Estoy totalmente en
desacuerdo con la decisión tomada hoy (28 de Junio de 2012) por la Corte
Suprema, pero no me sorprende. Dicha corte lleva un pésimo registro en
cuanto a la protección de la libertad contra los excesos
inconstitucionales del Congreso.
Hoy debemos recordar que todo lo que
hace el estado es coercitivo. La cuestión no es si el Congreso puede
forzar una transacción obligándonos a comprar un seguro, o simplemente
hacernos pagar un impuesto si no obedecemos. La cuestión es que esta
compulsión implica el uso de la fuerza del gobierno contra aquellos que
se nieguen a hacerlo. La característica fundamental de una sociedad libre debería ser el rechazo de la fuerza. En la misma, por lo tanto, los individuos podrían no elegir el “Obamacare” sin ser sancionados por ello.
Obamacare sólo hará que aumente la
interferencia de terceros en la relación médico-paciente, que se
incrementen los costos, y se reduzca la calidad. Solo la medicina
practicada libremente puede brindar independencia a los doctores,
reducir los costos a través de la competencia real y del indicador de
los precios, y eliminar las enormes cargas del papeleo.
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