04 diciembre, 2012

EL CAPITALISMO

Cómo perdió la izquierda el debate.
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Uno podría pensar que una crisis provocada por un capitalismo voraz y descontrolado haría cambiar de opinión a unos cuantos sobre la naturaleza fundamental de la economía mundial.
Pues se equivocaría. Es verdad que hoy abunda el sentimiento anticapitalista en el mundo, sobre todo porque una crisis debida a los peores excesos del sistema sigue haciendo estragos en la economía mundial. De existir algo es, precisamente, una sobrecarga de críticas sobre los horrores del capitalismo: libros, investigaciones periodísticas y reportajes de televisión que nos hablan de empresas que contaminan sin piedad nuestro medio ambiente, banqueros corruptos que siguen cobrando primas sustanciosas mientras sus bancos son rescatados gracias al dinero de los contribuyentes y fábricas en las que hay niños trabajando horas sin fin.
Sin embargo, por terribles que sean los abusos o por mucho que sean indicativos de un fracaso más amplio, más estructural, esas críticas llegan solo hasta un límite. El objetivo es siempre democratizar el capitalismo para luchar contra los excesos y ampliar el control democrático de la economía mediante la presión de un mayor escrutinio por parte de los medios, investigaciones parlamentarias, leyes más estrictas e investigaciones policiales limpias. Lo que nunca se pone en tela de juicio es el estado legal burgués del que depende el capitalismo moderno y que sigue siendo la vaca sagrada que ni siquiera los críticos más radicales como los de Occupy Wall Street y el Foro Social Mundial se atreven a tocar.
No es extraño, pues, que las optimistas esperanzas izquierdistas de que la crisis iba a ser una experiencia aleccionadora -el despertar de un sueño- hayan demostrado tener una imprudente falta de visión de futuro. Es indudable que 2011 fue el año en el que soñamos peligrosamente, en el que renació la política radical de la emancipación en todo el mundo. Un año después, cada día aporta nuevas pruebas de lo frágil y desigual que fue ese despertar. El entusiasmo de la primavera árabe está atrapado entre compromisos y fundamentalismos religiosos; Occupy Wall Street ha perdido tanto impulso que cuando la policía de Nueva York limpió Zuccotti Park los miembros del movimiento casi se sintieron aliviados. Lo mismo sucede en otros países: los maoístas de Nepal parecen superados por las estrategias de las fuerzas monárquicas reaccionarias; el experimento bolivariano de Venezuela se parece cada vez más a un populismo caudillista; e incluso la señal más esperanzadora, el movimiento antiausteridad de Grecia, ha perdido fuerza tras la derrota electoral del partido de izquierdas Syriza.
Da la impresión de que la consecuencia política fundamental de la crisis económica no fue el ascenso de la izquierda radical, sino la extensión del populismo racista, más guerras, más pobreza en los países más pobres del Tercer Mundo y brechas cada vez más amplias entre ricos y pobres. Aunque las crisis sacuden a la gente, la sacan de su conformismo y le hacen replantearse el fundamento de su vida, la primera reacción espontánea no es la revolución sino el pánico, que empuja a una vuelta a lo más básico: alimento y techo. No se cuestionan las premisas centrales de la ideología dominante. En todo caso, se reafirman incluso con más violencia.
¿Es posible que estemos presenciando las condiciones para una radicalización aún mayor del capitalismo? El filósofo alemán Peter Sloterdijk me dijo en una ocasión que, si hay una persona viva a la que dedicarán monumentos de aquí a 100 años es Lee Kuan Yew, el dirigente de Singapur que más hizo para fomentar y llevar a la práctica la combinación de capitalismo y autoritarismo, un sistema al que aplicó la eufemística etiqueta de “valores asiáticos”. Hoy, el virus de ese capitalismo autoritario se extiende poco a poco, pero con paso firme, por todo el globo, en particular en China.
Ante la explosión actual del capitalismo en China, los analistas suelen preguntarse cuándo se establecerá la democracia política, el acompañante político natural del capitalismo. Pero ¿y si la democratización prometida no llega nunca? ¿Y si el capitalismo autoritario del gigante asiático no es un alto en el camino hacia la democratización sino el estado final hacia el que se dirige el resto del mundo?
León Trotsky explicó una vez que la Rusia zarista era “la despiadada combinación del knout (látigo) asiático y la bolsa europea”, pero la descripción sirve todavía mejor para la China actual. En su encarnación china, esta mezcla tal vez acabe siendo más estable que el modelo capitalista democrático que hemos llegado a considerar natural.
La principal víctima de la presente crisis, por tanto, no es el capitalismo, que parece estar evolucionando hacia una forma todavía más omnipresente y perniciosa, sino la democracia; para no hablar de la izquierda, cuya incapacidad de ofrecer una alternativa viable al mundo ha vuelto a quedar a la vista de todos. Es la izquierda la que, a la hora de la verdad, estaba desprevenida. Casi como si se hubiera orquestado esta crisis para dejar claro que la única solución para un fracaso del capitalismo es más capitalismo.

EL ASESINATO MÁS SUCIO

Las 10 ciudades más letales del mundo.
Vivir en América Latina, según parece, puede ser peligroso para su salud. Una combinación de droga, crimen organizado y gobiernos que en ocasiones están mal preparados para enfrentarse al desafío ha demostrado ser letal, dejando un rastro de violencia de un extremo a otro del continente americano, desde Brasil a Honduras o México, según un think tank mexicano, el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal. De acuerdo a sus clasificaciones, las diez ciudades con los índices de homicidios más altos del mundo y 40 de las 50 capitales del asesinato son localidades situadas todas en Latinoamérica, y no es hasta el puesto número 21 cuando hace su aparición una no latinoamericana. Estos resultados incluyen una advertencia: el estudio solo contemplaba ciudades para las que existían estadísticas disponibles sobre homicidios, lo que significa que aquellas que sufren sangrientas guerras civiles para las que es difícil encontrar estadísticas —como Alepo, en Siria— no estarán en la lista.          
Foreign Policy ha reunido una panorámica de la violencia que se ha convertido en algo habitual en estas ciudades. Hemos incluido también algunas fuera de América Latina que se situaron entre los 50 primeros puestos para examinar cómo los factores que causan la violencia difieren en algunos casos —y, en otros, siguen siendo tristemente los mismos—.

