El primer Papa jesuíta
Jesuita, de 76 años, bien formado, es un hombre tímido y esquivo. En tan sólo una década pasó de ser un simple sacerdote a cardenal y arzobispo de Buenos Aires.
Técnico químico, profesor de Literatura y de Psicología y licenciado en Filosofía, de personalidad enigmática, como todo jesuita que se precie.
Le avala su profunda preparación humana, teológica y espiritual. La principal desventaja con la que contana era el hecho de ser jesuita.
Por decisión de la Compañía, los jesuitas sólo aceptan ser obispos en países de misión o por obediencia al Papa. Es difícil que un jesuita llegue al culmen de la Iglesia.
Técnico químico, profesor de Literatura y de Psicología y licenciado en Filosofía, de personalidad enigmática, como todo jesuita que se precie.
Le avala su profunda preparación humana, teológica y espiritual. La principal desventaja con la que contana era el hecho de ser jesuita.
Por decisión de la Compañía, los jesuitas sólo aceptan ser obispos en países de misión o por obediencia al Papa. Es difícil que un jesuita llegue al culmen de la Iglesia.
El primer Papa jesuíta
Jesuita, de 76 años, bien formado, es un hombre tímido y esquivo. En tan sólo una década pasó de ser un simple sacerdote a cardenal y arzobispo de Buenos Aires.
Técnico químico, profesor de Literatura y de Psicología y licenciado en Filosofía, de personalidad enigmática, como todo jesuita que se precie.
Le avala su profunda preparación humana, teológica y espiritual. La principal desventaja con la que contana era el hecho de ser jesuita.
Por decisión de la Compañía, los jesuitas sólo aceptan ser obispos en países de misión o por obediencia al Papa. Es difícil que un jesuita llegue al culmen de la Iglesia.
Técnico químico, profesor de Literatura y de Psicología y licenciado en Filosofía, de personalidad enigmática, como todo jesuita que se precie.
Le avala su profunda preparación humana, teológica y espiritual. La principal desventaja con la que contana era el hecho de ser jesuita.
Por decisión de la Compañía, los jesuitas sólo aceptan ser obispos en países de misión o por obediencia al Papa. Es difícil que un jesuita llegue al culmen de la Iglesia.
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