Hugo Chávez cumple dos meses ausente
El Nuevo Herald
Sin escucharle la menor frase o verlo siquiera en fotografías, los
venezolanos suman ya dos meses sin certeza sobre la condición de salud
del presidente Hugo Chávez, cuya batalla contra el cáncer que libra en
Cuba está sumida en el misterio y las conjeturas.
El canciller Elías
Jaua dijo el sábado que Chávez se está recuperando lentamente y que el
mandatario está convencido “de que esta batalla también la va a ganar”.
Como todas las declaraciones oficiales recientes, ésta es pródiga en
optimismo y escasa en información concreta.
Algunos analistas
consideran que ya comenzó la transición hacia un gobierno sin Chávez y
el país se enrumba a una nueva elección presidencial.
“En
Venezuela ya comenzó la transición y comenzó además la campaña
electoral”, dijo Tulio Hernández, sociólogo y profesor de la Universidad
Central de Venezuela.
“Desde hace un mes se han hecho numerosos
actos de masas que son actos absolutamente de campaña, pero también
comenzó la transición en la cabeza de la gente, (incluso) a veces hay
equívocos entre los voceros del gobierno que empiezan hablar de Chávez
en tiempo pasado”, acotó.
Los escenarios políticos, económicos y
sociales de Venezuela, en tanto, son de completa incertidumbre a la
espera de que llegue a su fin la ausencia de Chávez o se despeje la
incógnita sobre su continuidad en el poder.
En caso de muerte o incapacidad del presidente, la Constitución ordena convocar a elecciones en 30 días.
Los
seguidores de Chávez, como sus adversarios, por igual son presa de
conjeturas en torno a las razones que mantienen al mandatario alejado de
la mirada pública desde el 11 de diciembre pasado.
Muchos,
incluso a regañadientes admiten que sienten su falta, algo que no es de
extrañar, independientemente de su simpatía o no hacia el mandatario.
“Aunque
quisiéramos o no, era inevitable escucharlo, verlo, hablar de él; se
nos metió en la casa, también fue motivo de una que otra discusión
familiar”, dijo Emilia Torres, una estudiante de idiomas de 23 años, que
simpatiza con la oposición “No nos dicen la verdad sobre su
enfermedad”.
Chávez, de 58 años, viajó a La Habana desde 10 de
diciembre para someterse un día después a una compleja operación, la
cuarta en año y medio, por la reincidencia de un tipo no revelado de
cáncer pélvico. El mandatario no ha sido visto ni oído, tampoco ha
aparecido en público ni en fotografías, como lo hizo en ocasiones
pasadas cuando se trasladó a La Habana a operarse.
“Estamos en
una encrucijada evidente. Lo que se manifiesta hasta ahora en estos
primeros 60 días ha sido una dificultad que ha tenido el circulo
predominante del chavismo que le ha costado mucho articular un liderazgo
que pueda ir sustituyendo al del presidente en esta difícil
transición”, dijo en una entrevista telefónica Oscar Vallés, analista
político y profesor de la Universidad metropolitana de Caracas.
“A
mí en particular y muchos otros con los que compartimos la academia y
los estudios políticos, nos ha sorprendido mucho está debilidad o este
déficit en el vicepresidente Nicolás Maduro, al que habíamos considerado
que tenía al menos la experiencia para poder manejarse con un status
político mucho más inteligente”, agregó.
Antes de su operación,
Chávez reconoció que enfrentaba riesgos en la operación y designó a
Maduro como su posible sucesor, exhortando a sus partidarios a que
votasen por el vicepresidente en el caso de que una nueva elección
presidencial fuese necesaria.
Su prolongada ausencia,
adicionalmente distrae la discusión de otros problemas, como la
inseguridad, la inflación –que es la más alta del continente– y las
dificultades que enfrentan a diario los venezolanos para sortear la
escasez de alimentos, entre otros bienes y servicios de primera
necesidad.
“Desde el punto de vista administrativo el país parece
haber entrado en una especie de parálisis, hay una serie de medidas que
parecen estar esperando por alguien que las tome, si las toman son
insuficientes y tardías como una reciente devaluación” de la moneda,
dijo José Vicente Carrasquero, profesor de ciencia política de la
Universidad Simón Bolívar.
“Nadie se atreve a tomar las medidas
necesarias, algunas sensibles porque al mismo tiempo pareciera que hay
la sensación o existe en el ambiente la posibilidad de una elección en
algún momento y para esa elección evidentemente no se quiere asumir los
costos políticos que conllevaría tomar decisiones como por ejemplo
liberar los precios de algunos productos, un aumento del precio de la
gasolina, entre las más baratas del mundo y que tiene un costo
millonario en subsidios, cosas así por el estilo”, comentó Carrasquero
En
el ámbito político “lo cierto es que hay una tendencia a mantener el
status quo, es decir hay una tendencia a mantener las cosas como están,
por la mayor cantidad de tiempo posible de forma tal que si hubiese la
necesidad de una elección (presidencial), eso no tuviese mayores costos
sobre el candidato de gobierno”, agregó.
Lo más complicado en
este momento es Venezuela, según los analistas, esta entre la opacidad
del futuro, la incertidumbre y la perplejidad que embarga a ambos
bandos.
“Chávez tenía la virtud de radicalizar el conflicto hasta
donde él era capaz de detenerlo y lo lograba detener”, dijo el profesor
Vallés. Un discurso de Chávez “podía lograr que cualquier pretensión de
exaltación violenta y masiva por parte de sus seguidores pudiese
meterla rápidamente en el congelador. Esta virtud no la veo en su
camarilla sucesoral”.
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