No. 1: San Pedro Sula, Honduras
Cuando Colombia endureció su lucha contra su, tristemente, célebre narcotráfico a finales de los 80, éste se trasladó al norte, a México. Pero desde que el presidente Felipe Calderón declaró la guerra a los carteles de la droga en 2006, la siguiente parada para los traficantes ha sido Honduras. Casi un 80% de la cocaína que llega desde Sudamérica abriéndose paso hasta Norteamérica para ahora en  Honduras, trayendo consigo una avalancha de violencia relacionada con las drogas y las bandas. El índice de homicidios de Honduras es actualmente el más alto del mundo, y como quedó reflejado en el número de noviembre de 2012 de Foreign Policy, la tasa de homicidios de San Pedro Sula es la más alta del país, situándose en 159 asesinatos por 100.000 habitantes en 2011. En comparación, la tasa de asesinatos de Detroit es un exiguo 48 por 100.000 residentes. Situada en el noroeste de Honduras, San Pedro Sula es el principal centro industrial, y la segunda ciudad en tamaño tras la capital. Pero, últimamente, el papel económico de esta localidad se ha visto eclipsado por la violencia. Los ejemplos de espantosas masacres abundan, incluyendo una en un parque el año pasado que se cobró las vidas de cuatro personas, entre las que se encontraba una maestra de primaria de 22 años.

No. 2: Ciudad Juárez, México



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El cadáver de un hombre asesinado en una calle de Juárez en 2009.

Esta localidad fronteriza —punto de partida de drogas ilegales destinadas a Estados Unidos— ha sido un eterno competidor en las  listas de las ciudades más peligrosas del mundo. Juárez se ganó su lúgubre reputación como resultado de una guerra territorial entre los carteles de Juárez y Sinaloa que mató a más de 6.000 personas entre 2008 y 2010, corrompió a miembros de las fuerzas de policía y del Gobierno y convirtió el lugar en una ciudad fantasma. Este año se han producido signos de que la violencia está amainando: mientras que durante el apogeo de la guerra del narcotráfico un sólo mes podía producir un balance de más de 300 de víctimas, los primeros siete meses de este año fueron testigos de, únicamente, 580 homicidios, según el Washington Post. Los observadores atribuyen el declive en el derramamiento de sangre no a la efectiva labor policial, sino al triunfo del cartel de Sinaloa en la batalla por el control de la ciudad. Aun así, con una tasa de 148 homicidios por 100.000 residentes, Juárez es todavía lo suficientemente violenta para asegurarse el segundo puesto en la lista de las capitales del asesinato.

No. 3: Maceió, Brasil
Las autoridades brasileñas han intentado convertir esta ciudad portuaria y antigua central azucarera en un destino turístico apoyándose en sus costas largas y arenosas. Sus esfuerzos, sin embargo, se han visto obstaculizados por una tasa de homicidios de 135 asesinatos por 100.000 habitantes. Los responsables de Maceió —la capital del estado brasileño de Alagoas, en el norte del país— culpan de la creciente violencia (las tasas de homicidios se han disparado, incrementándose en un 180% durante los últimos 10 años) a la creciente presencia del crack en las favelasque rodean a la ciudad. Quizá en un intento de seguir atrayendo el dinero de los turistas, las autoridades también alegan que la mayoría de las víctimas son consumidores de droga que son asesinados por no pagar sus deudas.

No. 4: Acapulco, México
Acapulco —célebre en el pasado por sus playas, altísimos hoteles y una escena nocturna que atraía a personajes como Frank Sinatra y Elizabeth Taylor— no ha escapado a la violencia relacionada con el narcotráfico que ha asolado el resto de México, y es ahora la segunda ciudad más violenta del país, con 128 asesinatos por 100.000 habitantes. La lucha por el control del estado sureño de Guerrero ha resultado en tiroteos en lo que una vez fueran las principales avenidas de la zona turística de Acapulco, y se han llegado a encontrar cabezas cortadas en puntos destacados de la ciudad. No es de extrañar que el turismo extranjero se haya resentido; el responsable de la asociación de agencias de viajes de Guerrero calculaba en noviembre de 2010 que el turismo estadounidense y canadiense había caído de un 40 a un 50% en el curso de un año. “Tenemos que defender Acapulco para defender México”, dijo Miguel Ángel Hernández, jefe de policía, en 2011. ”Acapulco es México. Es una marca que vende”
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Dos miembros de la mara Salvatrucha, o MS-13, frente a un grafiti.
No. 5: Distrito Central, Honduras
Distrito Central —formado por la capital hondureña, Tegucigalpa, y su ciudad gemela Comayaguela— se ha visto sumergido en la misma dinámica violenta —drogas, bandas y desigualdad— que San Pedro Sula en el norte. La muerte se ha convertido en algo tan común allí que el alcalde comenzó el año ofreciendo servicios funerarios gratis a los pobres tras cansarse de ver tantos cadáveres recogidos en bolsas de basura. Aunque las bandas, la corrupción y la pobreza han estado presentes en Honduras desde hace mucho tiempo, es el nuevo papel del país como una de las arterias principales en el ecosistema Norte-Sur del narcotráfico lo que ha hecho escalar la violencia a un nuevo nivel. Un golpe de Estado en 2009 dejó tras de sí un caos político que sólo ha servido para que los narcotraficantes ganaran más poder; ese mismo año, el principal responsable de la lucha contra el narcotráfico fue asesinado a tiros en su coche en Tegucigalpa. Distrito Central tiene ahora 100 asesinatos por cada 100.000 residentes.

