Texas también se contagia de una fiebre secesionista
Por Manny Fernandez
HOUSTON, Texas. - En las semanas transcurridas desde la
reelección del presidente Barack Obama, los republicanos de todo el
país se vienen preguntando cómo seguir, pero algunos conservadores de
Texas apuntan directamente a la secesión.
La fiebre secesionista golpeó fuerte en algunas zonas
de Texas, donde Mitt Romney ganó por casi 1,3 millones de votos. En el
sitio TexasSecede.com se incrementó la venta de calcomanías para autos
con la leyenda "Secesión". En la región de Texas Este, un funcionario
republicano envió un boletín oficial por mail diciendo que ya era tiempo
de que Texas y Vermont siguieran cada uno "su propio camino en paz"
tras firmar un acuerdo de libre comercio entre los estados.
Un ciudadano de Texas presentó una petición de secesión
en el sitio web de la Casa Blanca que ya recibió decenas de miles de
firmas de apoyo, y el gobierno de Obama ahora debe pronunciarse al
respecto. Y Larry Scott Kilgore, el eterno candidato republicano de
Arlington, en los suburbios de Dallas, anunció que en 2014 competirá
como candidato a gobernador y que cambiaría legalmente su nombre por el
de Larry "Secede" ("secesión") Kilgore.
En los últimos años, el tema de la secesión en Texas
dejó de ser exclusivo de la extrema derecha para desplazarse hacia el
centro, como un eco de ese mantra contra Washington y a favor de la
soberanía texana que sostienen los líderes republicanos de este estado
en una gran variedad de cuestiones, entre ellas, el sistema de salud y
las regulaciones medioambientales.
Para algunos texanos, el renovado furor secesionista no
es más que una manera cómica de aliviar la frustración tras la
aplastante derrota electoral a nivel nacional.
Pero para otros impulsores de la secesión y su
ideología hermana, el nacionalismo texano -eje del Movimiento
Nacionalista Texano y de otros grupos que quieren que ese estado vuelva a
ser una nación independiente, como entre las décadas de 1830 y 1840-,
el tema es mucho más serio.
El funcionario texano Peter Morrison, tesorero del
Partido Republicano del condado de Hardin, dijo que tal vez lleve tiempo
que la gente "reconozca que la mejor manera de zanjar las diferencias
culturales fundamentales que existen entre Texas y otras partes de
Estados Unidos es con un divorcio de común acuerdo, una separación
pacífica".
Las peticiones online necesitan reunir 25.000 firmas de
apoyo en 30 días para que la Casa Blanca las responda. La petición de
Texas, enviada el 9 de noviembre por un hombre identificado como Micah
H., de Arlington, el viernes pasado ya había recolectado más de 116.000
apoyos. La petición solicita al gobierno de Obama que "conceda
pacíficamente" el retiro de Texas de la Unión, y agrega que la medida es
"factible" en los hechos, debido al gran tamaño de la economía de ese
estado.
Habitantes de otros estados, como Alabama, Florida,
Colorado, Luisiana y Oklahoma, también presentaron peticiones similares,
pero ninguna recolectó tantas firmas como la de Texas.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo que cada petición
que cruce el mínimo de firmas exigido sería considerada y recibiría una
respuesta.
El gobernador Rick Perry, que en 2009 hizo dos
comentarios públicos sugiriendo que simpatizaba con la causa
secesionista, no firmará el petitorio.
El movimiento secesionista de Texas tiene divergencias
tanto tácticas como de objetivos. Uno de los grupos, República de Texas,
afirma que la secesión es innecesaria porque -según aseguran- Texas es
una nación independiente que fue anexada de manera ilegal a Estados
Unidos en 1845 (en 1997, el líder del grupo y otros seguidores se
enfrentaron durante una semana con las fuerzas policiales de Texas con
el saldo de un muerto).
Kilgore, el candidato que piensa cambiar su segundo
nombre, dijo que no firmó la petición a la Casa Blanca porque no cree
que los texanos tengan que pedirle permiso a Washington para separarse.
"El volumen de nuestra economía es aproximadamente un
30% más grande que la de Australia", dijo Kilgore, un contratista de
telecomunicaciones de 48 años. "Si Australia puede sobrevivir por sí
sola, no veo por qué los texanos tendríamos algún problema en sobrevivir
por nuestra cuenta", añadió.
Son pocos los pedidos de secesión que se ocupan de
aclarar los detalles problemáticos del asunto, como, por ejemplo, qué
ocurriría con los muchos tribunales, prisiones, parques y bases
militares -todos de nivel federal- que hay en el estado. Nadie les
preguntó a los texanos que recibieron decenas de millones de dólares de
ayuda federal tras los destructivos incendios del año pasado qué piensan
al respecto.
Pero todo este tema de la secesión también interesó a
los progresistas. Caleb M., de Austin, presentó su propio petitorio ante
la Casa Blanca, en el que solicitó que Austin se separe de Texas y siga
siendo parte de Estados Unidos, "en el eventual caso de que Texas tenga
éxito en separarse de la Unión".
Hasta el viernes, su petición había reunido ya más de 8000 adhesiones.
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