21 enero, 2013

Los países que más crecieron en los últimos diez años

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Al igual que a mitad de 2012, cuando comentamos que Argentina había dejado ese año de ser uno de los países que más crecía en Latinoamérica para pasar a ser uno de los que menos, la última entrada del blog, sobre el balance de los 12 meses que pasaron, también levantó polémica por la misma afirmación. Uno de los que comentaron el último artículo en Facebook fue Alejandro Rebosio, que no soy yo ni es un pariente directo mío. Alejandro Rebosio, con una sola s, a diferencia de mi apellido, es el consejero delegado de Social Team, una organización que gestiona proyectos solidarios con entidades sin ánimo de lucro, como las fundaciones Leo Messi y Diego Maradona, y que también está presente en Brasil, Chile, Ecuador, México, EE UU, Asia, Europa y África. El argentino Alejandro Rebosio comentaba al respecto de mi última entrada del blog que su país era de las economías con “mayor crecimiento” de la región. Al igual que hicimos a mediados de 2012, cuando revisamos qué había ocurrido en los últimos diez años, entre 2002 y 2011, ahora haremos lo mismo con lo que aconteció entre 2003 y 2012. En los casos de Argentina, Uruguay y Venezuela, recordemos que 2002 había sido un año de profunda contracción económica, por lo que se verán favorecidos en el análisis del nuevo periodo estudiado.
 


Veamos cuáles son los países con más crecimiento en los últimos diez años, pero también a cuánto asciende su último PIB per cápita, porque no es lo mismo expandirse desde un nivel bajo que a partir de uno medio alto, como son los ejemplos de algunas economías de América Latina. Lo normal es que los países de ingresos elevados marchen más lento. Es cierto que resulta aconsejable tomar como referencia la renta personal deflactada por la paridad de poder adquisitivo (PPA) que por su valor nominal en dólares. No se compra lo mismo con un dólar en un país que en otro. Depende de cuán apreciada esté su moneda o lo elevado del coste devida. Pero la comparación se torna complicada con Argentina, dado que el PIB per cápita por PPA se encuentra sobreestimado en este país como consecuencia de la subestimación del índice precios al consumidor (IPC) oficial. A partir de estas aclaraciones, vayamos a los resultados.
Panamá fue el país que más creció entre 2003 y 2012: un 8,2% de media anual, según la base de datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). En su expansión ha influido la ampliación del canal de Panamá. Pese al elevado índice de expansión, la revista The Economist se preguntaba en noviembre pasado por qué su sociedad estaba tan furiosa. El economista argentino Bernardo Kliksberg, asesor del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y coautor con el Nobel Amartya Sen del libro Primero la gente, vinculaba en un reciente artículo la tensión social de países de alto crecimiento como Panamá, Perú, República Dominicana, Colombia y Chile con la persistente y elevada desigualdad. El PIB per cápita panameño alcanzó en 2012 los 9.526 dólares, según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Panamá se sitúa así en la franja media alta de ingresos, de acuerdo con la clasificación del Banco Mundial.
El segundo puesto está en discusión. Si tomáramos las estadísticas oficiales de Argentina, que están sospechadas de sobreestimar el PIB, este país se llevaría la medalla de plata, con una expansión del 7,2% anual promedio. Sin embargo, las consultoras privadas calculan cifras menores. Una de ellas, ACM, que fundó el exjefe de Gabinete del Ministerio de Economía del final del Gobierno de Néstor Kirchner (20032-2007), Javier Alvaredo, computa un crecimiento del 5,8%. Por lo tanto, el segundo país que más creció en los últimos diez años en Latinoamérica es Perú, con el 6,5%. El fenómeno de los altos precios de los minerales en un país que comenzó a explotarlos en forma intensiva solo en las últimas décadas constituye uno de los motores principales del salto. Claro que la explotación minera también ha acarreado resistencias sociales por su impacto no solo medioambiental, como en Madres de Dios, en la Amazonia, al igual que en otros países como Argentina (veamos el caso del proyecto de extraer minerales en la Quebrada de Humahuaca, patrimonio de la humanidad según la UNESCO) y Colombia (atención por Cerro Matoso y Santurbán). La renta personal peruana ascendió a 6.572 dólares, con lo que se ubica en el segmento medio alto.
La medalla de bronce corresponde a Uruguay, con el 5,9% de media anual. La semana pasada, Kliksberg expuso en China su tesis de que, así como en los 80 se hablaba de los Tigres Asiáticos, en los 2000 pueden llamarse Tigres Sociales Latinoamericanos a Uruguay, Argentina y Brasil, dado que “practicaron vigorosas políticas antipobreza y proigualdad”. El PIB per cápita de Uruguay es el segundo de Latinoamérica, con 14.706 dólares (nivel alto de ingresos, según el Banco Mundial), detrás de Chile y con un nivel similar al de Croacia.
El cuarto lugar en expansión es para Argentina, pese a la brusca ralentización de 2012. Creció por encima de varias economías que tienen el favor de los inversores privados, como Brasil, México, Chile o Colombia. No obstante, Argentina, con sus políticas económicas heterodoxas, también enfrenta sus tensiones sociales. A finales de 2012 se registraron saqueos a comercios en 40 ciudades. Algunos políticos kirchneristas, como el gobernador de la provincia sureña de Río Negro o el jefe del grupo en la Cámara de Diputados, y otros columnistas de la prensa vincularon los ataques a la creciente influencia de narcotraficantes en los barrios pobres. Un asunto como para seguir de cerca porque resulta novedoso en Argentina. Este país cuenta con la cuarta renta per cápita de la región (11.572 dólares, nivel medio alto), por detrás de Chile, Uruguay y Brasil y a la par de Kazajstán, potencia en hidrocarburos del Asia Central.

