08 enero, 2013

México: 2012 fue el mejor año – por Sergio Sarmiento

mejor2012“El 2012 fue el mejor año en la historia del mundo. Esta realidad contrasta con el pesimismo que se ha convertido en dogma de fe para muchos políticos e intelectuales empeñados en convencernos de que el mundo está en su peor momento.”
“Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos”. Charles Dickens
El 2012 fue el mejor año en la historia del mundo. Esto lo afirmó la revista británica The Spectator en un artículo publicado el 15 de diciembre: “Quizá no se sienta así, pero el 2012 ha sido el mejor año de la historia del mundo. Esto suena como una afirmación extravagante, pero las pruebas la avalan. Nunca antes había habido menos hambre, menos enfermedad y más prosperidad. Los países occidentales viven un estancamiento económico, pero la mayoría de los emergentes están avanzando y la gente está saliendo de la pobreza a un ritmo sin precedente en la historia. El costo en vidas de la guerra y la enfermedad se encuentra en un nivel agradecidamente bajo. Estamos viviendo una era dorada”.


Esta visión contrasta con el pesimismo que se ha convertido en dogma de fe para muchos políticos e intelectuales empeñados en convencernos de que el mundo está en su peor momento. El cambio climático, la desigualdad, el hambre, el desempleo, la crisis económica, epidemias como el sida y tantos otros males están contribuyendo, nos dicen, para que el planeta esté en su peor momento.
El problema es que la realidad contradice abiertamente este pesimismo. Es verdad que Europa se encuentra en recesión y Estados Unidos en estancamiento, lo cual afecta la percepción de los analistas de los países desarrollados que dominan los medios internacionales, pero el mundo es mucho más extenso. Los países de Asia, los más poblados del planeta, llevan décadas viviendo una expansión vigorosa y sostenida. Latinoamérica ha tenido años de logros importantes. Incluso México está teniendo un crecimiento sólido sin inflación.
La pobreza del mundo ha caído. En 1990 la ONU anunció sus Metas de Desarrollo del Milenio que buscaban, entre otros objetivos, reducir a la mitad el número de personas en pobreza extrema para el 2015. Pues bien en este 2012 se dio a conocer que el objetivo se hizo realidad en 2008. “Este logro no ameritó un anuncio oficial -señala The Spectator- presumiblemente porque no se consiguió a través de un esquema de gobierno sino por la marcha del capitalismo global. Comprar juguetes baratos de plástico de China sí ayuda a combatir la pobreza en el mundo. ¿Y la desigualdad? Ésta también se encuentra en su nivel más bajo de la historia. La globalización no sólo significa que el mundo se está haciendo más próspero, sino también menos desigual”.
El uso de los recursos naturales se está haciendo más eficiente. “Mientras que la producción de los países ricos subió 6 por ciento en los últimos siete años, el consumo de combustibles fósiles en esos países cayó 4 por ciento”. No han sido los programas gubernamentales los que han logrado esto, sino la demanda de los consumidores por autos y fábricas más eficientes. La producción de gas de esquisto a través de fracturación (fracking) ha sido fundamental para reducir la emisión de contaminantes a la atmósfera en Estados Unidos.
La esperanza de vida en África alcanzó en 2012 los 55 años. Hace una década era de 50. El número de muertos por sida ha venido disminuyendo en los últimos ocho años. Los muertos por paludismo (malaria) son hoy 20 por ciento menos que hace una década. La guerra ha sido el primer asesino del mundo en la historia, pero el Instituto de Investigación sobre la Paz de Oslo dice que en la última década ha habido menos muertes por guerra que en cualquier otra década del último siglo.
Tomar clases de realidad es indispensable para los políticos y los activistas sociales. Si no entendemos lo que hemos avanzado, y por qué, seguiremos sufriendo las consecuencias de políticas gubernamentales que lo único que buscan es convertirse en profecías cumplidas de que al mundo le tiene que ir mal.

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