No. 6: Caracas, Venezuela



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Un joven en una motocicleta blande su pistola durante enfrentamientos entre estudiantes universitarios a favor y en contra de Chávez antes de una marcha hacia el Tribunal Electoral Supremo de Venezuela en 2007.
Los llamados malandros —jóvenes pertenecientes a bandas que discuten por el control de sus territorios y por su derecho a trapichear con drogas— han convertido a la capital venezolana en una virtual zona de guerra. En 2011, Caracas fue testigo de 3.164 homicidios, una cifra asombrosa que casi alcanza a la cantidad total de víctimas de la coalición en Afganistán durante los diez años de conflicto en el país. Se ha acusado a los funcionarios venezolanos de amañar las estadísticas de los asesinatos, y es probable que el número real sea mucho más alto que la cifra oficial. Para empeorar las cosas, hasta el 90% de todos los sucedidos en el país no llegan a resolverse. No es de sorprender entonces que la violencia desenfrenada acabara siendo el tema fundamental en la campaña presidencial venezolana, en la que Henrique Capriles cargó contra el presidente Hugo Chávez por su incapacidad para detener el derramamiento de sangre. (Desde la elección de Chávez en 1998, la tasa de asesinatos se ha doblado). Los expertos dicen que el fácil acceso a las armas, la cultura de violencia entre los jóvenes y la falta de policías y fiscales se han combinado para crear una tormenta perfecta de ingobernabilidad y un índice de homicidios de 99 asesinatos por cada 100.000 residentes. 

No. 7: Torreón, México
La ciudad norteña de Torreón, víctima de la brutal guerra del narcotráfico en México, es ahora el escenario de constantes asesinatos relacionados con los carteles, mientras los señores de la droga del país batallan por el control de las lucrativas rutas hasta la frontera del norte de México. El año pasado, la ciudad presenció 88 homicidios por cada 100.000 residentes. En una sola tarde de domingo del mes de julio, 10 personas fueron asesinadas en la ciudad, cinco de las cuales fueron desmembradas y dos decapitadas. Y a medida que la guerra por el control de la droga se ha intensificado, se ha vuelto más difícil que los ciudadanos normales puedan escapar del conflicto.

No. 8: Chihuahua, México
Situada a unos 240 kilómetros de la frontera de México con el estado estadounidense de Texas, la ciudad mexicana de Chihuahua es un punto de tránsito clave para la cocaína que se dirige hacia Estados Unidos y, como consecuencia, un importante campo de batalla para los carteles interesados en controlar las rutas del transporte de drogas. La violencia en esta localidad se ha vuelto cada vez más enloquecida, alcanzando una media de 83 homicidios por 100.000 residentes. El 15 de abril, por ejemplo, unos 10 hombres con equipos de combate —completados con insignias de calaveras— asaltaron un bar y abrieron fuego, matando a 15 personas e hiriendo a otras dos. Entre los muertos había dos periodistas, Francisco Javier Moya, ex director de noticias de una emisora de radio en Ciudad Juárez, y Héctor Javier Salinas Aguirre, propietario de una página web de noticias. Casi 50 periodistas han sido asesinados en el país desde que el presidente Felipe Calderón llegó al poder en 2006, y los carteles cada vez más eligen como objetivo a reporteros que se atreven a informar de la guerra de la droga.

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Un tráiler con los cadáveres encontrados en las fosas comunes de Durango en 2011.
No. 9: Durango, México
En 2011, la escala extrema de la guerra de la droga en México encontró quizá su expresión más brutal en una serie de fosas comunes desenterradas por las autoridades en la ciudad norteña de Durango. Una se encontró en el patio trasero de una casa de lujo y otra en los terrenos de un taller mecánico. Tras el descubrimiento de estas fosas, que contenían 340 cuerpos en total, los residentes de esta localidad comenzaron a someterse a estudios de ADN para determinar si sus familiares desaparecidos estaban entre las víctimas. El descubrimiento de las fosas es un hecho, pero resulta extremadamente improbable que nadie sea llevado ante la justicia por estos crímenes. Cuando se le preguntó por la investigación, un portavoz del fiscal del Estado afirmó ante un periodista: “Cualquiera que pudiera haber visto algo nunca hablará por miedo”. Cuando se le insistió sobre quién era el propietario de la tierra donde fueron encontrados los cadáveres, preguntó al reportero: “¿Usted quiere que me despierte vivo mañana?”. En 2011, la tasa de homicidios en Durango alcanzó los 80 asesinatos por cada 100.000 residentes. 

No. 10: Belém, Brasil
Gracias a la cocaína  que fluye desde Bolivia, Colombia y Perú, Belém se ha convertido en un punto de tránsito natural para los traficantes sudamericanos. La droga entra a la ciudad a través de los espesos bosques de la norteña región amazónica por avión o en barco desde los muchos afluentes del Amazonas, tras lo cual es despachada a otras ciudades brasileñas o al otro lado del Atlántico, a Europa y el Norte de África. Eso convierte a Belém, donde la tasa de homicidios ha llegado a los 78 asesinatos por cada 100.000 residentes, en un territorio codiciado y, en consecuencia, la ciudad ha visto como se incrementaba la violencia. También sufre los inconvenientes de la floreciente prosperidad de Brasil. A medida que el país se ha ido haciendo más rico, sus habitantes han empezado a consumir más y más cocaína. El Financial Times ha llamado a este ascenso del consumo de cocaína —los brasileños ahora esnifan o fuman aproximadamente un 18% del suministro global— el “más preocupante efecto secundario del reciente boom del consumo en el país”.

