18 enero, 2013
Colombia: ¡Deje así! ¿Bogotá tiene lo que se merece? – por Juan David Escobar Valencia
No sabe uno quién es más mediocre en Bogotá, si su intento de alcalde, quien nunca había administrado nada, pero que ahora le pagan por no hacerlo.
O una parte de la clase política de la capital, que es un oxidado camión de arrodillados que lo único que ejercen es su derecho a ser un “mermelado” del presupuesto y de los contratos que “maneja” un mamerto autosobredimensionado, que buen papel hacía en el Senado, del cual nunca debió salir. La realidad está demostrando que la responsabilidad de algunos concejales de representar las inquietudes de los ciudadanos es lo único que hace tiempo está en la basura, mucho antes de que no se empezara a recoger, y que su valor y talla política son aún más bajos que la del que ahora les va a recompensar su apoyo y complicidad.
O columnistas que viven tan lejos de la realidad como de los barrios donde no se recoge la basura, que por tirárselas de trascendentes, muy a lo bogotano dicen que mejor “deje así”, que para qué una revocatoria si lo que va a pasar es que terminarán “victimizando” al exguerrillero que quiere ser presidente de Colombia. Qué pobreza conceptual confundir a la democracia y la política con lo electoral.
O la de ciertos medios de comunicación, empeñados en hacer ver como ridículo al representanteMiguel Gómez, a quien el valor, la integridad y el sentido de responsabilidad le vienen de sangre y el mismo sigue cultivando, por haber propuesto una revocatoria al mandato del comprobado inepto que dice gobernar la capital del país.
Es lamentable ver cómo lo importante para estos periodistas no es coadyuvar con el progreso, sino tornar este mecanismo, que además es un instrumento que nos brinda la Constitución para manifestar tanto el derecho de defender las necesidades de los ciudadanos como su sentido del deber, como una jugada oportunista de quien ha demostrado que no teme defender lo que cree que es lo correcto, sin miedo a los costos.
Nadie debe olvidar que fue uno de los pocos que “leyó” y se negó a votar la vergonzosa reforma a la justicia, contradiciendo a sus falsos copartidarios, a sabiendas que de la venganza que éstos realizarían, lo único desconocido era el cuándo. Incertidumbre resuelta la semana anterior cuando el mal llamado Partido de la U, lo abandonó. Es que como en la Alcaldía hay tantos puestos para repartir, el partido de la unanimidad burocrática por fin llegó al único terreno que tenía vetado.
Tampoco faltó el politiquero que dándoselas de responsable con el presupuesto, cree haber argumentado su negativa a la solicitud de revocatoria, diciendo que eso vale mucho dinero y que esa plata se puede usar para otras cosas. Qué visión tan miserable de la actividad política. ¿Eso mismo podríamos decir de su sueldo?
La solicitud de revocatoria es una oportunidad para los bogotanos de demostrar que ojalá no sea cierta la frase que dice que “los pueblos tienen los gobernantes que se merecen”.
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