18 marzo, 2013

La libertad económica es la base de todas las otras libertades



Este 17 de enero se conmemoran cincuenta años del discurso de despedida del presidente Dwight Eisenhower. El discurso se recuerda generalmente por la advertencia del presidente Eisenhower sobre la “influencia injustificada” del “complejo militar-industrial” pero lo que a menudo se queda fuera de la historia es la advertencia de Eisenhower sobre el derroche del gasto federal: “No podemos hipotecar los activos materiales de nuestros nietos sin que eso traiga también la pérdida de su patrimonio político y espiritual. Queremos que la democracia sobreviva para todas las generaciones que vienen, no para convertirse en el fantasma insolvente del mañana”. Eisenhower continuó para pedir “equilibrio en los programas nacionales y entre ellos” incluyendo “el equilibrio entre lo claramente necesario y lo cómodamente deseable”.



El equilibrio del presupuesto federal en la actualidad parece muy distinto al de la época de Eisenhower. Cuando Eisenhower habló, el gobierno de Estados Unidos gastaba el 10% de su producto interno bruto (PIB) en defensa nacional, y ni siquiera existía Medicare y Medicaid. Hoy solo gastamos el 4.9% de nuestro PIB en defensa y el 9.9% en programas de derechos a beneficios (que incluyen Medicare, Medicaid y el Seguro Social). Claramente se ve que el gasto de defensa no es la causa del problema de la deuda de nuestra nación. Si miramos hacia adelante, el desequilibrio solo empeora: Los gastos de defensa empezarán a bajar al 3.5% del PIB para 2015 mientras que el gasto para programas de derechos a beneficios empezará a comerse el 100% de los ingresos fiscales antes de 2052. El “equilibrio” de nuestras prioridades de gasto ha cambiado dramáticamente – y no con una tendencia en favor de “lo claramente necesario” y por encima de “lo cómodamente deseable”.
Esta semana, la Fundación Heritage y el Wall Street Journal publicaron el Índice de Libertad Económica 2011 y las noticias no eran buenas.
Por segundo año consecutivo, Estados Unidos se convirtió en menos libre económicamente ya que la administración Obama aumentó el gasto público con paquetes de estímulo económico, socavó la propiedad privada con más rescates financieros, no se dedicó a cerrar acuerdos de libre comercio y ralentizó el crecimiento de la creación de empleo con las onerosas regulaciones nuevas de Obamacare.
Nuestro déficit en 2010 era realmente más alto, como porcentaje del PIB, que los déficits de Grecia o España. Vamos camino de ser un Estado del bienestar europeo.  Y esa trayectoria no permitirá que Estados Unidos continúe desempeñando su papel de liderazgo como la democracia más poderosa del mundo. El experto de la Fundación Heritage Theodore Bromund explica que:

“Históricamente, el liderazgo americano a nivel internacional después de la Segunda Guerra Mundial se basaba en la creencia correcta de que la libertad política y económica y el progreso eran interdependientes. Estados Unidos decidió abandonar el proteccionismo y animó a otros países que hacer lo mismo para evitar otra Gran Depresión y el ascenso adjunto del totalitarismo. Pero, en vez de que Estados Unidos lleve al mundo hacia la libertad económica, ahora está lastrando al resto del mundo. Esto es un rechazo a la gran estrategia exitosa y bipartita de la posguerra liderada por Estados Unidos. Esta nación no puede ser líder mundial si tiene una economía estancada”.
Nuestros líderes militares también reconocen el gasto federal como una amenaza para la seguridad nacional. El pasado mes de agosto, el jefe del Estado Mayor Conjunto, el almirante Michael Mullen le dijo a la CNN que  “la amenaza más importante para nuestra seguridad nacional es nuestra deuda”. Esto no significa que nuestro presupuesto de defensa sea perfecto. Nada más lejos de eso. Las analistas de política de defensa de la Fundación Heritage, Mackenzie Eaglen y Julia Pollack han identificado reformas en el gasto de defensa que podrían ahorrar más de $70 mil millones al contribuyente. Pero es de vital importancia que estos ahorros del gasto se reinviertan en defensa para preservar nuestra libertad económica. Nuestro material militar y las fuerzas militares se están desgastando. Nuestros aviones tácticos tienen una edad media de 20 años, los bombarderos casi 30 y los petroleros cerca de 45 años. El laureado panel bipartito presidido por William J. Perry, ex secretario de Defensa del presidente Bill Clinton y Stephen J. Hadley, ex consejero de Seguridad Nacional del presidente George W. Bush, identificó la modernización militar como la clave para poder hacer más con un ya difícil presupuesto de seguridad nacional.
No podemos protegernos adecuadamente sin unas modernizadas fuerzas militares. Y ello depende de una sólida economía americana. Por eso la libertad económica no es solo un asunto de dinero: Es fundamental para la seguridad americana.

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