Llegan muchos correos de amigos
de generación universitaria, y en todos señalan los errores del gobierno
de Guillermo Padrés en Sonora, en su muy particular estilo de gobernar,
que parece va en contra de lo que el pueblo quiere.
Habrá que recordar que su triunfo fue un parto doloroso, pues si bien
estaba muy cerrada la contienda hace poco más de tres años, el malogrado
accidente de la guardería ABC, le dio los votos necesarios para rebasar
al PRI y a su candidato. Sin embargo, la historia escrita por el equipo
del Gobernador panista no tiene nada contenta a la población sonorense,
la cual, así como da un triunfo, lo quita sin miramientos.
De lo que he sabido por comentarios y notas de información periodística,
todo deviene de la arrogancia en el ejercicio del mando. Un gobierno
alejado, como todos, de los verdaderos problemas ciudadanos, del reparto
entre cuotas y cuates, los cuales han fallado bastante y en lugar de
remediar la situación, el Gobernador los ha arropado en sus
ineficiencias, con la consabida pérdida de credibilidad y confianza.
No sé si todo comenzó cuando impuso la decisión de llevar agua a
Hermosillo de la presa ubicada en Ciudad Obregón, obra que denominó
Acueducto Independencia, a la cual los sectores sociales del sur de
Sonora se han opuesto rotundamente y para lo cual han llevado a litigio
tal decisión. Con ello, Acción Nacional pierde la zona comprendida desde
Empalme hasta los límites con Sinaloa. Pero no todo para ahí, apenas
ahí comenzó la debacle que pronostica que ahí será la próxima derrota de
Acción Nacional.
Así, con ineficiencias como esas, los políticos panistas van demostrando
que no son lo que decían en términos de eficiencia comparada con
políticos priistas. Podrá decirse que tan malo es el azul como el
tricolor.
En reciente declaración, cuando los sonorenses se rebelaron para no
pagar la tenencia, la cual ya había desechado el propio Padrés, en un
discurso público el Gobernador los llamó sonorenses mal nacidos, dando
con ello al origen de una nueva generación de ciudadanos sonorenses
conocidos con ese mote. Y estos sonorenses mal nacidos han empezado una
lucha para buscar hacer que se retracte del cobro de ese impopular
impuesto. ¿Qué acaso habrá un impuesto popular Inge.?
No contento con ello, el impopular, él sí, gobernante sonorense, hizo
posible, a través de una iniciativa aprobada por el Congreso del Estado,
fijar un impuesto a los asnos y a los caballos que posean los
sonorenses, lo que demuestra lo arcaico que es un su proceder como jefe
del Ejecutivo estatal y lo remonta, eso sí, a aquella disposición
porfiriana de cobrar impuestos por las ventanas que tenían las
construcciones en la ciudad capital.
Así que si por tener un burro, hay que pagar cien pesos al año como
tenencia, me parece que la familia Padrés será quien pagará tenencia
este y el resto del sexenio por contar con un pollino en casa.
No entiendo cómo en el seno del partido Acción Nacional, a veces tan
conservador y tan ortodoxo en moral, no estudie todos estos errores de
sus políticos cuando se convierten en gobierno. No imaginan el inmenso
daño que le provocan al partido mismo y a sus políticos que se juegan en
elecciones, llegar a ganar un puesto de elección popular.
De hecho no salieron tan bien librados de sus doce años en la
Presidencia, ya que con sus errores le alfombraron de votos la pasarela
al PRI, y gobernadores como el de Sonora insisten en mostrar esa
ineficiencia para ejercer la administración pública. De verdad que son
cerrados de inteligencia.
Con qué cara podrían presentarse ante un electorado cuando no son
políticos de avanzada, no tienen una visión de Estado, y se enredan tan
fácilmente en situaciones que parecieran un insulto a la inteligencia y
la buena fe ciudadana.
Así ha actuado este gobierno panista: derogó la tenencia, pero luego
fijó un impuesto del 3 por ciento sobre valor factura de vehículos con
antigüedad no mayor a diez años, llamándole Contribución al
Fortalecimiento Municipal (Comun). Incremento del 15 por ciento por
concepto de placas, licencia, impuestos sobre nómina, actas de
nacimiento, cartas de no antecedentes, entre otros. Estos son unos
ejemplos de cómo se las gasta este gobernante de color azul: Por expedir
actas de defunción en horas inhábiles pasa de 127 pesos en 2012 a 755
pesos en 2013. Ha creado el impuesto a la extracción de minerales sin
mineralización. Se creó el impuesto a la prestación de servicios de
hospedaje, se ha aumentado el costo por la expedición de licencia de
alcoholes, y también a la verificación de pedimentos de importación.
Estas son algunas de sus impopulares medidas, y todavía aúna a eso, los
desacatos en que ha incurrido a las disposiciones de la juez octava de
distrito, por lo cual le han sido congelados recursos de la Federación.
Como de todo esto ya está enterado el PAN nacional, y no ha hecho nada,
ya deberá estar resignado a regresarle el Palacio de Gobierno a
cualquier priista que en 2015 se lance a la campaña por la gubernatura.
Con ello el PAN puede cambiar su nombre y sus iniciales a PEF, partido
de la esperanza fallida. |
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