El top cinco finaliza con República Dominicana, que creció al 5,5% anual de media entre 2003 y 2012. Después aparecen Cuba (5,4%), que se ha recuperado de la caída de los 90, después de la desaparición de la Unión Soviética; Venezuela (5%), con su socialismo del siglo XXI y el beneficio de los altos precios del petróleo; Costa Rica (4,9%), Colombia (4,7%), con su difícil proceso de paz en marcha, y Ecuador (4,6%), que también sigue la receta venezolana. No es para nada menor la influencia que ha tenido el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en la política económica de ciertos países latinoamericanos en los últimos años, sobre todo en cuanto a la mayor intervención del Estado en donde antes regía solo el mercado. También ha pesado en toda Sudamérica el alza de las cotizaciones de las materias primas, desde minerales hasta petróleo y alimentos, gracias a la expansión de China, mientras que en Norteamérica, Centroamérica y el Caribe fue más determinante la evolución de EE UU, pujante hasta el estallido de la crisis de 2008. En 2012, República Dominicana alcanzó una renta per cápita de 5.776 dólares; Venezuela, una de 11.131, la quinta de Latinoamérica; Costa Rica, 9.619; Colombia, 7.841 y Ecuador, 4.648. El último dato disponible de Cuba, de 2008, es de 5.397, según el Banco Mundial. Todos estos seis países se sitúan en la franja de países de ingresos medios altos.
En el undécimo puesto figura Chile, con el 4,5%. Su renta per cápita es la mayor de la región, con 15.415 dólares, similar a la de Estonia. El conflicto mapuche de los últimos días ha vuelto a recordarnos los desafíos que aún afronta Chile. Detrás aparece Bolivia, con el 4,4% y un PIB por habitante de 2.468 dólares, con lo que el país de Evo Morales se sitúa en el segmento de ingresos medios bajos. Honduras se expandió al 4,2% y alcanzó los 2.216 dólares. Paraguay está 14°, con 3,9% y 3.916 dólares, por lo que por los pelos alcanza el nivel medio alto.
Solo en el sitio 15° figura la gran potencia emergente mundial latinoamericana, Brasil, uno de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), con el 3,6% y una renta personal de 12.339, alta, como la rusa. Un reciente artículo de The Wall Street Journal afirma que los BRICS deben adaptarse a tiempos en que crecerán más lento. Brasil lo está padeciendo en carne propia, pero igualmente su desempleo sigue bajando. Eso no quiere decir que no persistan también los conflictos sociales, como los de la Amazonia.
Guatemala y la Nicaragua de Daniel Ortega crecieron solo al 3,5% anual. El PIB per cápita guatemalteco es de 3.329 dólares (medio bajo) y el nicaragüense, de 1.312 (misma categoría; el nivel bajo comienza en los 976), el menor nivel de Latinoamérica.

El penúltimo sitio es para México, con un 2,6% y una renta personal de 10.123 dólares (media alta). No por nada dejó de ser la principal economía latinoamericana en los 2000, perdió el dinamismo de los 90 y se vio afectada por la competencia china en EE UU y la guerra contra el narcotráfico. El último lugar es para El Salvador, país tan afectado por la violencia criminal como otros de sus vecinos centroamericanos, pero que ha crecido solo al 1,5% anual, por debajo del resto. País dolarizado como Ecuador y Panamá, su PIB per cápita es medio alto: 4.034 dólares.

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