El argumento de la cinta es simple: la fe puede expulsar al demonio del cuerpo de una poseída, la cual por medio del rito religioso logra liberarse de todos sus males.
Hoy en México algunos medios de información pretenden ver una especie de exorcismo en la reforma educativa y a Peña Nieto como el exorcista.
A diferencia del caso de Linda Blair, en esta posesión, el diablo tiene nombre, apellido y fama: Elba Esther Gordillo.
O al menos eso creen algunos.
Por eso, hay quienes apuestan al éxito del exorcismo por medio del cual el poder maligno de La profesora abandonaría el cuerpo poseído del sindicato magisterial… a modo de volver libre y pura a la educación.
-¿El exorcismo del SNTE es el único camino para que los mexicanos aprenderemos, por lo menos, a leer un libro por año… y los maestros se tornen doctos y sabios… y los alumnos lleguen con el estómago lleno a las clases… y las escuelas no se caigan a pedazos… y haya agua en los baños… y bibliotecas con libros…?
Por supuesto “brinca” otra pregunta.
¿Además de la diablura crónica —en manos vitalicias, hereditarias y corporativas—, la educación padece otras posesiones satánicas?
Si la liberación de la enseñanza se realiza con éxito y La maestra es en verdad un engendro satánico, maligno, malévolo y perverso —como dicen algunos—, no lo serían menos algunos otros líderes sindicales.
En esa lógica tan mexicana, por ejemplo, la quebrada condición financiera de Pemex no se debe a la ordeña sistemática del fisco, sino a la maldad del sindicato. Entonces, exorcicemos también al líder de ese gremio. Para eso, el petróleo es nuestro y no de Belcebú, quien nos escrituró los veneros, pero no se quedó con ellos, según declamó don Ramón López Velarde.
Pero como todo el mundo sabe que un exorcismo tiene varios problemas, primero, es una forma fantástica de intentar la cura de una neurosis. Otras veces, sólo funciona como lo hacen los placebos.
El segundo lío con el exorcismo es confundir al demonio con la simple locura. Se practica el rito y se dice la fórmula de sanación y el demonio no abandona el cuerpo poseído.
Entonces uno llega a la única conclusión posible: ¿Y si el diablo no existe?
Claro, en este caso, sí existe.
MONJE LOCO: La muerte de Jenni Rivera despierta sospechas. Expertos hablan de “algo raro”. No se explican por qué el LearJet 25 cayó materialmente en picada… tampoco, por qué de repente se perdió la comunicación con la torre de control sin registrarse algún llamado de auxilio. La caja negra no aparece, pero sí los rumores de dudosos vínculos del dueño del avión —Christian Esquino Núñez— con el narco, según el reconocido blog perezhilton.com —con casi seis millones de seguidores— ¿Tendremos que esperar todo un año para conocer la verdadera causa de la tragedia?
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