26 febrero, 2013

¡Al carajo con el fuero!

Martín Moreno

¡Al carajo con el fuero!
Simple y vergonzoso: el fuero constitucional del que gozan diputados, senadores y servidores públicos —incluido el Presidente— marca a ciudadanos de primera y de segunda. Ofensivo, aliado de la corrupción y agravio que por décadas contribuyó a ese mal que ha puesto de rodillas a México: la impunidad.
Y ahora, ese fuero entra a discusión —cuestionado, apestado—, en el Poder Legislativo.
No nos hagamos tontos: es obligado eliminar el fuero constitucional. Quienes proponen “acotar el fuero” es, tan sólo, una trampa legal para seguir manteniendo el mismo privilegio, aunque acotado, ciertamente, pero aún vivo y suficiente para proteger con el manto de la impunidad a nuestros gobernantes.


Es necesario, imprescindible e histórico eliminar por completo el fuero constitucional. No acotarlo ni limitarlo. Esa sería una engañifa, dar atole con el dedo. Se requiere desterrarlo. Borrarlo para siempre.
No más fuero constitucional, exigen prácticamente siete de cada diez ciudadanos en encuestas recientes, hartos —como todos— de la burla y la impunidad que el fuero les permite para violar la ley, para no rendir cuentas ante un juez y seguir actuando de manera impune y arbitraria, mientras el resto de los ciudadanos cumplen con sus obligaciones cívicas y legales.
El fuero huele a dictadura política. Diseñado inicialmente para proteger en su libertad de opinión a legisladores y servidores públicos, este espíritu se pervirtió: ahora se utiliza para proteger a pillos, para cometer fraudes al erario público, para burlar a la ley y para agraviar a un país bajo una frase que insulta y lastima: “tengo fuero y qué”.
No señores: nada de “acotar” el fuero.
El fuero constitucional debe ser eliminado. Desaparecido. Y punto.
Acotarlo sería una simulación. Y nada más.
El PAN quiere desaparecer por completo el fuero. “Acción Nacional va a insistir en eliminarlo…”, anunció el diputado Fernando Rodríguez Doval.
PRI y PRD están por acotar el fuero constitucional y suplirlo por un subterfugio llamado “acotamiento de inmunidad”, que implicaría precisamente acotarlo —permitiendo que legisladores y funcionarios sean sometidos a proceso penal cuando sean acusados de algún delito—  y mantiene, bajo esa figura de la “inmunidad”, que ningún funcionario podrá ser “perseguido u hostigado” por sus ideas políticas, protegiendo la inmunidad.
Y aquí está la clave: “proteger la inmunidad” es la letra chiquita del contrato, mediante la cual —con las convenencieras interpretaciones legales y jurídicas que acostumbran nuestros jueces y ministros de la Corte (ellos mismos estarían bajo la férula del tramposo “acotamiento de impunidad”)— se mantendría vivo el espíritu arbitrario del fuero constitucional. Ese es el fondo.
Ese fuero debe ser eliminado. Cualquier otra cosa significaría fingimiento. Encubrimiento. Falsedad.
Los ciudadanos están hartos del ofensivo fuero constitucional.
Ya veremos si los actuales legisladores siguen formando parte de la “generación perdida” (y ofensiva) para el país, o ya hacen algo que valga la pena.
Tengamos nuestro propio “NO” —como lo hicieron en Chile con Pinochet— y rechacemos el fuero constitucional.
ARCHIVOS CONFIDENCIALES
POLICIAS COMUNITARIAS SE MULTIPLICAN. A Guerrero —habitantes de Acapulco y de Coyuca de Benítez ya integraron formalmente a la policía comunitaria para enfrentar a la delincuencia mientras en San Luis Acatlán, Paula Silva Florentino fue electa por voto directo de comisarios municipales, ejidales y por delegados de la CRAC, como Comandanta Regional de la Policía Comunitaria— y a Oaxaca, donde ya operan también grupos de autodefensa ciudadana, se suma Michoacán, donde alrededor de …¡400 hombres armados!, formaron su policía ciudadana en los municipios de Tepalcaltepec y Buenavista Tomatlán, azolados por el crimen organizado. Sí: hay dos Méxicos: el del discurso oficial ciego a la realidad, y el de ciudadanos con rifle al hombro, dispuestos a matar para defenderse.
DURANGO FALLIDO. A Nuevo Léon, Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila y Guerrero, habrá que sumar a Durango como otro gobierno fallido en el combate a la delincuencia. El priista Jorge Herrera, aislado, incapaz, ha llevado a la entidad a un punto de ingobernabilidad dramático: ataques directos y criminales contra la alcaldesa de Gómez Palacio, Rocío Rebollo; zonas controladas por el narco; el domingo pasado, en Lerdo, por la mañana, una familia de cinco fue asesinada en su casa, incluida una niña de 9 años de edad. Y en Edomex, tres policías de Chimalhuacán son acusados de violar a una menor de edad y de asesinar a su novio. Violencia imparable. Y luego nos preguntamos por qué hay grupos de autodefensa.

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