No. 21: Nueva Orleans, Estados Unidos



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Miembros de una familia lloran sobre el cuerpo de un chico de 16 años asesinado, junto con otros tres, en un tiroteo en 2006.
Nueva Orleans ha dado pasos de gigante en su reconstrucción desde la devastación causada por el huracán Katrina en 2005, pero la tasa de homicidios —58 por cada 100.000 residentes— sigue obstinadamente siendo la más alta de Estados Unidos. Aunque sufre la misma pobreza y la misma facilidad de acceso a las armas que muchas de las capitales mundiales del crimen, Nueva Orleans no es conocida por la clase de bandas organizadas que han disparado las tasas de homicidios de muchas otras ciudades. Un informe del Gobierno federal de 2011 concluyó que los asesinatos en esta localidad, fundamentalmente, se originan en desavenencias personales que se escapan de las manos, o, como el superintendente de la policía Ronal Serpas lo llamó, “finales poco corrientes de peleas muy corrientes”. La desconcertada administración municipal ha intentado detener los asesinatos desplegando interruptores para enfriar las tensiones en las calles tras los tiroteos y prevenir así más violencia por venganza. Cuando se trata de asesinatos, sin embargo, Nueva Orleans sigue sin ser comparable a ninguna otra ciudad estadounidense.

No. 33: Kingston, Jamaica
Con el puesto número 33, Kingston tiene la tasa de homicidios más alta del Caribe. Las bandas se han atrincherado en el la capital durante décadas, en especial en vecindarios del interior de la ciudad como West Kingston y Grants Pen. Pero la violencia ha recibido renovada atención en años recientes como resultado de la actitud más agresiva del Gobierno hacia las bandas del país. La caza al famoso líder de una banda, Christopher Coke, atrajo la mirada internacional cuando produjo más de 70 muertes en el área de Tivoli Gardens, donde Coke había establecido su baluarte. El Ejecutivo afirma que el nuevo enfoque está funcionando y que su mano firme durante el año pasado hizo descender las tasas de homicidios en un 60% en algunas zonas de Kingston. Otros dicen que la iniciativa sólo ha producido más asesinatos extrajudiciales. Mientras, el Departamento de Estado de EE UU continúa advirtiendo a los viajeros que se dirigen allí y otras ciudades de Jamaica que “mientras que la amplia mayoría de los crímenes ocurren en áreas empobrecidas, actos de violencia ocasionales, como disparos por arma de fuego, pueden ocurrir en cualquier parte”. Kingston tiene una tasa de homicidios de 47 por 100.000 residentes.

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Uunos gánsteres posan en los suburbios de la zona de Mitchell’s Plain en Ciudad del Cabo en 2004.
No. 34: Ciudad del Cabo, Sudáfrica
Los residentes de Ciudad del Cabo se quedaron estupefactos este año cuando su ciudad —y no la más dura Johannesburgo— fue declarada la capital del homicidio de África, con 46 homicidios por 100.000 residentes comparados con los 31 de la capital. Mientras que Ciudad del Cabo sigue siendo un importante destino turístico, con sus magnificas vistas del océano y encantadora arquitectura colonial, la ciudad vive también atormentada por una brutal desigualdad. Los restaurantes de moda sirven comida gourmet y los asistentes a festivales se van de fiesta en la misma ciudad en la que, según The Guardian, más de una de cada cuatro personas vive en un asentamiento improvisado y más de una de cada cinco está en paro. En los últimos años, ha presenciado una explosión del consumo de metanfetaminas, y el aumento del tráfico de drogas ha producido también un ascenso en la actividad de las bandas en los barrios marginales más pobres. Confrontado con estas realidades, el líder nacional del partido de la oposición, Alianza Democrática, ha hecho un llamamiento para que el Ejército sudafricano intervenga y restaure el orden en Ciudad del Cabo y la provincia de  Western Cape, afirmando que la labor policial ha sido inadecuada. Hasta el momento, el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, se ha negado.

No. 44: Mosul, Irak
Mosul —la ciudad con la más alta tasa de homicidios en Oriente Medio— es el escenario de inestables tensiones sectarias entre kurdos y suníes que luchan por el control de la ciudad. Mosul, uno de los últimos bastiones urbanos de Al Qaeda, es el lugar clave de una región que posee enormes reservas de petróleo. Ha sido protagonista de continuos atentados terroristas y sigue siendo una de las más inestables de Irak tras la retirada estadounidense en 2011. Los militantes han continuado llevando a cabo ataques contra el Gobierno, liderado por chiíes, y el Ejército iraquí mantiene una tensa relación con los residentes de esta localidad, que se quejan del maltrato que sufren por su parte. La tensa relación provoca que las fuerzas de seguridad a veces sufran para controlar a los inquietos rebeldes de la ciudad, que en abril mataron a cinco soldados iraquíes junto a otras tres personas en un atentado suicida. En el mismo año, la tasa de homicidios alcanzó los 35 asesinatos por cada 100.000 residentes.

MÉXICO ESTRENA PRESIDENTE

Las reformas, las tensiones y los retos que esperan a Enrique Peña Nieto.
Ya está todo preparado. Y la polémica, servida. Entre impresionantes medidas de seguridad, el próximo 1 de diciembre será investido presidente de México Enrique Peña Nieto, del Partido de la Revolución Institucional (PRI), que gobernará el país hasta el 30 de noviembre de 2018.
Peña Nieto recibirá la banda presidencial del actual presidente, el panista Felipe Calderón Hinojosa, a las 9 de la mañana, en el Palacio Legislativo de San Lázaro, el Congreso de la Unión. Después se trasladará a Palacio Nacional donde pronunciará su primer discurso como presidente de la República y ofrecerá un exquisito almuerzo, a un grupo no menos selecto de personalidades.






