27 marzo, 2013

México: Alianza Álamos 20 (III) – por Ricardo Valenzuela

Necesitamos abandonar la idea del gobierno como nuestro amo y verlo simplemente como lo que debe ser, el velador contratado por nosotros.
Era ya sábado y el último día de la convocatoria. Antes de las 5:00 am estaba despierto y lleno de energía pensaba; “no he recorrido este bello rincón de mi tierra”. Salgo de la cama como empujado por un potente resorte y en menos de una hora estaba listo. Hacía más de 30 años que no visitaba Álamos cuando era yo un joven banquero que centraba mi atención en otras cosas.


A las 6:00 am abandonaba mi hotel y caminaba por las estrechas calles empedradas cuando me invadía un raro sentimiento. Sentía transportarme al siglo 17 o 18 y, preso de la imaginación, podía visualizar los carruajes, los caballos, la gente de aquel Sonora colonial. Hermosas casas con cientos de años de antigüedad, la casa de María Félix, casi podía escuchar el canto del Dr. Ortiz Tirado, en mi mente dibujaba el rostro de Félix Zuloaga, presidente de México y originario de Álamos. Luego me preguntaba ¿Cómo es posible que los mexicanos no tengamos noción de este tesoro?
Daban las 7:30 am y era hora de regresar a la realidad. Minutos después me encontraba en un salón del hotel Tesoros para escuchar la exposición de Robert Pastor titulada; “La Idea Norteamericana: Visión de un Futuro Continental”. Ya el Dr. Pastor nos había obsequiado su libro en donde expone poderosos argumentos para fortalecer la relación comercial de los tres países integrantes del TLC, México, EEUU y Canadá. Lleva a cabo un impresionante recorrido del comportamiento del tratado en sus casi 20 años de iniciado.
Ante un mundo sumergido en una severa crisis económica en el cual el viejo proteccionismo asoma sus venenosos tentáculos, afirma Pastor, es importante consolidar el TLC y profundizarlo. Las viejas políticas de la CEPAL tan admiradas por los ancestrales políticos mexicanos como sustitución de importaciones, impuestos draconianos a las exportaciones, devaluaciones competitivas, mercantilismo en general, deben de archivarse en la vergonzosa historia del Nacionalismo Revolucionario.
Pasábamos ahora al salón de reuniones del hotel Colonial para dar inicio a la tercera cápsula del programa liderada por el legendario economista, Arnold Harberger. Sus anclas serían, Manuel Sánchez, Sub Gobernador del Banco de México, Luis Rubio, Presidente de CIDAC y de nuevo, Robert Pastor. El tema era el plato fuerte de la convocatoria; “Retos de México para su crecimiento”.
Los retos que México enfrenta para alcanzar un crecimiento y abandonar su principal exportación, mexicanos hambrientos y desesperados, son los mismos que ha mantenido en la charola de pendientes durante los últimos 100 años. Una clase política que, protegiendo sus cotos, mantiene al país atrapado en las redes de la mediocridad. Un país atado al pasado y prisionero de sindicatos corruptos, seudoempresarios estatistas, un estado de derecho convertido en lo que debe combatir, un cartel criminal, una constitución enemiga de la libertad, monopolios públicos y privados, estado propietario e inepto y, sobre todo, una cultura que ha castrado el esfuerzo individual, la independencia y el progreso.
¿Qué es lo que ha producido este muro de lamentos?
Mary O’Grady al finalizar este evento se trasladaba a la ciudad de México para llevar a cabo una entrevista con el Secretario de Hacienda y, en ella, expone gran parte de ese producto:
“Setenta años de gobiernos corporativistas del PRI, que apenas terminaron en 2000, dejaron a México con una economía excesivamente regulada y una seria inercia burocrática. Dos presidentes del partido de oposición a duras penas hicieron mella en el status quo durante 12 años en el poder. Ahora, el PRI está de regreso en el poder y las expectativas de una reforma estructural están al alza. Mi diálogo con Videgaray, quien estudió en el MIT, me convenció de que tiene una aguda capacidad de diagnóstico y quedé impresionada de los desafíos políticos que enfrenta. La primera evidencia se encuentra en el sector de energía.” “
El crecimiento de la productividad mexicana ha estado “básicamente estancado” durante los últimos 30 años, observa. La lista de culpables es larga: una economía informal importante, energía costosa, servicios de telecomunicaciones deficientes, educación de baja calidad y un mercado laboral rígido. El funcionario admite que se han logrado algunos avances, pero se necesita mucho más”.
Lo que México urgentemente requiere son reformas para liberar su genialidad. Debemos abandonar la idea que el gobierno debe ser responsable del crecimiento económico del país. Schumpeter en su magna obra; “Teoría del Desarrollo Económico”, identifica la verdadera función empresarial como elemento crítico para lograr ese desarrollo. Él afirmaba que la creativa genialidad humana era la raíz del crecimiento económico. Definía al verdadero empresario libre como alguien que poseía el sueño y la seguridad para encontrar un reino privado, una dinastía, el deseo de conquistar.
Pensaba que el capitalismo democrático era proveedor del mejor ambiente para la emergencia de ese empresario libre quien, con sus acciones, asegura el mayor bienestar para el mayor número de gente. Sin embargo, también predijo una guerra en contra de ese empresario explorador con el incremento de la vida burocratizada y la inevitable hostilidad de los intelectuales que, curiosamente, son también alimentados por el capitalismo democrático. Otros pensadores como Lewis, Weber, Rand al igual que Schumpeter, afirmaban que es el empresario libre quien hace posible el desarrollo. Las sociedades que produzcan más empresarios libres, avanzarán de forma mucho más agresiva y constante hacia la grandeza.
Ahora ¿Qué es lo que produce empresarios libres?
Básicamente tres cosas; libertad, educación y cultura. Hugo Chávez afirmaba que mientras más libertad hubiera en Venezuela, mas cárceles se tendrían que construir. Caracas es en estos momentos la ciudad más violenta del mundo y el país, con todo y sus mares de petróleo, se enfila al desfiladero de un apocalipsis económico. México ocupa un vergonzoso lugar #49 en el índice de libertad económica mundial.
Necesitamos abandonar esa prisión. Abandonar la idea del gobierno como nuestro amo y verlo simplemente como lo que debe ser, el velador contratado por nosotros. El día que México verdaderamente libere su economía de las garras de los políticos profesionales y sus cómplices, estará también liberando la genialidad de los mexicanos para llevar el país a la grandeza.
Esa noche la cena de despedida gozando de la compañía de mi buen amigo Roberto Salinas León, Presidente de México Business Forum, y Alex Chafuen, Presidente de Atlas Economic Research Foundation. Buena plática y abrazos de despedida haciendo compromisos para el año entrante.
Al día siguiente Joel Ojeda y yo abandonábamos Álamos con cierta nostalgia, un espíritu renovado y esperanza de un mundo mejor.
Fuente: Asuntos Capitales (México)

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