la vio partir". Tengo que seguir transcribiendo la letra porque ya estamos en cuenta regresiva, y quiero cantarla, pero a ritmo de Bamba y a voz en cuello para despedir a Calderón, mientras me lo imagino agitando frenéticamente los bracitos en su vuelo transatlántico.
Deseo festejar debidamente la partida de uno de los personajes más nefastos que han desfilado por la deplorable pasarela de nuestra política, que nos deja desgarrados, cubiertos de tumbas, despojados y desilusionados. Estoy negociando ya con un mariachi -no de los mejores, claro, pero lo que se puede- para hacer la adaptación y salir a cantar jubilosos en una camioneta destartalada.
Hasta ahora, realmente, no sabía cuánta saña me inspira. Escribo contra él desde hace seis años. Siempre me pareció un personaje lamentable, autoritario sin autoridad alguna que emane de él, convencido de su encanto personal y de que su inteligencia señera basta y sobra para dirigir un país. Este país. Rodeado de incompetentes que, en el mejor de los casos, tienen cierta buena voluntad, pero que en general son una colección de sepulcros blanqueados que ponen cara de que la virgen les habla y saquean el país a cuatro manos.
"A dónde irá...", dice la canción. Pues dicen que a España, a explicarle puntualmente a Rajoy lo que tiene que hacer para salvar a la Madre Patria. Por lo visto está convencido de que lo tiene todo clarísimo. Sin duda allí logre pasar a la historia como el defensor de la España grande, una y no me acuerdo qué más. Porque aquí... aquí no creo que lo lloren ni sus más allegados, condenados, de por vida, confío, a llevar en su currículum la mancha de haber solapado estos seis años de estulticia, sangre y horror.
No es que espere con gran optimismo lo que está por venir. Por el momento me limitaré a solazarme un buen rato por lo que ya se fue.
Y me temo que nunca, nunca más podré escuchar Las Golondrinas sin soltarme a reír. Lástima.
La cultura política. Vicente Fox y Felipe Calderón también dejan gratos recuerdos, como sus frases, aquellas con las que hicieron reír... y llorar
(25 noviembre 2012).- "Está en su punto, diría yo, está de primera, está de pelos como dicen los chavos".
Enero, 2001.
"Sí hice muchas travesuras de chiquito y las ando haciendo también de Presidente".
Abril, 2001.
"Los mandatarios no pueden detenerse porque el mundo se tiene que mover".
Octubre, 2001.
"A María Félix la recordaremos como la gran impulsora que fue del cambio democrático del país".
Abril, 2002.
"Necesitamos la varita mágica de Harry Potter".
Julio, 2002.
"Ya casi no sabemos qué hacer con esa cantidad enorme de reservas que acumula el país".
Octubre, 2002.
"No hay duda de que los mexicanos están haciendo trabajos que ni siquiera los negros quieren hacer".
Mayo, 2005.
"El 75 por ciento de los hogares de México tienen una lavadora, y no de dos patas o de dos piernas, una lavadora metálica".
Febrero, 2006.
"Ya hoy hablo libre; ya digo cualquier tontería, ya no importa. Ya. Total, yo ya me voy".
Octubre, 2006.
"Mi parte racional me dice que sólo un milagro hará que el PAN no pierda la Presidencia".
Abril, 2012.
"El hecho es que voy a ganar... se ha llegado a decir que voy adelante porque me han ayudado, que porque mis adversarios son muy malos, que porque llovió en junio, pues mira, la verdad, si gano, como dicen en mi tierra, haiga sido como haiga sido...".
Abril, 2006.
"Qué paradoja que hoy, Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, se confirme, por ejemplo, que uno de los mayores ídolos de varias generaciones y el mayor vendedor de discos de música de pop murió precisamente a causa de un uso indebido y excesivo de drogas, en lo que sería también la plenitud de la edad".
Junio, 2009.
"Yo vi a miles, miles de 'spring breakers' en México divirtiéndose, y tengo entendido que los únicos 'shots' que recibieron eran de tequila, a muchos de ellos y nada pasó, me han contado eso gente de confianza".
Mayo, 2011.