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También los detractores del presidente tienen la agenda repleta: Andrés Manuel López Obrador ya ha anunciado que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), su único altavoz político desde que abandonara en agosto pasado el Partido de la Revolución Democrática (PRD), segundo en las elecciones presidenciales, realizará protestas en las plazas públicas de las 32 entidades del país. Por su parte, el movimiento estudiantil #Yo soy 132, surgido durante una visita del entonces candidato Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana de México, también se movilizará el próximo sábado.
Ni los unos ni los otros, por cierto, podrán acercarse a San Lázaro, cercado con muros metálicos y resguardado por elementos militares del Estado Mayor Presidencial, precisamente desde que los opositores anunciaran sus protestas, en un imponente dispositivo de seguridad que algunos analistas consideran poco propio de un régimen democrático… Al PRI le va a costar ahuyentar al fantasma del autoritarismo que ejerció durante las siete décadas en las que gobernó el país. De momento, más de 5.000 policías velarán por la seguridad el próximo sábado. No se prevén, en cualquier caso, mayores incidentes.
Candidato de la coalición Compromiso por México (alianza del Partido Revolucionario Institucional y los ecologistas del PVEM), Enrique Peña Nieto ganó con un 38,2% de los votos los comicios presidenciales del pasado 1 de julio, dejando en segundo lugar a Andrés Manuel López Obrador, con un 31,6% de los sufragios y en tercer y cuarto lugar, respectivamente, al oficialista Partido Acción Nacional (PAN) que obtuvo el 25,4% y Nueva Alianza, con un magro 2,3%.
Primera minoría tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, el PRI, su formación política, se verá en la necesidad de negociar la aprobación de cada una de las reformas que quiere llevar a cabo (laboral, fiscal y energética). En la Cámara de diputados la coalición PRI-PVEM cuenta con 241 escaños (208 y 33, respectivamente), el PAN con 10 y el PRD con 100. Los analistas coinciden: las reformas que no se realicen durante el primer año de gobierno quedarán pendientes para el próximo sexenio.

El día después: reformas y desafíos
Entre las medidas que ya han sido anunciadas, se encuentra la desaparición de la secretaria de Seguridad Pública, que será absorbida por el ministerio de Gobernación (ministerio de Interior) y la supresión de la secretaria de la Función Pública, en este caso absorbida por el ministerio de Hacienda. De este modo, el número de secretarías (ministerios) pasaría de los 18 actuales a 16, dos de los cuales dotados de un enorme poder, al estilo, sí, de los súper ministerios característicos de las más que controvertidas administraciones del PRI.
Suspicacias a parte, en lo que puede interpretarse como un voto por la transparencia, en noviembre senadores priístas llevaron al Congreso una propuesta para dotarle de la capacidad de sancionar a funcionaros corruptos y solicitar a las autoridades su investigación, además de apartar de su cargo tanto a funcionarios locales como federales.
Peña Nieto se ha librado de una buena piedra en el camino. Tras dos meses y medio de tira y afloja, el 13 de noviembre el Congreso mexicano aprobó una postergada –y más que polémica– reforma laboral, que según sus promotores creará 400.000 empleos al año, y según sus detractores, lesiona los derechos de los trabajadores, al establecer modalidades de contratación flexibles, de acuerdo a las demandas de los empresarios.
En septiembre la Cámara de Diputados sometía al Senado la reforma laboral propuesta el 1 de septiembre por el aún presidente de México, Felipe Calderón (PAN), no sin modificaciones. Enrique Peña Nieto había declarado que impulsaría la medida, y eso a pesar de que en la legislatura pasada diputados de su propia formación, el PRI, rechazaron una propuesta de reforma laboral planteada por el PAN. La iniciativa de Calderón, autodenominado “presidente del empleo”, tenía carácter de “iniciativa preferente”– una prerrogativa presidencial que obliga al Congreso a aprobar o rechazar el texto en un plazo no superior a 30 días naturales– de ahí su rápida tramitación. En México los trabajadores realizan aportes obligatorios a sus sindicatos, que no tienen la obligación de informarles del destino de sus contribuciones, algo que el proyecto de reforma laboral pretendía revertir. Por las manos de los sindicatos más poderosos, como el de maestros o el de trabajadores petroleros, pasan cada año verdaderas fortunas, sin que sus dirigentes tengan que informar del destino de los fondos. Por supuesto, la reforma laboral ha sido aprobada sin que los sindicatos hayan visto “su independencia violada”: léase, sin que sus prerrogativas se hayan modificado.
Pero Peña Nieto no podrá librarse de encarar la reforma fiscal que, dicen los expertos, es prioritaria. De momento, el presidente electo ha declarado que apostará por la aplicación de impuestos progresivos y buscará ampliar la base de contribuyentes del país, pero sin dar grandes detalles. Algunas de sus declaraciones apuntan a que entre los objetivos clave del mandatario se encuentra la universalización de derechos sociales, como la salud. Sin embargo, nadie tiene claros los mecanismos que pretende utilizar. Los expertos consideran urgente aumentar la recaudación fiscal y controlar la gestión del gasto en México, pero resulta complicado hacerlo si entre las medidas recomendadas se encuentran subir el IVA o extenderlo a alimentos y medicinas, productos hasta ahora exentos del impuesto indirecto. El presidente tendrá que evaluar el impacto que puede tener la aplicación de ese impuesto entre la opinión pública.
En cuanto a la reforma energética, Luis Videgaray, jefe del equipo de transición de Peña Nieto, declaró en octubre que la reforma energética, que permitiría la inversión privada en Pemex, está “al alcance de la mano” y será realizada en 2013.
Pero el sindicato petrolero ya ha advertido a Peña Nieto de que la injerencia de un actor externo en Pemex (la parestatal, Petróleos de México) “vulneraría la soberanía del Estado”. Y eso que el Congreso aún no ha recibido ni un borrador de la nueva ley. El presidente electo, apunta a la necesidad de una mayor apertura a la inversión privada en extracción, exploración y refinación de la compañía. Un sacrilegio para los acólitos de Pemex y de su poderoso sindicato. Dicen las malas lenguas que esta es la reforma que menos posibilidades tiene de salir adelante.

