27 noviembre, 2012

Texas también se contagia de una fiebre secesionista

Texas también se contagia de una fiebre secesionista


Por Manny Fernandez
HOUSTON, Texas. - En las semanas transcurridas desde la reelección del presidente Barack Obama, los republicanos de todo el país se vienen preguntando cómo seguir, pero algunos conservadores de Texas apuntan directamente a la secesión.
La fiebre secesionista golpeó fuerte en algunas zonas de Texas, donde Mitt Romney ganó por casi 1,3 millones de votos. En el sitio TexasSecede.com se incrementó la venta de calcomanías para autos con la leyenda "Secesión". En la región de Texas Este, un funcionario republicano envió un boletín oficial por mail diciendo que ya era tiempo de que Texas y Vermont siguieran cada uno "su propio camino en paz" tras firmar un acuerdo de libre comercio entre los estados.

Un ciudadano de Texas presentó una petición de secesión en el sitio web de la Casa Blanca que ya recibió decenas de miles de firmas de apoyo, y el gobierno de Obama ahora debe pronunciarse al respecto. Y Larry Scott Kilgore, el eterno candidato republicano de Arlington, en los suburbios de Dallas, anunció que en 2014 competirá como candidato a gobernador y que cambiaría legalmente su nombre por el de Larry "Secede" ("secesión") Kilgore.
En los últimos años, el tema de la secesión en Texas dejó de ser exclusivo de la extrema derecha para desplazarse hacia el centro, como un eco de ese mantra contra Washington y a favor de la soberanía texana que sostienen los líderes republicanos de este estado en una gran variedad de cuestiones, entre ellas, el sistema de salud y las regulaciones medioambientales.
Para algunos texanos, el renovado furor secesionista no es más que una manera cómica de aliviar la frustración tras la aplastante derrota electoral a nivel nacional.
Pero para otros impulsores de la secesión y su ideología hermana, el nacionalismo texano -eje del Movimiento Nacionalista Texano y de otros grupos que quieren que ese estado vuelva a ser una nación independiente, como entre las décadas de 1830 y 1840-, el tema es mucho más serio.
El funcionario texano Peter Morrison, tesorero del Partido Republicano del condado de Hardin, dijo que tal vez lleve tiempo que la gente "reconozca que la mejor manera de zanjar las diferencias culturales fundamentales que existen entre Texas y otras partes de Estados Unidos es con un divorcio de común acuerdo, una separación pacífica".
Las peticiones online necesitan reunir 25.000 firmas de apoyo en 30 días para que la Casa Blanca las responda. La petición de Texas, enviada el 9 de noviembre por un hombre identificado como Micah H., de Arlington, el viernes pasado ya había recolectado más de 116.000 apoyos. La petición solicita al gobierno de Obama que "conceda pacíficamente" el retiro de Texas de la Unión, y agrega que la medida es "factible" en los hechos, debido al gran tamaño de la economía de ese estado.
Habitantes de otros estados, como Alabama, Florida, Colorado, Luisiana y Oklahoma, también presentaron peticiones similares, pero ninguna recolectó tantas firmas como la de Texas.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo que cada petición que cruce el mínimo de firmas exigido sería considerada y recibiría una respuesta.
El gobernador Rick Perry, que en 2009 hizo dos comentarios públicos sugiriendo que simpatizaba con la causa secesionista, no firmará el petitorio.
El movimiento secesionista de Texas tiene divergencias tanto tácticas como de objetivos. Uno de los grupos, República de Texas, afirma que la secesión es innecesaria porque -según aseguran- Texas es una nación independiente que fue anexada de manera ilegal a Estados Unidos en 1845 (en 1997, el líder del grupo y otros seguidores se enfrentaron durante una semana con las fuerzas policiales de Texas con el saldo de un muerto).
Kilgore, el candidato que piensa cambiar su segundo nombre, dijo que no firmó la petición a la Casa Blanca porque no cree que los texanos tengan que pedirle permiso a Washington para separarse.
"El volumen de nuestra economía es aproximadamente un 30% más grande que la de Australia", dijo Kilgore, un contratista de telecomunicaciones de 48 años. "Si Australia puede sobrevivir por sí sola, no veo por qué los texanos tendríamos algún problema en sobrevivir por nuestra cuenta", añadió.
Son pocos los pedidos de secesión que se ocupan de aclarar los detalles problemáticos del asunto, como, por ejemplo, qué ocurriría con los muchos tribunales, prisiones, parques y bases militares -todos de nivel federal- que hay en el estado. Nadie les preguntó a los texanos que recibieron decenas de millones de dólares de ayuda federal tras los destructivos incendios del año pasado qué piensan al respecto.
Pero todo este tema de la secesión también interesó a los progresistas. Caleb M., de Austin, presentó su propio petitorio ante la Casa Blanca, en el que solicitó que Austin se separe de Texas y siga siendo parte de Estados Unidos, "en el eventual caso de que Texas tenga éxito en separarse de la Unión".
Hasta el viernes, su petición había reunido ya más de 8000 adhesiones.

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