26 marzo, 2013

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

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CATÓN 
DE POLÍTICA Y COSAS PEORES
 
"Tengo un grave problema de eyaculación prematura". Así le dijo con angustia un individuo de nombre Celerino Yakabé a Sigmund Duerf, psiquiatra eminentísimo. Inquirió el analista: "¿En qué momento de la relación termina usted?". Responde con gemebunda voz el lacerado: "Entre cómo te llamas y de qué signo eres"... Doña Jodoncia fue a un restaurante. Esta señora pertenece a la odiosa ralea de quienes gustan de mostrar superioridad sobre las personas que les sirven. Le preguntó con actitud dominativa a la joven mesera: "¿Cuál es el plato del día, niña?". Respondió ella: "Lengua a la veracruzana, señora". "¡Lengua! --exclamó doña Jodoncia haciendo un estudiado gesto de disgusto--. Has de saber, muchacha, que en cosas de mi alimentación soy muy escrupulosa. Por ningún motivo me avengo a comer algo que estuvo en la boca de un animal". Así dijo doña Jodoncia. Y añadió: "Mejor tráeme un par de huevos duros". (Nota: No recordó por dónde habían pasado)...


Dos muchachas y dos chicos, uno de ellos de feo y siniestro aspecto, pidieron unas copas en el bar. El camarero trajo las copas y le preguntó a una de las jóvenes: "¿Usted pidió el vampiro?". "No --respondió ella apresuradamente--. Él viene con mi amiga"... Babalucas llevó a su novia en coche a un paraje en las afueras de la ciudad. Antes de llegar al romántico sitio llamado "El ensalivadero" le dijo ella con sugestiva voz acercándosele provocativamente: "Esta noche, Baba, podrás llegar hasta donde quieras". Al oír aquello Babalucas se puso feliz, y siguió manejando sin detenerse... Leovigildo amaba con delirio a Susiflor. Fue a su casa a buscarla, y le abrió la puerta la mamá de la chica "¿Está Susiflor?'' -preguntó el anheloso galán. Respondió la señora: "Está en la cama. Ya lleva ahí siete días''. "¡Santo Cielo! --se consternó Leovigildo--. ¿Está enferma?''. "No --respondió la señora con una amplia sonrisa--. Hace una semana se casó''... Las encendidas manifestaciones que se vieron en las exequias de Hugo Chávez podrían dar nuevos alientos a las tentaciones populistas en algunos países subdesarrollados. México, claro, no es un país subdesarrollado. Es un país en vías de desarrollo, emergente, en crecimiento, de nueva economía, en proceso de avance, en expansión. (La nación no se ha desarrollado, pero nuestro vocabulario sí). Tantos pobres hay en México que los políticos se pueden hacer ricos fácilmente. No se ha alejado de nosotros aquel sombrío espectro, el de la demagogia populista que deriva siempre en autoritarismo. Tal fue el caso de Venezuela, y tal podría ser también el caso mexicano. Si no perfeccionamos nuestra vida democrática las puertas seguirán abiertas para algún iluminado redentor que finque en la pobreza de la gente la consumación de sus ambiciones personales. El fortalecimiento de las instituciones y la unidad en los partidos políticos principales podrán ser factores importantes para disipar la ominosa posibilidad del populismo, que lejos de haber desaparecido puede hacerse mayor si los beneficios de los cambios que se están haciendo no llegan a los sectores marginados. Y ya no digo más, pues no quiero alarmar a la República... Don Avaricio Matatías, el hombre más cicatero del condado, iba por un oscuro callejón. Le salieron al paso cuatro asaltantes y le pidieron que les entregara su dinero. Matatías opuso resistencia feroz. Cuando por fin los atacantes lograron sujetarlo, no sin quedar todos lacerados y tundidos, descubrieron que don Avaricio traía solamente 5 pesos. "Es nuestro día de suerte --dijo con quebrantada voz uno de los maleantes--. Imaginen cómo nos habría ido si el caborón hubiera traído 10"... Terminó la luna de miel, y la parejita de recién casados llegó a la casa en que iban a vivir. El muchacho tomó en los brazos a su flamante mujercita y traspuso la puerta. La iba ya a bajar, pero ella le dijo: "Un momento, cielo. Mira: aquí es el área social; al fondo está la cocina, y en el segundo piso se encuentra la recámara. Escoge una de esas tres habitaciones y bájame ahí. En aquella que escojas seré realmente buena. En las otras dos me limitaré a cumplir"... La esposa de don Algón llamó por teléfono a su oficina. Eran las 11 de la noche y él todavía no regresaba a casa. "¿Por qué se tarda tanto mi marido?" --le preguntó a la secretaria. "Es la edad, señora --responde la secretaria--. Y créame que esta interrupción no está ayudando nada"... FIN.
Mirador
Terminó de unir los dos maderos, el largo con el corto, de modo que formaran una cruz. Luego puso las herramientas en su sitio, barrió las virutas caídas en el suelo, cerró el taller y se marchó a su casa.
Cuando llegó le preguntó su esposa:
-¿Qué hiciste hoy?
Respondió el carpintero:
-Nada.
Salimos llevando a cuestas nuestra carga de mezquindad y desamor. Cerramos los ojos a todo lo que no sea nuestro interés. Indiferentes al sufrimiento de los demás, a las carencias de los otros, regateamos todo lo nuestro: lo que somos, lo que sabemos y lo que tenemos.
Regresamos a nuestra casa por la tarde. Nos preguntan:
-¿Qué hiciste hoy?
Y respondemos:
-Nada.
¡Hasta mañana!...
Manganitas
"...Semana Mayor..."
"Eso me parece engaño
--un sujeto comentó--.
Sin lugar a dudas yo
la veo del mismo tamaño".

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