El segundo mandato de Obama y Latinoamérica
Por Andrés Oppenheimer
Latinoamérica no está entre las máximas
prioridades del presidente Barack Obama, pero hay varias razones
–mayormente internas— por las que su segundo período presidencial podría
convertirlo en el mejor presidente de Estados Unidos para la región en
mucho tiempo.
Empecemos por lo más obvio: Obama no ha tenido un
interés especial por Latinoamérica. Cuando lo entrevisté por primera vez
en el 2007, nunca había pisado la región. espeY durante sus primeros cuatro
años, a diferencia de la mayoría de sus predecesores, no propuso ningún
gran plan regional para aumentar los lazos con Latinoamérica, y en
cambio proclamó que su principal prioridad en política exterior es la
región Asia-Pacífico.
Sin embargo, tal vez termine siendo excelente para Latinoamérica, por razones que no tienen nada que ver con la región.
Primero,
hay buenas posibilidades que —fortalecido por la paliza que le dio a
sus rivales republicanos al ganar el voto latino por un margen 71 a 27
por ciento en las elecciones del 2012— Obama apruebe una reforma
inmigratoria que legalizaría a muchos de los estimados 11 millones de
indocumentados. Eso sería una bendición para las economías de México,
Centroamérica, el Caribe, Colombia y Ecuador.
Casi todos los
expertos coinciden en que una vez que los indocumentados consiguen
empleos legales, ganan salarios más altos, y tienden a enviar más dinero
a sus familiares en sus paises de origen.
Según Manuel Orozco, autor del nuevo libro América latina y el Caribe: migración, remesas y desarrollo,
los 73 mil millones de dólares que los trabajadores indocumentados de
Estados Unidos envían a Latinoamérica anualmente probablemente aumenten
en un 18 por ciento si su estatus es legalizado. Eso significaría una
entrada de dinero extra de alrededor de 13 mil millones de dólares en el
2014, me dijo Orozco.
En segundo lugar, las nuevas propuestas de
Obama de prohibir armas de asalto tras la reciente masacre de la escuela
primaria en Newtown, Connecticut, contribuirían a reducir la violencia
en varios países latinoamericanos que están inundados de armas
contrabandeadas desde Estados Unidos.
México, donde más de 60,000
personas han muerto por la violencia relacionada con el narcotráfico en
los últimos seis años, dice que el 83 por ciento de las armas incautadas
en su territorio entran ilegalmente desde Estados Unidos. El gobierno
mexicano, junto con otros, está pidiendo que Washington que haga algo
por reducir las ventas de armas semiautomáticas, que terminan en manos
de los carteles de la droga.
Ahora que Obama ya no puede
presentarse como candidato a una nueva presidencia, tendrá más libertad
para impulsar más activamente leyes de control de armas.
En tercer
lugar, la reciente aprobación de medidas para la legalización de
marihuana en Colorado y el estado de Washington posiblemente le permita a
Obama una mayor flexibilidad en conversaciones sobre las drogas con los
países latinoamericanos.
En los ultimos meses, los presidentes de
Guatemala, Uruguay, México y Colombia, entre otros, han pedido un
debate serio con Washington sobre la legalización de drogas, afirmando
que es hora de dedicarles mas recursos a la educación, prevención y
planes de rehabilitación.
En cuarto lugar, la propuesta de Obama
de concluír este año las negociaciones para el Acuerdo de Asociacion
Transpacífica (TPP) -aunque principalmente dirigido a países de Asia-
también beneficiaría a México, Colombia, Perú y Chile. El TPP podría
convertirse en el mayor acuerdo comercial del mundo si Japón —la tercera
economía del mundo— decide integrarse.
En quinto lugar, la
probable decisión de Obama de designar a John Kerry para reemplazar a
Hillary Clinton como secretario de Estado hará que el senador Bob
Menéndez (demócrata por Nueva Jersey) — partidario de una mayor
cooperación con Latinoamérica — reemplace a Kerry como presidente del
poderoso Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Y esa sería una
buena noticia para algunos países que quieren mayor asistencia de
Estados Unidos.
Mi opinión: Aunque la mayoría de estos hechos
podrían ayudar indirectamente a Latinoamérica, hay algo que podría hacer
Obama que tendría un impacto impacto directo —e importantísimo — en la
región.
Me estoy refiriendo a que cumpla su promesa del 2011 de
elevar el número de estudiantes universitarios latinoamericanos en
Estados Unidos a 100,000, y el número de universitarios estadounidenses
en Latinoamérica a 100,000, para el año 2020.
Actualmente hay tan
sólo alrededor de 64,000 universitarios latinoamericanos y caribeños
estudiando en Estados Unidos, comparado con 168,000 chinos y 73,000 de
Corea del Sur, y América latina se está quedando cada vez más detrás de
Asia y los países desarrollados en educación, ciencia y tecnología.
Lamentablemente,
que yo sepa, el plan de Obama de aumentar los intercambios
universitarios - ue requiere el apoyo de empresas estadounidenses y
latinoamericanas interesadas en capacitar a las fuerzas laborales de sus
países - aún no ha despegado.
Si Obama quiere hacer algo
concreto para ayudar a la región, que también beneficiaría a Estados
Unidos, debería ocuparse personalmente de que su promesa se cumpla.
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