20 enero, 2013

La guerra contra las drogas fracasó

Luis González de Alba


Un estudio de la Universidad Rice publicado la semana pasada se suma al clamor mundial: la prohibición de las drogas fracasó. Punto final: no se han dejado de consumir y han traído algo peor que un joven adicto y es lo que vemos en México: cárteles que se fragmentan entre balaceras, grandes capos detenidos o muertos en acción por las fuerzas armadas dejan un vacío de poder que lleva a guerras internas.  
Y así distraemos recursos y fuerzas para combatir lo que sí nos afecta, que no es la marihuana ni la coca, sino el secuestro, el asalto a mano armada, el cobro de “protección”, el homicidio.


“Mientras México y los Estados Unidos han dado saltos en sus esfuerzos por controlar y quizá vencer los cárteles de la droga mexicanos, crecientemente violentos, los resultados de tales esfuerzos siguen en duda y ninguna panacea está a la vista, pero la prohibición ha probado, una vez más, ser un fracaso”, según publicación del Instituto Baker para Política Pública de la Universidad Rice.

El artículo sigue la pista a los orígenes y crecimiento de los cárteles mexicanos. Su título es devastador: “Cartels, Corruption and Carnage in the Calderón Era”, del sociólogo William Martin.

“Un observador con profundos lazos y experiencia personal tanto en Estados Unidos como en México comparó el conflicto entre los cárteles y entre cárteles y gobierno a una competencia deportiva: los espectadores, tanto en el gobierno como en la población, pueden llevar puntajes conforme se ganan o pierden competencias individuales y según los equipos suban o bajen en sus posiciones, pero sin importar el tesoro gastado y el daño hecho, las drogas siguen siendo todavía deseadas, abastecidas y vendidas. 

Y mientras las sociedades y sus gobiernos traten el uso de drogas como un crimen y no como asunto de salud pública, el juego mortal continuará, temporada tras temporada…”

Es lo que hemos visto en México durante estos años: las matanzas entre capos han alcanzado una ferocidad sin límite: cadáveres colgados de puentes y con muestras de tortura porque se trataba de informantes descubiertos, de competidores atrapados al invadir una zona de otro cártel o sospechosos de traiciones a sus capos. 

No son muertes en balaceras diarias entre narcos, sino aviso de lo que espera al invasor. De ahí la especial saña en el mensaje.

El análisis se enfoca de manera especial en los esfuerzos realizados por el presidente Felipe Calderón durante su sexenio. 

“A pesar de que Calderón acudió a las fuerzas militares, su guerra contra los cárteles parece haber exacerbado la violencia”, dice el autor. Está claro en el estudio, como para la inmensa mayoría de los mexicanos, que la violencia se ha incrementado entre los diversos cárteles que, en tiempos de mayor acoso, acuden a más bestial intimidación para advertir a los propios de traiciones y a los contrarios de los riesgos al intentar expansiones de territorio.

Para revertir la tendencia, el estudio recomienda al gobierno mexicano trabajar para cambiar la mentalidad de guerra a la de combate al crimen y reducir el papel de la milicia mientras se refuerza el de la policía. Lo mismo que muchos expertos mexicanos han recomendado: Dejad que los narcos vendan su hierba… parafraseando al fabricante de vino a partir de simple agua. 

Luego la Universidad Rice sigue por donde ya todos sabemos: “Se debe seguir construyendo y reforzando un servicio civil profesional, la ley y el sistema judicial, desde los niveles locales hasta el federal, con medidas efectivas para prevenir, identificar, enjuiciar y castigar la corrupción y la violación de los derechos ciudadanos”… Sí, sí, sí… ¿Qué haríamos sin los sociólogos de la Rice University?

Y más hilo negro: “Esto involucra mejoras en el pago, mayores exigencias de educación, filtrado vigilante y reforzamiento continuo de valores y actitudes apropiados. Por supuesto, es una tarea enorme e intimidante. Los Estados Unidos pueden ofrecer asistencia, pero el trabajo deberán hacerlo los mexicanos”. Pues sí.

Luego propone que ambos países mejoren sus oportunidades de educación y empleo para que en particular los jóvenes no…

A mí ya me ganó el tedio… Pero una conclusión es inevitable: hay acuerdo mundial en que la prohibición de las drogas es un fracaso en todos sus frentes y es, además, doble: no se han dejado de consumir y su combate ha producido niveles de violencia entre los narcos enemigos y entre éstos y las fuerzas que los persiguen con frecuentes víctimas inocentes. 

Peor aún, la distracción y pulverización de fuerzas del Estado nos dejan inermes ante los delitos que sí nos afectan, como el secuestro, el asalto, el asesinato.

“Finalmente, ambos países (México y EU), en diálogo con otras naciones del hemisferio, de Europa y otras partes, deberán examinar… “, ya, ya.

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