REFLEXIONES LIBERTARIAS
PRESIDENTE PEÑA; NO MÁS TIBIEZA
Ricardo Valenzuela
A pesar del impacto de la Revolución Francesa hace
doscientos años--los países que hoy día se consideran prósperos y
desarrollados, durante los siguientes 150 consolidaron sus economías y sus
estructuras políticas con base al liberalismo puro. Inglaterra con las ideas de
Locke, Smith etc, se identificó como la gran potencia del Siglo XIX solamente
para ceder su lugar a los EU en el Siglo XX que, desde su nacimiento como
nación, inspirados por Tomas Jefferson sentaron las bases para construir el
país más rico y poderoso del mundo.
Laissez Faire se identificó como la formula más
efectiva para el desarrollo económico de los pueblos. Los EU durante el Siglo
XIX siguió su doctrina como una rigurosa receta. Sin embargo, ante la alborada
del Siglo XX, los líderes americanos empezaron a olvidar las enseñanzas de
Jefferson cuando afirmaba: “el mejor gobierno es el que gobierna menos,” e
iniciaron el periodo activista de la política que coincidía ahora con la
avenida del famoso economista inglés J. M. Keynes, la gran inspiración de la
nueva horneada de políticos interventores del nuevo Siglo.
En 1913 en los EU sucedió algo que tendría resonancia
mundial durante los siguientes casi 100 años; el nacimiento del Fondo de la
Reserva Federal---el banco central de los EU.
El FED nació como un cartel de los principales
banqueros de esa época para eliminar la competencia y manipular las monedas del
mundo. Esa manipulación fue la causa principal de la Gran Depresión de 1929 que
hundió al mundo en la pobreza y la desesperación. Pero lo más grave, nos heredó
a un F.D. Roosevelt y su New Deal que abría la puerta franca al
intervencionismo gubernamental, que sería la estrategia para manejar el mundo
durante los siguientes 40 años. En ese momento se cerraba la puerta al verdadero
liberalismo y a los mercados para abrir paso a la economía mixta. Al Estado
intruso y expropiador que llegó a arrebatar de las manos de sus
ciudadanos---vía impuestos---hasta el 90% de sus ingresos.
El Estado interventor se consolidó con el final de la segunda
guerra mundial y la creación de parte de Keynes de los tres brazos opresores
del intervencionismo en las famosas reuniones de Bretton Woods; el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial, y el nuevo sistema monetario que ya
renegaba del patrón oro, el ancla del liberalismo puro. La economía mixta, el
estado benefactor, expropiador, y repartidor, fueron los comunes denominadores
de los países del mundo durante los siguientes casi 40 años. Una voz solitaria
durante todo ese tiempo y desde antes---la de un introvertido economista y
filosofo---prevenía al mundo contra lo que él llamó: “La ruta de la
servidumbre.” ¿Su nombre?; Frederick Hayek---sus palabras serian
proféticas.
Para finales de los años 70s el fracaso del
intervencionismo era evidente. El Estado había crecido exorbitantemente, los
impuestos eran asfixiantes, los sindicatos demasiado poderosos, la inflación
combinada con recesión era un mal mundial, el sistema monetario se había
convertido en el casino más grande del mundo. En esos momentos aparece en
Inglaterra una dama llamada Margaret Thatcher que revolucionaria el mundo. Al
año siguiente Ronald Reagan es electo presidente de los EU, y junto con la
Thatcher en los siguientes diez años darían marcha atrás a todos los candados
establecidos por los gobiernos socialistas de los 50s a los 70s.
Se provoca entonces un movimiento mundial en contra
del socialismo y a favor de los mercados. En América Latina a nuestro estilo,
empezamos la renovación pero para distinguirnos del mundo, se le llama
neoliberalismo. Sin embargo, a pesar del éxito de los programas de
reinstalación liberal en países como EU, Inglaterra, España etc, en América
Latina y en especial en México—mexican style—no ha sucedido lo mismo.
En nuestra América Latina establecimos un liberalismo
cuajado de tibieza a conveniencia de políticos vividores. En nuestro
continente jamás se ha tenido claro el verdadero concepto liberal, se ha
corrompido de la forma más cruel y arrogante con los resultados “neoliberales”
que conocemos y que tanto daño le han hecho al verdadero liberalismo.
Independientemente de que nunca se han llevado a cabo
las reformas estructurales necesarias para el enraizamiento del concepto
liberal, sí pudiéramos establecer un común denominador de los principales
errores y omisiones cometidos por los neoliberales de nuestros países, yo los
enumeraría así:
1)
El
tratar de cerrar la brecha fiscal por el lado de los ingresos, no de los
gastos; y cambio de la economía planificada por “control de los equilibrios
macroeconómicos.” Contra lo que no se ha hecho: Reducción de las funciones del
Estado, gobierno limitado.
2)
Substitución
de la inflación por cargas impositivas ridículas. Contra la distribución de la
riqueza vía los mercados naturales---que no se ha hecho.
3)
Se
substituyen los controles de precios y salarios por regulaciones también
ridículas y “concertaciones”. Nunca se ha llevado a cabo una desregulación
total en contra de monopolios como el de Telmex, Pemex, ni se han dejado libres
los precios y salarios, condición básica de una economía libre.
4)
Las
viejas leyes anti usura de los regímenes anteriores se han sustituido por tipos
de interés manipulados y “sugeridos”. No se han dejado los precios de los
mercados financieros libres.
5)
Los
aranceles se han sustituido por leyes “antidumping”, y el control de cambios
por una flotación sucia y manipulada. Nunca se ha establecido una verdadera
apertura incluyendo tipos de cambio fijados por el mercado.
6)
El
viejo himno de “sustitución de importaciones” se ha cambiado por la promoción
de las exportaciones (mercantilismo). No hemos entendido la bondad de las
importaciones y el verdadero “free trade.”
7)
Las
inversiones del Estado se han substituido por endeudamiento externo e
inversiones extranjeras “controladas y administradas.” No se ha promovido la
creación de ahorro interno, inversiones privadas, el respeto total de la
propiedad privada que se traduzca en creación de riqueza e ingresos sólidos.
8)
La
corrupción sigue rampante debido a nuestras instituciones judiciales que no
funcionan, y nunca han funcionado, haciendo casi imposible establecer un estado
liberal, sin estado de derecho.
Esto no es más que la corrupción conceptual al tratar
de combinar el socialismo con el libre mercado (tercera vía), siendo el
neoliberalismo uno de esos intentos. El vino ya viene con agua desde la época
de Mill. En el primer mundo le siguen echando agua primero con fines
redistributivos, y ahora reforzando el intervencionismo con otros fines
declarados y no declarados, los de la agenda de la "corrección política.”
En América Latina los gobiernos le siguen echando agua por la resistencia a
quebrar los privilegios y otras fuentes de poder de los grupos especiales.
Presidente Peña, es hora de tomar decisiones valientes.
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