La hora de la verdad
No son los únicos retos que deberá afrontar Enrique Peña Nieto a partir del próximo sábado. Con una población superior a los 115 millones de habitantes, un índice Gini cercano al 0,5, un nivel de empleo informal cercano al 30% y la pobreza en aumento, México tiene grandes retos por delante. Por no hablar de la inseguridad: el presidente tendrá que decidir pronto si mantiene la política de asociación con Estados Unidos y de enfrentamientos militares con el narco, que tan pocos resultados le ha dado a Felipe Calderón, o si diseña una estrategia que le facilite la gobernabilidad, mientras combate la ilegalidad. Según un estudio realizado por el Semanario Zeta, durante el sexenio de Felipe Calderón unas 71.000 personas habrían muerto con violencia debido a la inseguridad provocada por los cárteles de la droga.
Pero no es todo. Una vez que asuma su cargo, Enrique Peña Nieto deberá demostrar que, como quiso dejar claro durante su campaña, el PRI de 2012 nada tiene que ver con la formación autoritaria que gobernó México durante 71 años, entre 1929 y 2000. Algunos medios de comunicación, como la revista Proceso, de izquierdas, ya han denunciado la presencia de históricos dinosaurios del PRI en el equipo de transición de Peña Nieto.
El próximo presidente tendrá también que lidiar con una izquierda que no le reconoce como presidente legítimo, porque le considera “surgido de violaciones graves a las leyes”, según palabras de Andrés Manuel López Obrador y con la oposición de una parte de la sociedad civil.

Por qué Argentina pierde sus reservas

Veronica Smink

BBC Mundo, Argentina
Dólares (Reuters)Los vecinos de Argentina multiplicaron sus reservas pero aquí se estancaron desde 2007.
Entre 2001 y 2007, Argentina logró duplicar sus reservas en dólares, un mérito que se atribuyó al gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007).
Con un crecimiento económico anual que promedió cerca del 9%, fomentado por los altísimos precios de las commodities, la nación sudamericana logró sobreponerse a la peor crisis en su historia y aumentó de unos US$18.000 millones a US$46.000 millones sus depósitos en el Banco Central.
Pero esta tendencia se frenó a partir de 2007. Durante los cinco años en el poder de Cristina Fernández de Kirchner, las reservas en dólares se estancaron, e incluso sufrieron una leve caída.
Según la mandataria –que en octubre de 2011 fue reelegida por un segundo periodo por el 54% del electorado- el freno a la economía es consecuencia de un panorama internacional más adverso.
“Hoy nos encontramos con un mundo dado vuelta. (…) Nos preocupa y nos ocupa porque sabemos que en un mundo tan interconectado no hay posibilidad de no recibir los coletazos de semejantes desastres”, advirtió durante un discurso en julio pasado.
Sin embargo, las estadísticas regionales no dan cuenta de un impacto generalizado. Mientras que Argentina sufrió una caída de sus reservas durante el último lustro, sus vecinos del Cono Sur multiplicaron sus depósitos.
Brasil duplicó sus reservas de US$180.000 millones a US$375.000 millones. En tanto, Chile y Uruguay las triplicaron: el primero pasó de US$16.900 millones a US$41.000 millones y la segunda de US$4100 millones a US$12.000 millones.
Si bien las reservas son sólo uno de los parámetros económicos que miden la solidez de una economía, muchos expertos ven en esta disparidad un síntoma de que los problemas de Argentina tienen raíces locales y no se explican solamente por la coyuntura internacional.

¿Por qué bajan las reservas?

Según el economista Osvaldo Cado, la gran diferencia entre Argentina y sus vecinos es que si bien todos padecieron una retracción de su superávit comercial como consecuencia de la crisis mundial, la mayoría de los países de la región atrajeron una fuerte inversión extranjera durante los últimos años.
“En todo el resto de América Latina, salvo Argentina, Venezuela y Ecuador, hubo una enorme entrada de dólares que fueron a invertir en empresas o en la bolsa, en acciones o bonos”, le dijo a BBC Mundo.
Mientras que muchos países captaban dólares del exterior, en Argentina ocurría el proceso inverso.
Banco Central de la República ArgentinaEl BCRA tiene cada vez menos dólares y más bonos.
A finales de 2011, el gobierno impuso severas restricciones a la compra de divisas para frenar una fuga de capitales que alcanzó los US$20.000 millones.
La presidenta Fernández explicó que el Estado necesita ese dinero para pagar los compromisos de deuda en dólares adquiridos por gobiernos anteriores.
En efecto, el kirchnerismo heredó una millonaria deuda que en diciembre de 2001 llevó al país a declarar el mayor cese de pagos en la historia moderna mundial.
Tanto el expresidente Kirchner como su esposa y sucesora cumplieron con los vencimientos de pagos correspondientes. Pero, a diferencia de los otros países latinoamericanos, lo hicieron usando parte de las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Según Nicolás Bridger, director de la asesora financiera Prefinex, la denominada “política de desendeudamiento” del gobierno explica en gran medida por qué las reservas de Argentina han bajado.
“La mayoría de los países toman nueva deuda para hacer frente a sus compromisos, pero Argentina no puede hacerlo porque tendría que pagar intereses demasiado altos”, explicó a BBC Mundo.

Riesgo país

Según Bridger, si el país quisiera obtener financiamiento internacional tendría que pagar tasas cercanas al 15%, el triple de lo que acaban de negociar Uruguay y Bolivia y seis veces lo que paga Chile.
La desconfianza del mercado en Argentina se ve reflejada en su tasa de riesgo país, la medida que estipula cuán segura es una inversión allí. Argentina tiene el riesgo país más alto de América del Sur, cercano a los 1100 puntos (contra los 100 puntos de Chile y Perú, los países considerados más seguros).

