Hollande, Chávez y el fin de la República
Por Alejandro A. Tagliavini
Según el Financial Times y el Frankfurter
Allgemeine Zeitung, François Hollande mudó sus principios para
defender intereses espurios (proteger a empresas que extraen materias primas
baratas en la zona, como el uranio de la vecina Níger), con la intervención en
Malí. El presidente francés aseguró que no intenta quedarse y que la operación,
que solo buscaba frenar al terrorismo de Al Qaida y defender a los franceses en
Bamako, será "limitada en el tiempo" y es "una excepción" y
pronto la dejaría a la tropas de la Comunidad Económica de Estados de África
Occidental. La "pacificadora" ONU, cuando no, respaldó la
intervención en un conflicto que ha dejado 150.000 refugiados en los países
vecinos.
El Elíseo está molesto porque no
tiene suficiente apoyo. Es que la Casa Blanca gastó US$ 700 millones en el
Ejército maliense y muchos oficiales se pasaron a los rebeldes. Además, el
desgaste sufrido en Afganistán y el rotundo fracaso de la "primavera
árabe", dejaron claro que las armas solo sirven para destruir, empezando
por dentro: los suicidios de militares estadounidenses se elevaron a 349 en
2012, superando a las 295 bajas en Afganistán. El malestar con la Unión Europea
es mayor pero, como escribía Le Monde,
"se sabe cómo empiezan estas operaciones militares, pero nunca cómo
terminan... (y) la mayor parte... ha terminado muy mal".
Hollande ha vulnerado el espíritu
republicano. No sé qué sentido tiene la república si los gobernantes electos no
respetan las ideas y principios por los cuales fueron electos, ni pareciera que
existen mecanismos para obligarlos a cumplir.
Pero la violencia además de provocar
guerras, también diezma a la población civil. Chávez, gobierna como en una
guarnición militar, imponiendo sobre el mercado (las personas) todo tipo de
ordenanzas coactivas. Según su Banco Central, el índice de escasez llegó en
diciembre al 16,3%, y podría trepar a los niveles del 2007 cuando fue de 20%.
Escasez de productos que ocurre básicamente por tres violaciones coactivas al mercado.
Los precios máximos que hacen inviable la producción, la destrucción de la
industria nacional que obliga a la importación, y la importación muy complicada
por la falta de divisas provocada por el gobierno.
Entretanto, los amigos del poder,
"boli millonarios" surgidos con dinero fácil, conforman una nueva
clase social donde reina el despilfarro, la ostentación obscena y el disparate.
Y la cúpula chavista delibera en La Habana: el vicepresidente, el titular de la
Asamblea y la Procuradora, entre otros, se sentaron con Raúl Castro. "Roma locuta, causa finita est",
escribió Elías Pino en su Twitter, parafraseando a San Agustín: "La Habana
habló, el asunto se acabó". Además de "gobernar" al país desde
el exterior, sendos pronunciamientos de la Asamblea Nacional y el Tribunal
Supremo abrieron el camino para que se pospusiera la toma de posesión de
Chávez, dando cobertura "jurídica" a la extensión que de facto las
autoridades del Ejecutivo propusieron para sus cargos.
En fin, cada vez queda más claro
algo que es lógico por otro lado: que siempre se depende de quién financia,
precisamente, para eso financia. Entonces, creer en la "división de
poderes", que el Poder Legislativo y el Judicial puedan ser
independientes, si sus recursos son proveídos por el Ejecutivo, es muy
idealista, casi infantil.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario