23 noviembre, 2012

Petraeus pudo dar a Broadwell acceso a documentos clasificados

The Washington Post

Una investigación federal sobre cómo la biógrafa de David H. Petraeus obtuvo numerosos documentos clasificados se está centrando en si el estado mayor del general retirado le entregó documentos confidenciales bajo órdenes suyas, según funcionarios federales familiarizados con la pesquisa.
A los asistentes de Petraeus y otros oficiales militares de alto rango se les encomendó a menudo entregar expedientes militares y otros documentos a Paula Broadwell para su labor como biógrafa de Petraeus, dijeron ex miembros de su despacho y otros oficiales a The Washington Post.


Broadwell, reservista del Ejército y casada, visitaba a Petraeus en Afganistán cuando él estaba allí a cargo de la guerra. Ella pidió repetidas veces documentos que decía que Petraeus quería que ella viera, según los ex miembros de su estado mayor y funcionarios que hablaron bajo la condición de anonimato porque la pesquisa está en curso.
Esta atención al papel jugados por los miembros del estado mayor añade un nuevo capítulo al complicado escándalo ético que llevó a Petraeus a su abrupta renuncia como director de la CIA el 9 de noviembre. Su romance con Broadwell ha colocado también la correspondencia personal del general de Infantería de Marina John R. Allen, sucesor de Petraeus como comandante de la guerra afgana, bajo el escrutinio del Pentágono.
Petraeus y Broadwell han dicho a los investigadores del FBI que Petraeus no le dio a ella información clasificada, dijeron agentes de la ley. Los abogados de ambos se negaron a responder a preguntas específicas para este artículo, lo mismo que la portavoz de Broadwell, Dee Dee Myers dele Glover Park Group. Funcionarios del FBI tampoco quisieron comentar sobre el asunto.
La investigación de los orígenes del hecho de que hubiera materiales clasificados en posesión de Broadwell empezó en el verano como parte de una pesquisa de rutina del FBI sobre unos correos electrónicos que hostigaban a una mujer en Tampa. Los mensajes advertían a la mujer, Jill Kelley, persona muy conocida en la buena sociedad, que se mantuviera lejos de Petraeus y fueron rastreados a cuentas anónimas establecidas por Broadwell, según agentes de la ley involucrados en el caso.
La investigación encontró correos electrónicos entre Petraeus y Broadwell que desenmascararon su romance y llevaron a la renuncia de él. La pesquisa descubrió además correos electrónicos cuestionables entre Kelley y Allen, quien, como Petraeus, había conocido a la mujer de Tampa mientras servia en el Comando Central de EEUU, conocido como Centcom.
La investigación inicial se centró en si el hostigamiento de Kelley por parte de Broadwell constituía un delito. Pero los correos electrónicos más antiguos mostraron que quienes los enviaban tenían acceso a un calendario detallado para Petraeus y Allen, lo cual provocó preocupaciones sobre posibles violaciones de la seguridad nacional.
Broadwell entregó su computadora al FBI a finales del verano, y los agentes descubrieron que contenía materiales clasificados de bajo nivel. El 12 de noviembre, el FBI registró su casa en Charlotte y se llevó pruebas adicionales de que ella tenía en su poder documentos clasificados, dijeron agentes.
Los documentos han sido descritos como confidenciales pero relativamente inocuos. Los funcionarios que han sido informados sobre los mismos dijeron que se trataba en su mayor parte de calendarios y presentaciones de PowerPoint clasificadas como “secretas”.
Al tratar de reconstruir cómo esos materiales fueron a parar a manos de Broadwell, investigadores del FBI han tratado de determinar si le fue entregado por asistentes de Petraeus cuando él dirigía Centcom en Tampa desde el 2008 hasta junio del 2010, o si fue cuando él era comandante de las fuerzas estadounidenses e internacionales en Afganistán de julio del 2010 a julio del 2011. Él renunció al Ejército para hacerse director de la CIA en septiembre del 2011.

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