RIESGO PAÍS

  • ARGENTINA: 1103
  • VENEZUELA: 918
  • BRASIL: 150
  • URUGUAY: 128
Para los detractores del gobierno, esta desconfianza es producto de la falta de previsibilidad y reglas de juego claras de las autoridades. Como ejemplo citan la reciente expropiación de la principal petrolera del país, YPF, que estaba en manos de la española Repsol.
Según los críticos, las restricciones al mercado cambiario y la salida de capitales aplicada desde finales de 2011 lejos de atraer más dólares están espantando a los inversores.
No obstante, los números muestran que las medidas tuvieron éxito para frenar la fuga de divisas, que en la actualidad bajó de US$20.000 millones a US$7.000 millones, según Cado.

Más billetes

En cuanto a las reservas del BCRA, Bridger consideró que lo preocupante no es tanto el nivel de depósitos en dólares, sino el porcentaje de activos que está en bonos emitidos por otras entidades estatales.
“En 2007 el BCRA tenía US$18.000 millones en bonos y hoy tiene US$56.000 millones”, detalló.
En esencia, ese es dinero que el Estado se debe a sí mismo. Bridger atribuye el aumento al creciente gasto público que empezó a ser deficitario en 2009, y que llevó al Tesoro a depender de las reservas del BCRA.
Por otra parte, entre 2007 y 2012 se duplicó la emisión de dinero en circulación, otro factor que el experto encuentra preocupante.
En los próximos dos años Argentina deberá hacer frente a más de US$31.000 millones en vencimientos de deuda, una situación que complica el panorama económico del país.
A menos que logre ampliar drásticamente su superávit comercial, Argentina seguirá dependiendo de sus reservas.

Cómo se vive en Venezuela la ausencia de Chávez

Abraham Zamorano

BBC Mundo, Caracas
Hugo Chávez
Hace casi tres semanas que los venezolanos no ven a su presidente, Hugo Chávez. Su última aparición, en televisión, fue una reunión con varios ministros el 15 de noviembre.
Chávez partió a Cuba el miércoles de la semana pasada para un “tratamiento especial” de oxigenación hiperbárica, según la versión del gobierno, que nunca ha ofrecido demasiados detalles acerca del estado de salud del mandatario, diagnosticado de un cáncer del que se declaró curado.
No es la primera vez que viaja a La Habana por cuestión de salud. Pero esta vez llamó la atención la discreción con la que el asunto fue llevado. A diferencia de otras ocasiones, no hubo discurso de despedida, ni hay imágenes del embarque ni de la llegada a Cuba.
Eso, junto al tiempo que ya lleva sin aparecer, alimenta los rumores sobre el estado de salud del presidente. Los medios de comunicación se han llenado de titulares respecto al asunto. Ahora bien, muchos titulares y especulación, pero información contrastada con fuentes oficiales, poca.
La clave, como apuntó el analista Luis Vicente León en su columna dominical del diario El Universal, está en saber “si el deterioro actual del presidente se debe a las secuelas de su convalecencia (que podrían mejorar a futuro) o si son parte de una enfermedad activa (que podría empeorar aún más)”.
Es decir, si Chávez se trata en Cuba de algunas secuelas de la radioterapia, como afirman en el oficialismo, o padece una recurrencia de la enfermedad, como aseguran otros.
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“Transparencia”

Desde la oposición se ha insistido en la exigencia de mayor transparencia respecto a los detalles de la salud del presidente, en tanto consideran que su condición de jefe de Estado lo obliga a informar a los venezolanos de los detalles de su salud.
“El tema de salud no puede ser algo llevado a medias tintas, porque cuando uno tiene una responsabilidad, cualquier situación desde el punto de vista personal tiene que conocerla el pueblo”, dijo Henrique Capriles, candidato de la oposición derrotado por Chávez en las elecciones de octubre.

Video: qué opinan los venezolanos

El politólogo John Magdaleno coincide en hablar de la falta de transparencia y afirma: “El estado de salud del presidente es la principal fuente de incertidumbre de Venezuela”.
“El gobierno ha intentado dar la información mínima necesaria porque si se sabe la localización exacta del tumor de origen y la fase de avance, eso conduce a que los oncólogos formulen hipótesis acerca de su expectativa de vida”, le dijo el analista a BBC Mundo.
Por su parte, el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, negó que exista tal falta de transparencia. Además, Villegas protagonizó un sonoro malentendido cuando afirmó que el presidente estaría el próximo 10 de enero para la toma de posesión de su nuevo mandato.
Algunos medios interpretaron que sería hasta entonces que el mandatario permanecería en Cuba, algo que el ministro aclaró que no era lo que había dicho.
Sobre la salud de Chávez también se pronunció el vicepresidente, Nicolás Maduro, el miembro del gobierno que más cerca estuvo del presidente durante su convalecencia. El número dos del gobierno ha exigido respeto para el jefe del Estado venezolano.
“Está cumpliendo disciplinada y estrictamente el plan para venir a gobernar estos seis años con más fuerza, con más madurez, con más sabiduría”, dijo el vicepresidente durante un acto electoral de cara a los comicios estatales del próximo día 16.

Elecciones

La salida de Chávez se produce en plena campaña electoral para las gobernaciones, comicios que se celebrarán el próximo 16 de diciembre. Y como era de esperar, el asunto copa buena parte del debate público.
“La experiencia indica que cuando el presidente está fuera en tratamiento está más presente que nunca en el debate interno”, escribió en Twitter Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis.
“Cada vez que se toma el tema de la salud del presidente Chávez, se convierte en el asunto de más relevancia durante un período de tiempo”
John Magdaleno, politólogo
El politólogo Magdaleno también considera que “cada vez que se toma el tema de la salud del presidente Chávez, se convierte en el asunto de más relevancia durante un período de tiempo”.
“Es prácticamente inevitable que sea un tema de debate público durante días, a veces durante semanas. Es inevitable porque no es un asunto irrelevante que el primer mandatario tenga cáncer”, le dijo Magdaleno a BBC Mundo.
Para el analista, el oficialismo además pierde lo que llama el “efecto portaaviones”: “La tradicional plataforma que le brinda a los suyos la presencia del presidente en cada campaña. Se ha venido discutiendo su impacto y diciendo que tiene al parecer rendimientos decrecientes”.
“Ahora simplemente no habría tal efecto y no es menor en la medida en que buena parte de las campañas se han intentado plebiscitar respecto a la imagen del presidente”, afirmó.

