Aumento en la tasa de homicidios: otro logro de la revolución bolivariana
Por Antonella Salomon Marty
A
varios años de la llamada “revolución bolivariana” sigue presente en mi recuerdo uno de los
tantos discursos ofrecidos por Hugo Chávez, en el tiempo que aun estaba con
vida y donde expresaba la necesidad de profundizar el proyecto socialista y
revolucionario, manifestando que “el socialismo no era solo para decirlo, o
para enunciarlo de la boca hacia afuera, al socialismo había que sentirlo hasta
en los tuétanos de los huesos” en el que declaraba al socialismo como “el único
camino a la paz perdurable, a la justicia social, el único camino para tener
patria” donde “todo se lograría solo por y mediante el socialismo”.
Y
si, efectivamente, el socialismo –y, principalmente sus terribles calamidades- se siente en los huesos, y este tipo de
“sentimiento” se ha intensificado en Venezuela: El “Observatorio Venezolano de la Violencia” (OVV) ha registrado un
elevadísimo incremento en el nivel de homicidios y violencia desde que el hoy muerto
presidente Hugo Chávez tomó el poder el siglo pasado. Los datos revelan que en
el año 1999 se registraron 5.968 homicidios a lo largo y ancho del
país, empero luego de tantos años de “revolución bolivariana”, en el año 2011 se registró un total de 19.469 homicidios, y el cierre en 2012 fue de 21.416 homicidios: ¿es este otro logro del afamado “socialismo del
siglo XXI”?
Venezuela,
país que padece la mayor inflación de la región y por poco es líder en
corrupción a nivel global según la “Transparency
International”, es además el país que posee la mayor tasa de homicidios en América
Latina. Asimismo, la corrupción de los funcionarios públicos y la impunidad que radica en el
poder judicial desemboca en un mayor nivel de inseguridad. Es evidente que, además de la inestabilidad
política y el caos económico, la violencia sigue siendo uno de los principales
problemas del país.
Después
de todo, Hugo Chávez no se encontraba tan errado al manifestar que “lo que la
revolución había hecho hasta el momento eran señales del camino hacia donde se
quería ir”, porque efectivamente, las medidas a las que ha recurrido este
“proyecto revolucionario” han conducido
a un país repleto de oportunidades y de individuos que poseen un fuerte deseo
de prosperidad y libertad, hacia una senda que tiene un solo destino: la
miseria, siendo esta la naturaleza del perverso sistema socialista.
Hoy
la presencia física de Hugo Chávez ha desaparecido, pero será una de las
grandes tareas de los venezolanos y de la misma oposición, el lograr revertir
esta situación de inestabilidad y darle al país el gran cambio que necesita y
que tanto ha esperado durante estos largos años de sufrimiento. De este modo, Venezuela
requiere de grandes cambios institucionales, siendo fundamental –por otra
parte- el reconocimiento de los graves problemas que azotan al país, tales como
la inflación, la violencia y la inseguridad. Asimismo, es momento de reconocer que
el apoyo teórico en el que se basan las políticas de este gobierno –al igual
que tantos gobiernos populistas latinoamericanos- ha fracasado.
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