08 noviembre, 2012

El fandango que se viene

Francisco Garfias

Una frase me llamó la atención en el discurso de Mitt Romney la noche de su derrota. “Llegó el tiempo de que los políticos nos demos la mano en pro de esta gran nación”, dijo el republicano. Las comparaciones resultaron inevitables. Me dio envidia tanta civilidad. No recuerdo frase similar en un aspirante presidencial mexicano derrotado. Los comicios aquí terminan en el encono, las descalificaciones, las acusaciones, los tribunales.
¿Por qué será?


Llevamos dos elecciones presidenciales consecutivas con serios problemas poselectorales. Un mismo candidato presidencial que no admite su derrota oficial: Andrés Manuel López Obrador.
El Peje, por el contrario, ha invitado a todo el país al fandango que prepara el día de la toma de protesta de Peña Nieto, al que acusa de haber “comprado” la Presidencia. Hace seis años promovió bloqueos, tomas de tribuna y hasta se declaró presidente legítimo. El 1 de diciembre de 2006, sus seguidores cerraron el salón de sesiones donde Calderón tomó protesta y armaron una bronca fenomenal. Ayer, en Chihuahua, Andrés reiteró la invitación a participar, este 1 de diciembre, en los actos convocados en “todas” las plazas del país, para protestar contra la “imposición” del priista.
Andrés, eso sí, celebró el triunfo de Obama. “¡Qué bueno que ganó!”, dijo en entrevista a una radiodifusora de ese estado. Reveló también que en la entrevista que sostuvo, antes de las elecciones, con Joe Biden, vicepresidente de Estados Unidos, éste le aseguro que, si ganaban, como sucedió, ahora sí harían realidad la reforma migratoria que anhelan alrededor de 12 millones de ilegales.
Peña, lo supimos ayer, se entrevistará con Obama el 27 de noviembre próximo.
Revisamos lo que algunos diarios de gran prestigio en el orbe publicaron sobre las elecciones de Estados Unidos. Un común denominador: la aplastante mayoría recibieron con beneplácito la reelección de Obama. Imposible citarlos a todos.
Nos llamó la atención la numeralia que el diario francés Le Monde publicó sobre los ingresos y los dispares impuestos pagados el año pasado por los dos personajes. Romney, cuya fortuna se calcula en 250 millones de dólares, ganó 21.6 millones de dólares en 2011. Pagó solo 13.9% de impuestos. El Presidente declaró ingresos por 789 mil 674 dólares ese mismo año, con una tasa impositiva de 20.5 por ciento.
“Los demócratas no han dejado de subrayar este contraste para justificar la reforma fiscal, en particular el fin de la baja de impuestos a los más privilegiados, que se votaron durante la administración de Bush”, puntualiza el prestigiado vespertino francés.
Nos asomamos ayer a la comida de Peña con la CIRT. Morbosa curiosidad. Sus críticos dicen que el Presidente electo es producto de la mercadotecnia, que fue el candidato del llamado duopolio, que ellos lo llevaron donde está. Era la oportunidad de poner los puntos sobre las íes. No lo hizo.
En el centro Bancomer de Santa Fe, donde se realiza la 54 Semana de los radiodifusores, el Presidente electo sí habló, en cambio, de la necesidad de nuevos mecanismos que garanticen la libertad de expresión y la seguridad de los trabajadores de la información, ante los embates del crimen organizado.
“El comunicador, debo decirlo, se ha convertido en blanco de ataques de la delincuencia y su actividad se ha vuelto altamente riesgosa”, dijo el Presidente electo.
En la palabra lo precedió Tristán Canales, presidente de la Cámara de la Industria de Radio y Televisión. Dio color: “En el propósito de construir una democracia de resultados, como usted ha comprometido, sepa, señor presidente Enrique Peña, que de manera permanente, incondicionalmente, su Presidencia contará con el apoyo de los industriales de la radio y la televisión”.
Tristán fue reelegido presidente de la CIRT por otro año.
Miguel Mancera es un político que posee las cualidades para reunir a los diferentes alrededor de una causa común: la Ciudad de México. El jefe de Gobierno electo del DF tuvo una plural respuesta a su convocatoria a una gran reforma política en esta entidad.
En el Palacio de Minería estaban los coordinadores parlamentarios del PRI, Emilio Gamboa; del PAN, Ernesto Cordero; y del PRD, Miguel Barbosa. Personajes tan disímbolos, como el ex jefe del DDF Manuel Camacho Solís, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, primer jefe de Gobierno elegido de la ciudad y el obradorista Alejandro Encinas. El rector de la UNAM, José Narro Robles, parecía su gran cuate. Charló largo rato con el jefe de Gobierno electo sobre la innovación de la ciudad. En su discurso, Mancera dijo que la reforma política del DF es una de las cuestiones no resueltas dentro del proceso de transformación constitucional de México. “Esta ciudad posee el mayor núcleo social, político y económico del país y es la capital de la República. Tiene, por eso, una calidad dual: el sometimiento histórico de los ciudadanos a los poderes nacionales y el carácter plural, cosmopolita y libertario de su población…”, dijo.
Es decir, que el DF ya no debe ser rehén de las autoridades federales. Debe nombrar en forma autónoma al titular de la Procuraduría local y a quien está al mando de la fuerza pública. ¿Es lo menos, no?

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