El escándalo que salpica a Lula tiene nombre de mujer

Gerardo Lissardy

BBC Mundo, Brasil
Luiz Inácio Lula da SilvaEl escándalo de Noronha abre un flanco de polémica para el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Rosemary Noronha era una perfecta desconocida para la mayoría de los brasileños hasta hace unos días. Pero eso cambió de golpe, cuando su nombre se ubicó en el corazón del más reciente escándalo de corrupción en este país.
Ahora esta mujer de 57 años y largo cabello castaño, también llamada por el apodo de “Rose”, es figura de portada de diarios y revistas tras ser acusada de tráfico de influencia y apartada a fines de noviembre del cargo de jefa de gabinete de la oficina de la presidencia brasileña en Sao Paulo.
El caso, que también costó el cargo a otros funcionarios, ha abierto un nuevo flanco de polémica para el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y para el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Noronha fue nombrada en la oficina de Sao Paulo por Lula, con quien tenía una estrecha relación según medios locales, y de acuerdo con una investigación policial, desde esa posición usó su influencia para ayudar a una organización ilegal, pero ella niega haber actuado indebidamente.
El caso “revela una completa falta de límites entre la esfera pública y la esfera privada”, dijo Carlos Pereira, experto en ciencias políticas y profesor de la escuela de administración pública en la Fundación Getulio Vargas, a BBC Mundo.

“Porto Seguro”

La investigación que colocó a Noronha en la palestra fue realizada por la policía federal brasileña para descubrir una presunta red de funcionarios que vendían favores a privados, como la falsificación de documentos oficiales.
Dentro de la operación denominada “Porto Seguro” la policía realizó escuchas telefónicas y accedió a correos electrónicos, incautó material en oficinas gubernamentales, detuvo temporalmente a fines de noviembre a jerarcas de dos agencias reguladoras y denunció a Noronha y otros.
“(El caso) revela una completa falta de límites entre la esfera pública y la esfera privada”
Carlos Pereira, analista político.
Noronha enfrenta acusaciones de corrupción y tráfico de influencia para ayudar a la presunta red ilegal a realizar contactos con funcionarios de gobierno a cambio de favores como dinero, un viaje en crucero y cirugía plástica.
El ministro brasileño de Justicia, José Eduardo Cardozo, dijo este martes en el Congreso que, según la policía federal, el núcleo de la red lo formaban cinco individuos y “se valían de algunos agentes en varios órganos que eran entonces sobornados”, incluidos Noronha y funcionarios del ministerio de Educación o la Abogacía General de la Unión.
Como “jefe” del grupo ha sido señalado Paulo Vieira, quien de acuerdo a las investigaciones obtuvo un cargo de director en la Agencia Nacional de Aguas (ANA) con la intermediación de Noronha y se enriqueció en unos años.
Pero la atención de los medios se ha centrado en Noronha y la influencia que llegó a ejercer en las entrañas del poder brasileño, mientras aún se conocen detalles del caso denominado “Rosegate”.
“El proceso está (en una etapa) muy inicial”, dijo Pereira. “La investigación no terminó totalmente”.

Cercanía

La información que ha trascendido hasta ahora en la prensa brasileña señala que “Rose”, una exsindicalista bancaria, pasó a integrar el entorno de Lula luego de conocerlo personalmente en 1993.
Fue secretaria de José Dirceu, un exministro de confianza de Lula condenado el mes pasado a casi 11 años de cárcel por su responsabilidad en un esquema de sobornos a legisladores aliados en el primer gobierno del líder del PT.
Un gran juicio por ese caso llamado “mensalao” acabó la semana pasada con 24 condenados además de Dirceu, un revés judicial para el partido de gobierno justo antes de que surgiera este nuevo escándalo.
Noronha fue designada por Lula para trabajar en su gobierno en 2003, primero como asesora de la oficina de la presidencia en Sao Paulo y luego como jefa de gabinete de la misma. Siguió en el puesto bajo la gestión de la actual mandataria Dilma Rousseff hasta que ésta la apartó del cargo al conocer la investigación policial.
Tras su nombramiento en el gobierno de Lula, Noronha realizó 24 viajes al exterior como integrante de la comitiva presidencial con derecho a pasaporte diplomático.
El diario Folha de S. Paulo informó el fin de semana que la influencia lograda por Noronha se explica por una “larga relación de intimidad” que mantuvo con Lula. La revista Epoca señaló en su portada que ella solía presentarse como “novia” del expresidente y el diario O Globo indicó que desde su cargo llegaba a regañar a ministros de gobierno.

“Ninguna complicación”

Las revelaciones indican que además de ayudar a obtener puestos en órganos de contralor para Vieira y un hermano de éste también señalado como miembro de la red investigada, Noronha consiguió empleos públicos para su marido e hija.
En un comunicado divulgado el jueves, la exfuncionaria afirmó que nunca hizo “nada ilegal, inmoral o irregular que haya favorecido al exministro José Dirceu o al expresidente Lula”.
Ante preguntas de diputados, el ministro Cardozo negó este martes que los investigadores hayan grabado diálogos entre Noronha y Lula. Un jefe de la policía federal explicó que no había “justa causa” para interceptar el teléfono de la exfuncionaria presidencial.
El ministro de la secretaría general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, descartó el viernes que este caso comprometa a Lula, un amigo suyo. “No hay ninguna complicación para el (ex)presidente”, dijo.
Hasta ahora el popular Lula ha guardado silencio sobre el asunto y un portavoz de su instituto consultado por BBC Mundo declinó formular declaraciones. “No tengo comentarios”, dijo José Chrispiniano.

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