Internacional
Pyongyang mueve los proyectiles por su costa oriental para despistar a Seúl, que espera un lanzamiento inminente
Corea del Norte está jugando al gato y al ratón con los
misiles que, supuestamente, disparará de forma inminente, según
sospechan el Gobierno de Seúl y la Casa Blanca. Tal y como informa la
agencia Yonhap citando fuentes oficiales, la Inteligencia surcoreana ha
detectado que el Ejército del Norte está moviendo dichos proyectiles por la costa oriental, desde donde podría lanzarlos en las próximas horas o días.
Con el fin de agotar la paciencia del Sur, el régimen
estalinista de Pyongyang ha sacado y vuelto a meter en un hangar de la
ciudad portuaria de Wonsan los dos misiles Musudan de
alcance medio que había trasladado en tren a la costa este de Corea del
Norte. Además, cuatro o cinco plataformas móviles, que podrían ser las
lanzaderas para dichos cohetes, se están moviendo por la provincia de
Hamgyeong del Sur para despistar.
Aunque el ambiente que se respira en Seúl es de absoluta
normalidad, el Ejército surcoreano y los 28.500 soldados estadounidenses
acantonados en el país desde el final de la guerra han aumentado el estado de alerta hasta el nivel «Watchcon 2».
Primer aniversario de Kim Jong-un
Dentro de las efemérides que conmemora Corea del Norte
durante este mes de abril, este jueves se cumple el primer aniversario
de la toma de posesión de su joven dictador, Kim Jong-un, como primer secretario del Partido de los Trabajadores, aunque en realidad se hizo con el poder a la muerte de su padre, el «Querido Líder» Kim Jong-il, en diciembre de 2011.
Con motivo del aniversario del nacimiento de su abuelo y fundador de Corea del Norte, Kim Il-sung,
que se celebra el lunes día 15, el sátrapa norcoreano podría ordenar el
lanzamiento de los misiles a modo de ensayo balístico. Kim Jong-un
pretende así consolidar su poder dentro del régimen y galvanizar a su sufrido pueblo para justificar sus sacrificios por la amenaza de un enemigo exterior. «Con dicha demostración de fuerza persigue, además, presionar a EE.UU. y Corea del Sur para que vuelvan a sentarse a negociarcon él»,
explica a ABC Park Young-ho, analista del Instituto de Corea para la
Unificación Nacional (KINU), quien sin embargo no cree que consiga
reabrir las estancadas conversaciones de desarme nuclear a cambio de
petróleo, ayuda humanitaria y reconocimiento internacional.
Mientras espera el inminente lanzamiento de un misil norcoreano, el Ejército de Corea del Sur ultima su propio paraguas defensivo para
no depender de Estados Unidos. Según la agencia Yonhap, dicho sistema
antimisiles entrará en funcionamiento en julio y estará formado por
proyectiles Patriot y radares de largo alcance. Corea del Sur, que ha
decidido no unirse al paraguas antimisiles global que lidera EE.UU.,
lleva desde 2006 reforzando sus defensas ante la beligerancia del
régimen estalinista de Pyongyang, que podría almacenar en su arsenal más
de un millar de cohetes de distintos rangos.
Dos de ellos, de medio alcance, han sido montados en lanzaderas móviles en la costa oriental y podrían ser disparados «en cualquier momento»,
tal y como reconoció ayer el ministro surcoreano de Exteriores, Yun
Byung-se, citando informes de Inteligencia basados en fotos de satélites
espía. A pesar de las amenazas casi diarias proferidas por el régimen
de Kim Jong-un durante el último mes, tanto el Ejecutivo de Seúl como
los analistas internacionales ven prácticamente imposible un ataque con
dichos proyectiles porque sería un suicidio.
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