27 marzo, 2013

Guatemala: El juicio del siglo – por José Raúl González Merlo

El juicio por genocidio en contra del general Ríos Montt ha elevado el nivel de polarización en la opinión pública. Yo no creo que el diverso apoyo al general sea por un repentino aumento en su popularidad. Más bien creo que es porque muchos se hacen una elemental pregunta: si guerrilla y ejército cometieron crímenes… ¿por qué sólo se juzga a militares? Y ¿cuándo se juzgará a un guerrillero? La respuesta arranca en la llamada “Ley de Reconciliación Nacional” promulgada poco antes de la firma de la paz en 1996.
Fue un “decreto de amnistía” que exoneraba a todos de la responsabilidad penal por delitos cometidos en el marco del conflicto armado; excepto por el delito de genocidio. Hecha la ley, hecha la trampa… Firmada la paz, los guatemaltecos se fueron a trabajar en recuperar sus vidas; menos los guerrilleros que siguieron haciendo lo mejor y lo único que saben hacer: continuar la guerra por otros medios.


Para continuar la guerra era indispensable tipificar el delito de genocidio en la “memoria histórica” del conflicto. Infiltrados en la Comisión de Esclarecimiento Histórico y la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado, la redacción de sus informes, supuestamente “imparciales”, introdujeron la tesis del genocidio en Guatemala. Ahora, desde el Ministerio Público, la tesis es recogida e impulsada vigorosamente, con toda la presión internacional, sobre los operadores de “justicia”. Una tesis “jalada” porque los guatemaltecos no creemos que el conflicto armado, con todo y las matanzas que ocurrieron, haya tenido como propósito específico eliminar a grupo étnico alguno; tal como lo exige la definición de genocidio. Sin embargo, el trabajo ha sido paciente y exitoso. La “comunidad internacional” ha visto con simpatía que neo guerrilleros avancen la tesis del genocidio. Tontos útiles algunos y conscientes otros, no están promoviendo la búsqueda de justicia, ni siquiera de venganza; buscan la continuidad de la guerra “hasta la victoria siempre”.
Hay que ser ingenuo para creer que el propósito del “Juicio del Siglo” es “justicia para las víctimas de la guerra”. Si querían justicia deberían haber derogado el decreto de amnistía para deducir responsabilidades por igual a militares y guerrilleros. Pero no es así. El “clamor de justicia” es la excusa perfecta. Que no quede la menor duda; Ríos Montt y los otros militares entran a este “juicio” en la misma situación en la que estaban los negros del viejo sur de los EUA: “primero los linchamos y luego les damos un juicio justo”. Ganada esa batalla, en palabras de los neoguerrilleros, lo que perseguirán es atacar “las razones económicas del genocidio”.
Ríos Montt no será el único que perderá si se le condena por genocidio. Perderemos todos los guatemaltecos. La comunidad internacional no está financiando la reconciliación; está financiando la nueva guerra en la que todos volveremos a perder, excepto aquellos que han hecho de ella su modo de vida y se guían por la proclama: “no olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos”. ¿Y no que nunca más, pues?

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