"Como es el primer evento de salud que hago este mes de octubre, me puse mi moñito color rosa, nooo vayan a pensar otra cosa... es porque el color rosa es un distintivo que se usa para que sumemos esfuerzos todos, no sólo las mujeres, para luchar contra el cáncer de mama. Eso es bien importante, aunque a veces da pena decirlo".
Octubre, 2011.
"Nos ha tocado enfrentar también al peor flagelo que ha visto México en mucho tiempo, que es la violencia y la ferocidad de los criminales. Y en lugar de sacatearle y mirar para otro lado, nosotros decidimos hacerles frente.... A lo mejor algunos no quisieron que durara ni un día en la Presidencia, pues ya llevamos cinco y vamos por el sexto, que va a ser el del cierre y el fuerte".
Diciembre, 2011.
"Es la primera vez que una crisis económica no empezó aquí, pero nos dio con todo. Y luego vino el virus de la influenza... y luego ahora, la peor sequía. Son como las plagas de Israel, o las plagas de Egipto, pero dios sabe por qué hace las cosas y por qué llama a cada uno de nosotros a enfrentar determinadas circunstancias".
Diciembre, 2011.
Y se va en cinco, cuatro...
La cultura política
Victoria Schussheim
(25 noviembre 2012).- En poco más de un mes cumpliré 44 años de haber optado por ser mexicana. Y acepté todo el paquete: lo lindo, lo feo, los indigentes; el camión de la basura, tan medieval; la comida, aunque me enchilara; las artesanías, el viene viene, la música. The whole enchilada, digamos. Y de todo ese paquete hay cosas que no sé muy bien por qué me pueden muchísimo. Los llanos de Apan. Los mercados. Los mariachis. Y sobre todo, pero sobre todo, los mariachis cantando Las Golondrinas. Desde la primera vez que la oí me solté a chillar. Y así sigo: al primer "adiós, adiós", buaaa, como una fuente. De hecho no conocía la letra, porque mis lloros me la tapaban. Quién sabe qué sea. No puede ser un trauma de infancia, porque tenía mis buenos 25 años cuando la escuché.
Hoy hice un ejercicio científico. Entré a YouTube y me puse a oír Las Golondrinas, empuñando un pañuelo pero decidida a descifrar la letra. Moquee tantito pero alcancé a copiar parte de la letra: "a dónde irá, veloz y fatigada, la golondrina que de aquí se va, lararalaraaaaa (ahí me estaba sonando) sin paz ni abrigo que la vio partir". Tengo que seguir transcribiendo la letra porque ya estamos en cuenta regresiva, y quiero cantarla, pero a ritmo de Bamba y a voz en cuello para despedir a Calderón, mientras me lo imagino agitando frenéticamente los bracitos en su vuelo transatlántico.
Deseo festejar debidamente la partida de uno de los personajes más nefastos que han desfilado por la deplorable pasarela de nuestra política, que nos deja desgarrados, cubiertos de tumbas, despojados y desilusionados. Estoy negociando ya con un mariachi -no de los mejores, claro, pero lo que se puede- para hacer la adaptación y salir a cantar jubilosos en una camioneta destartalada.
Hasta ahora, realmente, no sabía cuánta saña me inspira. Escribo contra él desde hace seis años. Siempre me pareció un personaje lamentable, autoritario sin autoridad alguna que emane de él, convencido de su encanto personal y de que su inteligencia señera basta y sobra para dirigir un país. Este país. Rodeado de incompetentes que, en el mejor de los casos, tienen cierta buena voluntad, pero que en general son una colección de sepulcros blanqueados que ponen cara de que la virgen les habla y saquean el país a cuatro manos.
"A dónde irá...", dice la canción. Pues dicen que a España, a explicarle puntualmente a Rajoy lo que tiene que hacer para salvar a la Madre Patria. Por lo visto está convencido de que lo tiene todo clarísimo. Sin duda allí logre pasar a la historia como el defensor de la España grande, una y no me acuerdo qué más. Porque aquí... aquí no creo que lo lloren ni sus más allegados, condenados, de por vida, confío, a llevar en su currículum la mancha de haber solapado estos seis años de estulticia, sangre y horror.
No es que espere con gran optimismo lo que está por venir. Por el momento me limitaré a solazarme un buen rato por lo que ya se fue.
Y me temo que nunca, nunca más podré escuchar Las Golondrinas sin soltarme a reír. Lástima.
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