afp/abc.es / madrid
Corea del Norte prepara sus misiles contra el continente americano en respuesta a los vuelos de entrenamiento de bombarderos B-2 sobre Corea del Sur
Decenas de miles de militares y civiles norcoreanos se han
manifestado en el centro de Pyongyang en una demostración de apoyo
masivo a un eventual ataque militar contra Estados Unidos. La
manifestación se ha llevado a cabo en la plaza Kim Il-Sung y ha reunido a
soldados, excombatientes, trabajadores y estudiantes. Kim Jong-Un, el
dirigente de Corea del Norte, no estaba presente.
La televisión nacional ha informado de que la manifestación se ha realizado en apoyo a la decisión del ejército norcoreano
tomada el martes, y ratificada por el dirigente del país el viernes, de
ordenar preparativos con vistas a llevar a cabo ataques con misiles
hacia el continente americano y las bases estadounidenses del Pacífico,
en respuesta a los vuelos de entrenamiento de bombarderos B-2 sobre
Corea del Sur.
"La declaración era el ultimátum del ejército coreano
contra los imperialistas estadounidenses", ha declarado un portavoz al
comienzo de la manifestación.
Bajo los retratos gigantes del padre de Kim Jong-Un, Kim
Jong-Il, y de su abuelo Kim Il-Sung, los civiles y los soldados
alineados han jurado obediencia al actual dirigente. "¡Saquemos las
armas y las bombas por nuestro respetado líder Kim Jong-Un!", han
coreado los manifestantes con el puño en alto.
Corea prepara sus misiles
Para el joven dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un,
ha llegado la hora de «ajustar la cuentas con los imperialistas de
Estados Unidos». Según la agencia estatal KCNA, así se lo ha hecho saber
a sus generales, a los que ha convocado este viernes en una reunión de
emergencia después de que dos bombarderos invisibles B-2 participaran el jueves en unas maniobras conjuntas con el Ejército de Corea del Sur.
Rompiendo el secretismo habitual en este tipo de misiones, el Pentágono desveló el jueves que dichos aviones, que tienen capacidad para transportar bombas atómicas,
habían volado desde su base en Misuri para lanzar proyectiles de fogueo
en un campo de tiro ubicado en una isla de Corea del Sur. En plena escalada de la tensión en la Península Coreana,
dicho anuncio ha enervado a Kim Jong-un, que ha ordenado poner sus
misiles en alerta y tenerlos preparados para atacar la bases
estadounidenses en Corea del Sur, en sus islas del Pacífico, como Guam y Hawai,
y en propio suelo norteamericano. A su juicio, el vuelo de estos
bombarderos indica que «la hostilidad de EE.UU. contra Corea del Norte
ha entrado en una fase temeraria, más allá de las amenazas y los
chantajes».
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