Ocupaba el cargo desde septiembre del año pasado y es uno de los militares más respetados en el Ejército norteamericano, donde sirvió 37 años
Antonio Caño
Washington
El director de la CIA, el general David Petraeus,
uno de los militares más laureados y respetados de toda la historia de
Estados Unidos, ha presentado su dimisión al presidente Barack Obama,
justificada por la situación personal a la que se ha visto abocado como
consecuencia de una relación extramatrimonial.
La renuncia de Petraeus, conocida tres días después de las elecciones presidenciales,
representa una conmoción para la sociedad norteamericana, no solo por
lo destacado de su figura y la notoriedad de su trabajo militar, sino
por la preocupante colisión de una difícil circunstancia personal con el
hombre encargado de manejar los más delicados secretos del país.
El FBI, la policía judicial norteamericana, abrió recientemente una investigación a la escritora Paula Broadwell,
que trató de acceder de forma ilícita a la cuenta de correo electrónico
personal de Petraeus. Broadwell publicó en enero un libro titulado All in,
una biografía que fue el resultado de una tesis doctoral que escribió
para el King’s College de Londres sobre Petraeus. Para su elaboración
estuvo casi un año en Afganistán siguiendo al general. Durante ese
tiempo, Broadwell tuvo frecuente contacto con el objeto de su
investigación. Posteriormente, dio diversas entrevistas de televisión
sobre la personalidad y el carácter del general.
Broadwell está casada,
tiene dos hijos y reside en Charlotte, Carolina del Norte. Es una
veterana del Ejército norteamericano. Fuentes del FBI mantienen que el
asunto no tiene implicaciones criminales y que Petraeus no está siendo
investigado.
“Ayer por la parte, acudí a la Casa Blanca y le pedí al
presidente que me permitiese, por razones personales, renunciar a mi
cargo”, afirma la nota de dimisión de Petraeus,
hecha pública este viernes. “Después de haber estado casado durante más
de 37 años, demostré muy pobre juicio al comprometerme en una relación
extramatrimonial. Ese comportamiento es inaceptable, como esposo y como
líder de una organización como la nuestra”. “Siempre he valorado”,
añade, “la oportunidad de haber hecho este trabajo y siempre lamentaré
las circunstancias que me han llevado a dejarlo”.
Obama, que aceptó la dimisión, calificó a Petraeus de “uno
de los generales más destacados de su generación”. “Su servicio ha hecho
nuestro país más seguro y más fuerte”, afirmó el presidente en un comunicado en el que anuncia que Michael Morell actuará como director en funciones hasta el nombramiento de un nuevo responsable.
El FBI investiga ahora a Paula Broadwell, la autora de la
biografía de Petraeus, por intentar entrar en el correo electrónico del
general y por haber podido acceder a información confidencial, informa la cadena estadounidense Nbc y otros medios estadounidenses. La revista Slate va más allá y sostiene que Broadwell es la amante de Petraeus.
En la página web de Broadwell,
se explica con detalle cómo la biógrafa tuvo un "amplio acceso" a
Petraeus, "a sus mentores, sus subordinados y sus amigos de toda la
vida" para documentarse. También se informa de que Broadwell estuvo en
Afganistán junto al general y sus soldados, para narrar desde dentro, a
través de "cientos de horas de entrevistas exclusivas con Petraeus y sus
altos mandos y soldados", la historia del general.
El director de la Inteligencia Nacional, James Clapper,
confirmó la dimisión del general Petraeus, a quien despidió, en un
comunicado oficial, como “uno de los más grandes patriotas de nuestro
país”.
Petraeus accedió a la dirección de la Agencia Central de
Inteligencia en abril de 2011 en sustitución de Leon Panetta, que dejó
ese cargo para ocupar la secretaría de Defensa. Desde el comienzo de su
gestión mantuvo un bajo perfil y rehuyó cualquier implicación en el
debate político. Su trabajo se vio, no obstante, criticado por las
sospechas sobre la actuación de la CIA durante el ataque contra el consulado norteamericano en Bengasi, donde murió el embajador de EE UU en Libia.
Como se supo más tarde, ese consulado era, casi en su totalidad, una
base de operaciones de la CIA, agencia bajo la cual estaba la principal
responsabilidad de la seguridad de las instalaciones. La próxima semana
debe comenzar una investigación del Congreso sobre ese suceso.
Petraeus llegó a la CIA con la misión de adaptar a esa
famosa agencia a las necesidades de espionaje en los tiempos modernos y a
las exigencias de las actuales restricciones económicas. Deja el
trabajo a medias.
El general Petraeus alcanzó relevancia internacional como
jefe de la última fase de la presencia de tropas norteamericanas en
Irak. Al frente de esa operación, consiguió, en condiciones muy
adversas, crear el terreno que hiciera posible la retirada sin favorecer
la revitalización de la guerra. Obama intentó después aprovechar esa
experiencia y le dio el mando de la misión en Afganistán, donde estuvo
hasta su pase a retiro, en 2011.
Esta dimisión, que deja puntos oscuros que será necesario esclarecer
en los próximos días, obliga a Obama a acelerar los cambios en su
Administración que estaban previstos antes del inicio del nuevo mandato,
el próximo 20 de enero.
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