ALEJANDRA CULLEN BENÍTEZ
El PAN volvió a dar la sorpresa. El
partido supuestamente conformado por gente educada, ciudadanos bien formados, y
afines a las “buenas costumbres” desapareció. Como bestias, los panistas se
están matando.
En el ejercicio del poder, los
calderonistas violaron todos los principios de acción nacional aunque ahora, lo
nieguen. Destrozaron instituciones, incluido el propio partido, pero
ahora usan el viejo recurso de “me persigue el PRI” en vez de tomarse en serio
el mea culpa que proponen los panistas serios.
Sus resultados gubernamentales fueron
lamentables y ahora cosechan los frutos de su trabajo. Tiene que
aguantar la evidencia pública de sus abusos, porque, como diría Mariana Gómez
del Campo: “al final del día, la caca flota” (sic) y hoy, la están viendo
pasar.
Los calderonistas en vez de
reflexionar, y trabajar se dicen atacados. Se creyeron más fuertes que los
priistas sin desarrollar su malicia ni su competencia. Dogmáticos y de malos
modos, generaron pleitos, no resultados. Se habla de muertos, pobreza,
economía informal, pero el daño es más profundo. Más allá de la guerra, dejaron
un serio daño institucional y paulatinamente cada herida sale a relucir.
En Sedesol, los avances en la
institucionalización en materia de planeación, diseño, evaluación y desarrollo
de padrones de beneficiarios fue desmantelada. Heriberto Félix no sabía ni qué
era una línea de pobreza. No generaron ni un programa serio de atención urbana
o para jóvenes.
Se conformaron con rehabilitar
espacios públicos (programa que ya existía en Habitat) y con desviar el
programa alimentario, de zonas marginadas rurales a las que iba dirigido, a
zonas urbanas donde no tenían impacto social. Buscaban una huella electoral. Lo
que empezó bien: estancias infantiles o atención a los municipios más pobres,
fue abandonado.
Dinamitaron el blindaje electoral.
Salvo honrosas excepciones, la inversión en sistemas y procesos del gobierno
fue marginal. En SAGARPA, no contaban ni las vacas que subsidiaban. En las
delegaciones se sustituyeron técnicos por panistas. Impidieron la construcción
de gasoductos.
Gobernación perdió utilidad porque el
diálogo y la política dejaron de ser un mecanismo de resolución de conflictos. Se
concentraron en la vida de los presuntos narcos y olvidaron al resto del país.
Se equivocaron, pero lo que ofende, es que lo nieguen.
Su corrupción dejó huellas por
doquier. Financiaron campañas con dinero fácil (venido de los casinos), ese que
tanto criticaba el presidente. Esta bomba ya explotó pero es apenas la primera.
No pudieron quedar bien con todos, y, hoy tienen que pagar la cuenta.
Como de niños mimados, el berrinche de
los calderonistas demuestra que no saben asumir las consecuencias de sus actos.
Crearon monstruos, que hoy se les aparecen. Los casinos son solo el
primero, el resto, paulatinamente aparecerá.
No es necesario perseguir a los
panistas, ellos solos hacen el trabajo. Sus abusos salen a relucir y el partido
tendrá que pagar los costos de los abusos de unos cuantos.
En seis años, negaron toda
responsabilidad. Construyeron culpables por doquier que ahora los confrontan.
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