Leo Zuckermann
La nueva Revolución Industrial en las naciones
emergentes cambiará el rostro de sus economías, incluyendo desde luego a
México.
Interesantísimo el reporte de la consultora
internacional McKinsey titulado “Ganando el decatlón de los $30 billones
de dólares: ir por el oro en los mercados emergentes” (se utiliza
“billón” en su definición española, es decir, un millón de millones).
Los números son verdaderamente impresionantes y la buena noticia es que
México será uno de los países en donde ocurra una nueva revolución del
capitalismo mundial.
Dice el reporte de McKinsey (disponible en www.mckinsey.com/features/30_trillion_decathlon) que “para el 2025, el consumo anual en los mercados emergentes alcanzará los 30 billones de dólares, —la mayor oportunidad de crecimiento en la historia del capitalismo—”. Estamos hablando de una transformación económica sin precedentes en la historia:
“La Revolución Industrial original, ocurrida a la mitad del siglo XVIII, se tardó dos siglos en alcanzar su fuerza completa. Gran Bretaña, el lugar de nacimiento de esta Revolución, requirió 150 años en doblar el producto económico per cápita; en Estados Unidos, el lugar de la segunda etapa de la Revolución, doblar el PIB per cápita se tardó más de 50 años. Un siglo después, cuando China e India se industrializaron, las dos naciones doblaron su PIB por cápita en 12 y 16 años, respectivamente. Más aún, Gran Bretaña y Estados Unidos comenzaron su industrialización con poblaciones de cerca de diez millones, mientras que China e India empezaron su despegue económico con poblaciones de aproximadamente mil millones. De esta forma, las dos economías emergentes están experimentando alrededor de diez veces la aceleración económica de la Revolución Industrial en una escala cien veces mayor —resultando en una fuerza económica que es mil veces más grande—”.
Ahora bien, el dinamismo económico mundial no sólo lo imprimirán China e India: “en un periodo de 15 años —reporta McKinsey— 57% de los casi mil millones de hogares con ingresos mayores a 20 mil dólares al año vivirán en los países en vías de desarrollo. Se espera que siete economías emergentes —China, India, Brasil, México, Rusia, Turquía e Indonesia— contribuyan con alrededor de 45% del crecimiento del Producto Interno Bruto mundial en la próxima década”.
Esto necesariamente implica un cambio en las reglas del juego del capitalismo mundial. Las grandes empresas multinacionales tendrán que ir a “competir por este premio” para lo cual, según McKinsey, tendrán que “dominar diez disciplinas claves” que explican en el documento en cuestión.
La nueva Revolución Industrial en los países emergentes cambiará el rostro de las economías de estos países, incluyendo desde luego a México. Habrá ganadores y perdedores. En el sector comercial, por ejemplo, la expansión de las grandes cadenas con toda seguridad perjudicará a las pequeñas tiendas familiares, pero beneficiará a los consumidores por una caída de precios. Al respecto, dice McKinsey:
“Las grandes cadenas de ventas al menudeo están en marcha en América Latina: sus ventas alcanzan casi tres cuartas partes de las ventas totales en Brasil y Chile, y la mitad en México, donde hay más de siete mil 500 tiendas de conveniencia modernas; sólo Walmart presume más de 15 mil millones de dólares en la región y consistentemente ha incrementado sus ingresos a tasas anuales de doble dígitos altos. Las tiendas al menudeo tradicionales y modernas ya chocaron en los grandes mercados urbanos. En la medida en que estos mercados se han saturado, las grandes cadenas se arriesgan en ciudades más pequeñas, vecindarios más pobres y áreas rurales donde predominan las tienditas familiares. Los resultados en todos lados son iguales: los ingresos y las utilidades van a la baja. Las ventas en los puntos tradicionales han caído —por ejemplo en 3% al año en México—”.Un nuevo mundo está naciendo y México es uno de los países que están en el radar económico global. Es una oportunidad extraordinaria que sin duda debemos aprovechar.Twitter: @leozuckermann
Dice el reporte de McKinsey (disponible en www.mckinsey.com/features/30_trillion_decathlon) que “para el 2025, el consumo anual en los mercados emergentes alcanzará los 30 billones de dólares, —la mayor oportunidad de crecimiento en la historia del capitalismo—”. Estamos hablando de una transformación económica sin precedentes en la historia:
“La Revolución Industrial original, ocurrida a la mitad del siglo XVIII, se tardó dos siglos en alcanzar su fuerza completa. Gran Bretaña, el lugar de nacimiento de esta Revolución, requirió 150 años en doblar el producto económico per cápita; en Estados Unidos, el lugar de la segunda etapa de la Revolución, doblar el PIB per cápita se tardó más de 50 años. Un siglo después, cuando China e India se industrializaron, las dos naciones doblaron su PIB por cápita en 12 y 16 años, respectivamente. Más aún, Gran Bretaña y Estados Unidos comenzaron su industrialización con poblaciones de cerca de diez millones, mientras que China e India empezaron su despegue económico con poblaciones de aproximadamente mil millones. De esta forma, las dos economías emergentes están experimentando alrededor de diez veces la aceleración económica de la Revolución Industrial en una escala cien veces mayor —resultando en una fuerza económica que es mil veces más grande—”.
Ahora bien, el dinamismo económico mundial no sólo lo imprimirán China e India: “en un periodo de 15 años —reporta McKinsey— 57% de los casi mil millones de hogares con ingresos mayores a 20 mil dólares al año vivirán en los países en vías de desarrollo. Se espera que siete economías emergentes —China, India, Brasil, México, Rusia, Turquía e Indonesia— contribuyan con alrededor de 45% del crecimiento del Producto Interno Bruto mundial en la próxima década”.
Esto necesariamente implica un cambio en las reglas del juego del capitalismo mundial. Las grandes empresas multinacionales tendrán que ir a “competir por este premio” para lo cual, según McKinsey, tendrán que “dominar diez disciplinas claves” que explican en el documento en cuestión.
La nueva Revolución Industrial en los países emergentes cambiará el rostro de las economías de estos países, incluyendo desde luego a México. Habrá ganadores y perdedores. En el sector comercial, por ejemplo, la expansión de las grandes cadenas con toda seguridad perjudicará a las pequeñas tiendas familiares, pero beneficiará a los consumidores por una caída de precios. Al respecto, dice McKinsey:
“Las grandes cadenas de ventas al menudeo están en marcha en América Latina: sus ventas alcanzan casi tres cuartas partes de las ventas totales en Brasil y Chile, y la mitad en México, donde hay más de siete mil 500 tiendas de conveniencia modernas; sólo Walmart presume más de 15 mil millones de dólares en la región y consistentemente ha incrementado sus ingresos a tasas anuales de doble dígitos altos. Las tiendas al menudeo tradicionales y modernas ya chocaron en los grandes mercados urbanos. En la medida en que estos mercados se han saturado, las grandes cadenas se arriesgan en ciudades más pequeñas, vecindarios más pobres y áreas rurales donde predominan las tienditas familiares. Los resultados en todos lados son iguales: los ingresos y las utilidades van a la baja. Las ventas en los puntos tradicionales han caído —por ejemplo en 3% al año en México—”.Un nuevo mundo está naciendo y México es uno de los países que están en el radar económico global. Es una oportunidad extraordinaria que sin duda debemos aprovechar.Twitter: @leozuckermann
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