La policía estrecha el cerco en torno al sospechoso en la zona de Watertown

Se escuchan disparos en la localidad y vuelve a imponerse el estado de alerta en la ciudad de Boston

Yolanda Monge Boston

Las fuerzas de seguridad buscan al sospechoso. / Charles Krupa (AP)

Minutos después de que la policía anunciara en rueda de prensa que levantaba el cerco a Boston y que al fugitivo no se le había dado caza se imponía de nuevo el estado de alerta en la ciudad tras escuchase disparos en Watertown y varias tanquetas de seguridad entrasen en la zona en la que murió uno de los hermanos sospechosos de los atentados contra el maratón de la ciudad, el mayor, Tamarlan Tsarnaev, y de donde huyó a pie el pequeño, Dzhokhar.


Según la cadena MSNBC, el sospechoso estaría rodeado por la policía, algo en lo que coincidía el Boston Globe. La cadena FOX hablaba de un hombre abatido. En el número 67 de Franklin Street, en el patio trasero de una casa, dentro de un barco atracado en secano durante el invierno, se encontraba “un cuerpo”, según varias cadenas de televisión y radio.
Lo que pase a partir de ahora puede ser crucial pero las versiones son varias. Lo que está claro es que se ha reactivado la persecución policial en la zona de Watertown.
El rastro de Dzhokhar Tsarnaev se perdió en la madrugada del viernes en el momento en que el joven abandonó el coche que conducía junto a su hermano Tamerlan –ya herido de muerte por la policía- y prosiguió su huida a pie, algo que ha confirmado la policía hace unos minutos. Las fuerzas del orden también han informado que nunca se produjo un atraco en la tienda abierta 24 horas en la localidad de Cambridge que en principio se atribuyó a la pareja de hermanos.
En unas horas más, Tsarnaev, supuesto responsable junto a su hermano de los atentados en el maratón de la ciudad, llevará ya casi un día fugado y, según ha apuntado la policía, probablemente todavía dentro del Estado de Massachussetts, ya que se asume que está huyendo a pie. Con cierta impotencia pero manteniendo el tipo, las autoridades han admitido que no lo han detenido pero que lo harán. “No se trata de si el lunes o el martes”, ha dicho el Gobernador, Deval Patrick, pidiendo paciencia.
La ciudad se dispone a recuperar parte de la normalidad, con los primeros trenes de metro circulando y algunos comercios –cafés y restaurantes- abriendo sus puertas. Un policía recuerda que nunca fue obligatorio quedarse en casa, que fue recomendado y “lo más inteligente”. El agente explica que en una situación como esta lograr mantener a la población en sus casas ofrece la posibilidad a las fuerzas del orden de centrarse en el objetivo de la caza y captura sabiendo que habrá menos llamadas y disturbios y, que en caso de que ocurra una tragedia –una explosión, los sospechosos tenían artefactos de este tipo- los hospitales tendrán a todo su personal concentrado en ese asunto.
Joven, asustado, solo y sabiéndose cercado, el FBI cuenta con que cometa un error que precipite su detención en cualquier momento. La policía le recomienda que se entregue. La Interpol ha emitido una alerta internacional y una orden de búsqueda a petición de las autoridades norteamericanas